Ni un día en casa

Dos tipos honestos lideran un barrio lleno de vitalidad

Este restaurante de la Rambla del Poblenou tiene treinta platos fijos y cada día se añaden algunas opciones dependiendo del mercado y de la temporalidad

El 58

  • Dirección: Rambla del Poblenou, 58 08005 Barcelona
  • Carta: platos de calidad
  • Obligado: croissant de mejilla de cerdo con huevo frito
  • Vino: carta con buenas referencias poco conocidas
  • Servicio: cercano y personalizado
  • Local: con vida y terraza interior
  • Precio por persona: 50 euros

Abrieron la noche de San Juan del año 2013, han sobrevivido a una pandemia letal para la vida de las personas y para muchos negocios gastronómicos, tienen un público fiel que llena siempre un local agradable con una decoración retro y han encontrado el equilibrio perfecto entre lo que comes y lo que pagas. Como carta de presentación no está mal.

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Este restaurante de la Rambla del Poblenou está liderado y gestionado por el Amós Martínez (valenciano, del Barça y con mujer e hija catalanas) en la cocina y Jerome Misan (de madre francesa, padre inglés, pareja valenciana e hijos catalanes) en la sala. Se conocieron trabajando en el hotel Diagonal Zero durante cinco años hasta que decidieron emprender un proyecto propio.

Estamos frente a una carta de treinta platos fijos en la que cada día se añaden algunas opciones dependiendo del mercado y de la temporalidad. Empecemos con cecina de wagyu; navajas con cítricos; gamba roja fresca (pequeña, pero muy sabrosa) y guisantes con vieira. Todos son platos para compartir y disfrutar. En esta primera parte de la comida nos ha apoyado una botella de Sassó un xarelo de la Finca Parera de San Lorenzo de Hortons recomendación de Jerome. Continuamos con un plato de vieiras con langostinos y cepas; un croissant de mejilla de cerdo con huevo frito, y lomo de vaca vieja gallega con foie. En esta segunda parte del almuerzo nos han apoyado una botella de Pater, un garnacha tinto de Ficaria Vins de la Figuera. En la carta hay tres postres, los catamos todos: pastel de queso; coulant de chocolate y lemon pie con helado de vainilla.

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Amós, con la inestimable ayuda de Mengen Wu (cocinero catalán de origen chino), es capaz de adaptar su cocina al gusto del cliente. Una cocina poco grandilocuente que respeta el producto y su cocción, sabrosa y bien elaborada. Por su parte, Jerome transmite su bonhomía por una sala que cambia del día por la noche. Durante el día predomina la calma con más almuerzos familiares y de negocios que contrasta con el batiburrillo controlado y divertido de la noche.

Nos sentamos con los protagonistas del éxito del 58 (en la puerta hay un letrero en francés que dice Le cincuenta ocho). Jerome fue el impulsor para crear un proyecto propio: "Creía que en el hotel estábamos perdiendo el tiempo y que podíamos crear un restaurante a nuestra medida". Y Amós recuerda: "Cuando Jerome me hizo descubrir la vitalidad de la Rambla del Poblenou creí que nuestro proyecto era posible". Jerome añade: "Encontramos un piso abandonado e intuyeron que tenía muchas posibilidades para hacer lo que queríamos hacer y, además, tuvimos la suerte de recibir la última licencia en ese pedazo de calle". Como puede imaginar, pusieron todos los esfuerzos en la rehabilitación del local y en la decoración, pero a la hora de elegir el nombre no perdieron el sueño.

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La pandemia les hizo mucho daño, pero se reinventaron y han vuelto a ser una referencia de Poblenou con productos de calidad y unos precios muy ajustados. Han encontrado un gran equilibrio entre lo que come el comensal y lo que paga. Dos tipos honestos, profesionales y con una idea de negocio que dignifica un barrio lleno de vida y de contrastes.