Carta a la familia que dio el corazón de su hija
Regalos como estos no hay, y somos unos grandes afortunados que pensasen en las personas que podían ayudar
Querida familia,
Cada día y cada noche pensamos en el mayor regalo que nos ha hecho nadie, y habéis sido ustedes. Además, de forma desinteresada y desde la profundidad del corazón y el alma. Pensemos en vosotros como padres –hemos sufrido muchas veces por la vida de nuestra hija–, y creemos que es de mucha valentía y solidaridad la decisión que tomó en ese momento.
No sabemos si esta carta le ayudará a estar más tranquilos consigo mismo, a darle una razón de ser, un motivo de vida, pero queremos transmitirle que el corazón de su pequeña sigue latiendo y ha ayudado a dar una nueva oportunidad . Nuestra hija luchaba por vivir desde los cinco meses y, aunque siempre ha tenido una sonrisa para todos, ahora irradia felicidad y vida. Mucha más que antes. Queremos pensar que lleva un poco de su pequeña luchadora, que lleva algo de su resiliencia, y sobre todo de todo el amor del que ha estado rodeada.
Les damos las gracias, unas gracias que no se pueden contabilizar, que no sabríamos –y de hecho no sabemos– cómo expresar. Y es un sentimiento agridulce, porque sabemos que supone que una vida se ha ido, pero en serio que no tenemos palabras para describir lo que representa para nosotros esta segunda oportunidad.
Ahora nuestra tarea como padres es la de hacer valer este regalo tanto como podamos, mantenerlo, cuidarlo y HACERLO VIVIR, en mayúsculas. Esta pequeña parte que todavía sigue siendo en cierto modo vuestra, hacerla feliz, hacerla sonreír y vivir experiencias magníficas. Porque regalos como estos no los hay, y somos unos grandes afortunados que pensara en las personas que podía ayudar teniendo presente su dolor, que debía ser incalculable.
La canción
Cada día y cada noche, cuando poníamos a dormir a nuestra hija en el hospital, le cantábamos una canción, proyectando cosas buenas, bonitas. Le decíamos que era una niña valiente, una guerrera, que era un ejemplo para todos y que, a pesar de la larga, larguísima espera, un día llegaría su regalo más preciado y todo iría bien, podríamos volver a casa y podríamos vivir cosas maravillosas.
Cada día y cada noche desde hace 12 meses, cuando ponemos a la pequeña a dormir, seguimos cantándole la misma canción, ahora recordándole siempre que esta segunda oportunidad le intentaremos disfrutar al máximo de una manera sana. Y damos las gracias a la princesa guerrera que ahora habita en su interior, y les damos las gracias y les enviamos un pensamiento muy fuerte a vosotros, para que tengan fuerza y serenidad para encontrar la paz dentro del dolor.
Gracias y mil veces gracias por darnos la oportunidad de ser padres y poder ver la sonrisa de nuestra pequeña otra vez. No sabemos si le consolarán nuestras palabras, pero así lo esperamos. Hizo algo magnífico, consiguió regalar vida, estoy segura de que a más de un niño. Sois un ejemplo de valentía y entereza y les estaremos eternamente agradecidos.