Cómo era de pequeña...

Elisenda Roca: "Mi trauma era quedarme a comer en la escuela"

Estudió en las Dominicas y la pasión por el teatro le viene de familia, mientras que a la radio llegó por azar

Elisenda Roca (Barcelona 1963) es periodista, directora teatral, presentadora de televisión y escritora. Es una de las autoras más queridas de literatura infantil y ahora tiene en las librerías Mia Fantasía 7 y Minitwins 4.

Elisenda es del barrio de Gracia de Barcelona. “La cosa es muy endogámica. La abuela era de la Riera de San Miguel, el padre de la calle Joan Blanques, la madre de Breton de los Herreros, y hacíamos teatro en el Cercle, en la plaza Trilla. Pero cuando era pequeña nos trasladamos al Eixample, muy cerca del paseo de Sant Joan y de la Sagrada Família, porque éramos tres hijos, más el abuelo y un perro pastor y el piso había quedado pequeño”.

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Estudió en las Dominicas de la calle Mallorca. “Hasta que en COU me rebelé y dije “No vuelvo con las monjas”. Pero me lo pasé muy bien, no tengo ninguna queja. Mi trauma era quedarme a comer. Mi madre trabajaba, y algún día nos hacía comer allí y no lo soportaba. La comida no me gustaba en absoluto. Un día, cuando yo tenía 8 años y mi hermana 6, yo llevaba el dinero de la comida. Ella se quedó a comer y yo me escapé, pero me gasté todo el dinero en revistas de Charlie Brown, y me pillaron”.

¿Y qué te gustaba de la escuela? “Se hacía teatro. Era religioso, pero cuando tenía 13 años y me tocó dirigir corté este tema y monté Los habitantes de la casa deshabitada, de Enrique Jardiel Poncela. Fue un éxito y se terminaron las funciones religiosas. Teníamos un escenario con telón y lo hacíamos todo los alumnos”.

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El teatro ya venía de familia. “Sí, por los padres. Ellos se conocieron haciendo teatro. Yo nací entre cajas. Recuerdo el olor del maquillaje, el polvo que se te ponía en la nariz... Mi madre es actriz. A mí me gustaba más la parte de atrás, la dirección, pero salir a mí me daba muchísima vergüenza”. ¿Y cómo venciste la timidez? “A fuerza de enfrentarme haciendo cosas. El azar me llevó a la radio y me sentí cómoda. La radio me llevó a la tele y dije que sí porque me gusta probar cosas nuevas. Y pensé «Haz de ti», porque cuando hacía de mí misma lo pasaba bien, y entonces decidí que no interpretaría ningún papel sino que haría de mí misma”.

¿Hacías otras extraescolares? “En la escuela hacía ballet clásico. Tuve estrabismo y me operaron del ojo derecho a los 3 años, y siempre bailaba con gafas. Sólo me las quitaba para dormir. A los 15 años, cuando me dijeron «Ya te las puedes quitar», pensé: «No voy a poder». Las gafas formaban parte de mí, era como ir desnuda”.

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Los tres hermanos, una piña

Elisenda es la mayor de tres hermanos. “Nos llevamos 22 meses clavados. Mi madre era un reloj en esto”. ¿Y cómo era su relación? “De muy pequeños, yo que era ordenada, tenía rabietas porque me lo destrozaban todo, pero desde la adolescencia nos constituimos en una piña y, pase lo que pase, somos indestructibles”.

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Mi padre era ingeniero. "Se dedicaba a ir por toda Europa en coche, para mirar cómo instalaban válvulas de regulación, por centrales térmicas". ¿Como familia, viajabais? “Los veranos íbamos a descubrir poblaciones. Donde pasamos más tiempo fue en Cantonigròs. Hice un buen grupo de amigos. Venían Els Joglars y hacían vida; el Boadella no, pero los actores sí. Allá donde iban, mis padres montaban un festival de poesía, teatro, porque si no se aburrían. Ellos no eran de ir a la playa; ellos eran de ir a algún sitio, vivir el entorno y organizar cosas. Esto me ha convertido en una nómada veraniega”.

¿Qué decías cuando te preguntaban "¿Qué quieres ser de mayor?" “Novelista y bailarina. Empecé en la radio a los 17 años, por casualidad, como colaboradora en el programa Tutti fruti de Ernest Riveras, en Radio Juventud de Barcelona. Y después ya me contrataron y cambié la carrera por periodismo. Antes quería hacer historia”.

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