Suu: "Quiero ir a 'MasterChef Celebrity', pero no me quieren porque no soy lo suficientemente famosa"

Susana Ventura, más conocida como Suu, me cita en Gràcia, en el restaurante Tapeo. Había estado un par de veces antes, me dice, la primera con una cita. Ha elegido un sitio de tapas porque no le gustan "los restaurantes donde cada uno se pide un plato. Compartir comida es una forma muy heavy de conocer a alguien".

Mira la carta y rápidamente elige la ternera con chimichurri. "Me flipa el chimichurri, es una delicia", dice. Además pedimos los puerros confitados con olivada y el cebiche de corvina. "Yo como de todo" , confiesa. "Tengo pinta de vegana. Todo el mundo lo piensa. Al igual que tengo pinta de fumar porros y no. Son prejuicios porque soy joven", explica.

Categórica afirma que "comer, dormir, follar y la música es mi top de cosas en la vida. No empatizo con la gente que come por supervivencia". Le encantan las cartas de vinos "curradas" porque es como si te dijeran "míratelo bien, que vale la pena" y me cuenta que ahora está experimentando con rosados. Pide una botella de la variedad bobal. "Existe la creencia de que a la gente joven no le gusta el vino, pero lo que hay es mucho paternalismo". Reclama que se ponga el vino al nivel de la birra en los festivales, y se queja de los precios. "Flipo cómo está aceptado que el vino sea tan caro en los restaurantes. Si una copa de cava te vale 7 pavos, no la pides". Me recomienda dos bares de vinos a visitar: Pepa (en el Eixample) y Macot (en Sants).

Le gusta mucho comer fuera pero me advierte que "no se debe gastar dinero en lugares mediocres sino en restaurantes como el Majide". Un capítulo aparte es lo que les dan a los caterings de los conciertos. En algunos casos es "estremecedor", dice. Me pone de ejemplo un bocadillo de humus que no me lo he quitado de la cabeza. Suu trabaja con 13 personas, y al final muchas veces salen a buscar comida decente.

"Está buenísimo esto", dice, mientras apura el plato. Es la primera comida que realiza hoy porque practica el ayuno intermitente. Por la mañana toma un café americano, solo, y va al gimnasio. "Cuando tienes uno curro creativo cuesta desconectar. En el gimnasio me pongo un podcast de true crime y me deja el encefalograma plano. Cuando iba desayunada no estaba tan cómoda".

Nos preguntan si queremos postre y la respuesta es un sí rotundo. Elige el pan con chocolate, aceite y sal. Me cuenta que a ella le encanta cocinar. Se marchó de casa a los 16 años y eso la hizo espabilar en los fogones, es de "verdurilla y sofrito. De cocina mediterránea". En su nevera siempre hay al menos tres tipos de queso. También está entrando en el mundo de las especias, "la cúrcuma te eleva un arroz blanco a otro nivel", explica. Le gustan los programas de cocina."Hace tiempo que le pido a mi manager que quiero ir a Masterchef Celebrity, pero no me quieren porque no soy lo suficientemente famosa. Claro que seguramente me echarían en la primera gala", reconoce.

Del DiverXo al Semproniana

Tiene ganas de probar el Celler de Can Roca y el DiverXo. "Me gusta cómo Dabiz Muñoz cuenta la cocina. Intento imitar cosas que hace". Otro referente que tiene es Ada Parellada. De ella dice que es "una tía que lo vive con pasión y hace una cocina muy interesante".

La Suu ha conocido de cerca influencers y asegura que hay "muchos caraduras". "Que llegues a un acuerdo y te inviten me parece fantástico. Pero que tú llegues a un restaurante, con tu elitismo y los tuyos followers, y cuando te lleven la cuenta digas que has hecho unos stories...". Los tilda de "nuevos ricos que tienen una fama que no merecen y no saben gestionar". Me avisa que en Madrid aún es peor. Y acaba con un consejo: "Red flag para la gente que trata mal al personal de los restaurantes y green flag a los que son superamables. No cuesta nada ser agradable en la vida".

Precio de la comida: 63,40 euros.