Seis juegos de mesa para las tardes de verano

BarcelonaLas tardes de verano no son sólo para ir a la playa o la piscina, también son una oportunidad para jugar en familia. El crítico y periodista cultural Toni de la Torre nos propone seis juegos de mesa que le harán pasar ratos divertidos durante estas vacaciones.

Seguro que cuando va a la heladería y ve tantos gustos disponibles, le cuesta decidirse. En Mucho Cucurucho no es necesario elegir, ya que puede utilizar todos los sabores. ¡El objetivo es construir un helado de 10 bolas! Sólo hay una norma: las diferentes bolas, que están numeradas, deben apilarse del número más bajo al número más alto. Sólo con esta regla, el juego propone una mezcla entre un Memory tradicional y un juego de estrategia. Sólo quien recuerde los números de las bolas que se destapan y quien sea inteligente a la hora de elegir qué bola coloca conseguirá levantar la torre heladera. La dinámica es divertidísima para jugar en familia, hasta cuatro jugadores, y se recomienda a partir de los 6 años.

Cuando son pequeños, los dragones necesitan que los protejan y cuiden, tanto como los humanos. Por suerte, seguro que en casa tenéis niños con ganas de cuidar a estas criaturas. Éste es el objetivo de Dragonkeepers, en el que manipulamos un libro mágico para hacer combinaciones que nos permitan cuidar diferentes tipos de dragones. Se trata de un juego de gestión de cartas que obliga a pensar cuál es la mejor combinación que ha sido creado por Michael Menzel (responsable deAndor, entre otros). Con unas ilustraciones de adorables dragones que llaman la atención de las criaturas y partidas de 2 a 4 jugadores muy dinámicas, este juego de Devir es especialmente recomendado a partir de los 8 años.

Es muy posible que alguna vez haya jugado una partida de Timeline, un juego de cartas que hace tiempo que tiene mucho éxito, especialmente entre los aficionados a la historia, tanto pequeños como mayores. Ahora la editorial Asmodee ha publicado una nueva versión del juego llamada Timeline Twist y que es cooperativo. En vez de competir, ahora son todos los jugadores los que deben ir destapando cartas en las que aparecen diferentes hechos históricos y ordenarlos de forma que queda una línea temporal ordenada cronológicamente. La gracia del juego es que, mientras nos divertimos, hace que los niños conecten hechos históricos que ya conocen y aprendan nuevos. Está recomendado a partir de los 8 años y pueden jugar de 2 a 6 jugadores.

El verano es para divertirse, claro. Pero también va bien repasar lo aprendido en la escuela. Os apetece hacer un poco de matas este verano? Un juego de mesa que le ayudará a conseguirlo es Código Secreto 13+4, un título de Haba que se presenta como la misión de unos agentes secretos que deben conseguir infiltrarse en un museo y coger la máscara de un faraón. El museo está lleno de trampas, y la forma de esquivarlas es a través del cálculo. Los jugadores deben hacer sumas, restas, multiplicaciones y divisiones, pero puede adaptar el tipo de operación a los niños. Con sumas y restas, a partir de los 6 años ya pueden jugar. A medida que se hacen mayores, añada las otras operaciones para seguir jugando.

Son lindos, algo traviesos y tienen ganas de realizar muchas acrobacias. Si sus hijos ven a los perros del juego de mesa Manchas querrán jugar con ellos todo el rato. Detrás de esa apariencia canina tan simpática lo que se esconde es un juego de tentar la suerte, una dinámica en la que los jugadores deben evaluar hasta dónde se quieren arriesgar. Lanzando dados conseguimos que cada perro aprenda trucos. Si tenemos suerte, nos quedaremos el perro en casa. Si no, quizás nos quedaremos con un jardín lleno de dados enterrados. La relación entre dados y perros es tenue (aparte de la estética) pero el juego es divertido y emocionante por jugar en familia. Está recomendado a partir de los 8 años y pueden jugar hasta 4 jugadores.

Si sus criaturas ya no son tan criaturas, una buena propuesta para pasar tiempo con ellos es un juego de roles secretos, un género cada vez más popular y que se basa en la capacidad de los jugadores de engañarse unos a otros. En Quest esto se transporta al mundo del ciclo artúrico, por lo que los jugadores se dividen entre los seguidores de Artús y los de Mordred. Los primeros deben realizar gestas que los demás deben sabotear. Son partidas de 4 a 10 jugadores en las que hay más conversaciones (los jugadores discuten sobre quién puede ser el “traidor”) que juego en el tablero, y donde siempre hay sorpresas impactantes cuando se descubren las identidades. Está recomendado a partir de 14 años.