Cómo era de pequeña

Sonia Fernández-Vidal: "Las matemáticas tienen una belleza que en el momento en que la entiendes las disfrutas muchísimo"

Creció en Mataró, estudió en la misma escuela donde trabajaba de maestro su padre y un libro sobre biografías de científicos despertó su vocación

Sonia de pequeña
19/06/2025
3 min

Sonia Fernández-Vidal (Barcelona, ​​1978) es doctora en información y óptica cuántica por la UAB. Es también escritora y divulgadora científica.

Creció en Mataró, en el barrio de Palau. Fue a la escuela Angela Bransuela, donde su padre trabajaba de maestro. "Yo me lo pasaba muy bien, me gustaba mucho aprender. Era de esos niños a los que les gusta la escuela". Enseguida se interesó por las ciencias. "Recuerdo que esperaba en la biblioteca que mi padre acabara de trabajar, y de muy pequeña cayó en mis manos un libro: Bibliografía de científicos. Era para niños y estaba ilustrado por Pilarín Bayés, con quien después de mayor yo haría un libro. Estas cosas del destino... Y recuerdo que me impactó mucho, porque pensé, a qué personas tan importantes. Y desde entonces, dije: quiero ser científica".

Era una niña que leía mucho, sobre todo, libros de fantasía: "Roald Dahl, Michael Ende... Después, de mayor, Tolkien. La literatura me abría puertas a mundos nuevos", dice. Le gustaba el juego simbólico. "Teníamos menos juguetes que los niños hoy en día. Probablemente, esto nos fomentaba un poquito más la imaginación".

De mayor le gustaban los juegos de rol. "Esta parte friki sí que la tenía. Existe el prejuicio de que los científicos somos muy cuadriculados, y yo pienso que nada más lejos de la realidad. Cuando estás haciendo ciencia, cuando investigas, eres como un explorador. Te estás moviendo por terrenos en los que nadie lo ha hecho nunca. Entonces, la creatividad, la imaginación, es la herramienta que se utiliza para seguir avanzando", explica.

Hija de maestros

Después de la escuela hacía inglés, música y piano. También tenis y natación. ¿La música tiene mucha relación con la ciencia? "Muchísima. La gran mayoría de matemáticos tocan el piano o el violín o pintan. Desde la Edad Media hemos separado ciencia y humanidades, pero están muy relacionadas. ¿No sería maravilloso, por ejemplo, un bachillerato artístico-matemático?"

Es hija de maestros. La madre es maestra de educación especial y, el padre, de historia. "Vengo de una familia de docentes. Mis abuelos por parte de padre también eran maestros, y los tíos. Lo llevo a las venas. O sea que la parte de docencia, que me gusta tanto, me viene de aquí".

Sonia Fernández-Vidal es física cuántica y ahora se dedica con pasión a la divulgación científica.

Tiene una hermana 20 meses mayor. "Ella hizo ciencias políticas y estuvo viajando mucho con organismos internacionales. Ha estado en Afganistán, Marruecos... ahora está aquí, con el departamento de colaboración internacional en la Generalitat". Tienen una relación muy cercana. "Teníamos el mismo grupo de amigos cuando éramos adolescentes. Somos noche y día en cuanto a carácter, pero me imagino que es un poco el juego, ¿no? Vas ubicándote donde el otro te ha dejado un espacio".

¿Las matemáticas cuestan? "Las matemáticas tienen una belleza que en el momento en que la entiendes las disfrutas muchísimo. Es como cuando estudias piano, tienes que hacer unas escaleras, unos arpegios... hasta que un día haces jazz. La ciencia también tiene esta vertiente. asegura.

Tiene dos hijos que tienen 5 y 7 años. Le pregunto cómo ve la forma actual de enseñar matemáticas. "Aún queda mucho por hacer. Mi hijo está aprendiendo las tablas de multiplicar. Esto se sigue memorizando, como siempre. Yo busco simetrías para que las disfrute un poquito más. Pero es lo que decíamos antes, tienes que hacer arpegios y escaleras para acabar haciendo jazz. Es el peaje y hay un trazo de cada vez más. reto".

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