Burbujas

Toni i Paco de la Rosa: "La marca Corpinnat se consume en masa en Cataluña, mientras que con el cava no es así"

Torelló Viticultores

HelidaLa carretera que conduce hacia Torelló Viticultors, en Gelida, es una de las más bonitas del Penedès. Tiene viñedos a ambos lados, y durante kilómetros no hay más que los campos. De repente, cuando los ojos ya se han acostumbrado a las cepas, aparece la masía de Can Martí de Baix, la bodega insignia de la marca adscrita a Corpinnat, donde me esperan los dos hermanos, Paco y Toni de la Rosa Torelló, y la madre de ambos, Ernestina Torelló, que con sus ochenta y dos años participa en la entrevista con los hijos y también prepara uno de los platos que comemos mientras hablamos: unas berenjenas fritas que cantan los ángeles. Ella representa a la 22ª generación Torelló. Es un viernes diáfano y en el jardín de la masía nos entablamos mientras vemos cómo un grupo de norteamericanos hacen una visita guiada con un trabajador de la casa, Jordi Olivella. Antes de todo esto hemos tenido tiempo de ir a ver los viñedos, observando el minúsculo mosquito verde, que se paseaba por una hoja, cuyo nervio se come. Ha sido una de las grandes plagas de este verano.

¿Cuándo empezó todo aquí donde estamos?

— Ernestina: El documento más antiguo que hemos conservado asegura que en 1395 el señor de Gelida marca un enfiteusis sobre la finca de Can Martí y sobre sus masías, Can Martí de Baix y Can Martí de Dalt. En 1993 empieza a trabajar en la primera vendimia mi hijo mayor, Paco.

— Paco: Había estudiado empresariales y enología, y había trabajado en la cooperativa de L'Arboç, donde aprendí mucho. Era un chiquillo de 24 años, me rodeaba de trabajadores que me triplicaban en edad, y me sentí orgulloso, porque me hice escuchar. La idea que trabajara en la cooperativa fue del abuelo. Ahora bien, en 1993 empiezo en la casa, con la vendimia, porque lo que yo quería hacer realmente era cultivar el campo, ir a la viña, elegir la uva...

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Después se incorpora Toni, y se distribuye los papeles en la empresa.

— Toni: Yo estudié de pie, y entre Paco nos distribuimos las tareas, sí. Paco lleva la enología y hace de comercial, y el resto, yo.

¿Cuántos estás en Torelló?

— Toni: Somos una empresa pequeña. Trabajamos treinta personas, elaboramos medio millón de botellas adscritas a Corpinnat ya la DO Penedès, y facturamos cuatro millones de euros.

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Justamente con los vinos tranquilos acaba de cumplir una fecha redonda: hace setenta años que sus abuelos, Francesc Torelló y Josefa Llopart, elaboraron un vino blanco, Blanc Tranquille.

— Toni: Es un dato que nos hace ilusión de difundir, porque de éste sí que tenemos constancia exacta. Los abuelos empezaron a hacerlo en 1954, y en 1973 lo inscribimos dentro de la DO Penedès, así que somos una de las bodegas con la inscripción más antigua. Este blanco es uno de los cinco blancos que hacemos. También tenemos dos rosados ​​y un tinto.

Y con los espumosos, ¿cuál es la fecha que tiene?

— Toni y Paco: El próximo año celebraremos los setenta y cinco años del inicio de la elaboración de la primera botella de espumoso.

Vuelvo atrás con lo que me había dicho del documento del siglo XIV. Ha hablado de las masías Can Martí de Baix y Can Martí de Dalt. Aquí estamos en Can Martí de Baix.

— Toni: Esta masía la heredó nuestra abuela, Josefina Llopart y de él pasó a nuestra madre, Ernestina Torelló. Paco y yo somos la tercera generación que embotellamos los vinos, y que ponemos nuestro apellido en las botellas. El caserío Can Martí de Dalt lo heredó la tía de Ernestina y, por cosas que pasan en la vida, se perdió, y años después lo recuperamos, y ahora forma parte de la finca. Ahora bien, el documento del señor de Gelida que hemos mencionado obligaba a vivir en la masía ya transmitirlo generación tras generación. Nosotros lo hemos cumplido.

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Así pues, fueron sus abuelos, Josefa y Francisco, los que empezaron a hacer vino?

— Paco: Sí, y tuvieron una visión muy buena en un momento, en 1951, que no era fácil porque eran tiempos de posguerra.

Los abuelos comienzan, en 1954 tenemos el primer vino blanco embotellado, después vienen los espumosos, ya vosotros dos te toca hacer la revolución, si me dejáis decir así por lo que supuso salir de la DO Cava y crear Corpinnat.

— Toni: Y justo en el 2018, cuando ocurrió, yo era presidente de la cofradía del cava y formaba parte de la patronal del cava. Vivimos un momento muy delicado, porque nuestra intención nunca fue salir de la DO Cava. Pero cuando propusimos a la DO hacer un etiquetado diferente que indicara la larga crianza de nuestros espumosos, no lo aceptaron.

Hay una leyenda que asegura que los fundadores de Corpinnat se reunían aquí donde estamos ahora.

— Toni: Es cierto. Es el lugar más alejado de Sant Sadurní, donde nadie podía vernos. También nos reunimos en alguna otra bodega.

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— Paco: Además de la crianza, también queríamos indicar que nuestros espumosos provienen de unos viñedos ecológicos de mucha calidad y de bajos rendimientos, donde el esfuerzo es más importante y que nosotros somos elaboradores de vinos excelentes, a los que los ponemos las burbujas. Es decir, lo muy difícil es hacer un vino blanco excelente, que en Corpinnat todos nos lo hacemos nosotros, porque es nuestro requisito. Si tienes un vino blanco excelente, ya lo tienes; después pones las burbujas, y la larga crianza.

¿Qué pasó cuando le dijo a sus familias su decisión, primero la de marcar dentro de las etiquetas de la DO Cava una distinción, y después la de marcharse?

— Paco: ¡Que ya era hora! Fue la frase que más nos dijeron. Nos comentaban que el mundo lo entendería, que habíamos tardado mucho. Y es cierto que los importadores lo entendieron.

¿El nombre de Corpinnat también se entendió?

— Paco y Toni: Cuesta, lo sabemos.

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— Toni: A mí mismo me ocurre que digo cava en vez de Corpinnat. Pero también te digo que en el extranjero Corpinnat se ha introducido bien. En Japón cava significa hipopótamo. También es cierto que ahora está teniendo mucha fortuna la palabra burbujas.

Repasamos los Corpinnados que elabore, y déjeme resaltar el diseño moderno de las etiquetas.

— Paco: Del diseño se ocupa Toni, y yo le hago caso en todo. Hacemos el Torelló 225, que le llamamos así porque fermenta en una barrica de 225 litros. Después el Gran Torelló, que lo hacemos con los viñedos más antiguos. El Torelló 2019 y 2020, realizado con dos añadas. Y ahora hemos sacado al mercado el primer Corpinnado elaborado con el método ancestral, el Torelló Ancestral 2021. Es una edición limitada, y está dentro del proyecto que los dos hermanos nos hemos propuesto hacer microvinificaciones. En este caso, la primera y única fermentación se realiza dentro de la botella, y las variedades de uva con las que la hemos hecho son el macabeo (27 %) y el xarel·lo (73 %). En total, tenemos ocho espumosos y siete vinos tranquilos.

Os destaco de nuevo sus diseños. ¿Apelan al público joven?

— Paco: Mira, hace un tiempo habría pensado que era una barbaridad que pusieran uno o dos cubitos de hielo en una copa de Corpinnado blanco o rosado. Ahora lo he visto hacer a mis hijos, y ya no me importa. Si no somos más permisivos, el público joven seguirá encontrando más atractivas las cervezas.

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— Ernestina: El caso es que consuman nuestros productos, hechos en nuestro país. El otro día fui a una conferencia en la que hablaba el consejero de Damm Ramon Agenjo y decía que en Alemania es impensable que se beban las cervezas que no sean alemanas.

— Toni: Aquí, por el contrario, creemos que somos más cosmopolitas si lo hacemos.

¿Usted se centra más en el mercado cercano o en la exportación?

— Toni: El 18% de nuestra producción lo dedicamos a la exportación; un 11% en el estado, y el 71%, en Cataluña. Con la marca Corpinnat la masa de consumo está en Catalunya y el resto del Estado, mientras que con el cava no es así.

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Mientras estamos aquí sentados he recordado que su casa salía en la telenovela de TV3 Niza de Poder. Y se les da las estirpes de poder que hay en el mundo de las burbujas.

— Toni: Sí, la casa salía como imagen aérea, pero eligieron Can Martí de Dalt como casa de los Capdevila. Pasan y han pasado muchas historias en la comarca, sí, pero te digo que Torelló, de marca Torelló, sólo hay uno, que somos nosotros. Y todos los documentos antiguos lo certifican.