Arquitectura

Rafael Aranda i Carme Pigem (RCR): "Nuestro rascacielos en Dubai es como un patio árabe en altura"

Arquitectos del estudio RCR de Olot

Render del rascacielos del estudio RCR Muraba Vel
24/01/2025
6 min
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BarcelonaLos Emiratos Árabes, junto con Francia, es el país donde los arquitectos Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta (los RCR) tienen mayor presencia internacional. Mientras siguen a buen ritmo las obras de su polo artístico y cultural en el Île Seguin, cerca de París, han hecho público el proyecto de un rascacielos en Dubai, una torre de 380 metros de altura con 131 apartamentos de dos en cinco dormitorios distribuidos en 73 plantas. De este rascacielos llama la atención que es muy fina (sólo mide 22,5 metros de ancho) y que estará recubierto por una sencilla malla de acero inoxidable. La torre estará ubicada junto a la principal vía de transporte de Dubai, la carretera Sheikh Zayed, ya los pies tendrá instalaciones de recreo y deportivas entre las que habrá piscinas, restaurantes y un cine, así como salas de reuniones , en unos espacios que recuerdan un paisaje de dunas.

El rascacielos Muraba Vel es un encargo del empresario Ibrahim al-Ghurair, que dirige la promotora Muraba. El edificio será el quinto proyecto que desarrollan con él, después de las viviendas Muraba Dia, la escuela Dar al-Marefa y dos casas, Alwah, del hermano de Al-Ghurair, y Kama, cuyo proyecto es de 2014. ¿Qué significa para ustedes trabajar con este promotor?

Rafael Aranda: Ibrahim al-Ghurair vino a buscarnos cuando empezaba su actividad como promotor, así que hemos podido realizar un camino juntos desde el inicio. No es una persona que viniera con unas ideas muy claras. Además, una de las diferencias respecto a otros clientes es que con Al-Ghurair hemos estado un mínimo de diez años, lo que nos ha permitido no realizar sólo una obra, sino diferentes proyectos. Son unas historias especiales, como nos había ocurrido con Fina Puigdevall, del restaurante Les Cols, y con el cliente de la bodega de Bell-lloc, Kurt Alexander Engelhorn. Son personas que entran en el mundo de desarrollar proyectos de nuestra mano.

Carme Pigem: Esto es bonito, porque es un camino que vamos haciendo juntos.

RA: Seguramente si no hubiera sido por este promotor, no habríamos hecho el Muraba Vel, porque no es nuestra tipología de proyecto. Es la primera vez para todos.

'Render' panorámico del rascacielos Muraba Vel del estudio RCR en Dubai.
Uno de los apartamentos del rascacielos Muraba Vel del estudio RCR en Dubai.

Decían que el rascacielos no es una tipología habitual en su trayectoria. ¿Se le han tenido que plantear de forma distinta que proyectos anteriores?

RA: Lo hemos hecho como abordamos todos los proyectos, a partir del análisis del sitio, de lo que quiere ser este programa, es decir, cómo crear unas viviendas en altura, y los conceptos que lo aglutinen todo. Lo interesante es que, como hace diez años que entendemos el mundo árabe a través de este promotor, cada vez nos es más fácil hacer propuestas que están en relación con ese lugar.

CP: Para nosotros el sitio no es sólo una determinada geometría o unas determinadas dimensiones, tiene muchas facetas. Es casi un tema como de geografía, en el sentido de que abarca no sólo un territorio, sino también unas personas y una cultura. Por eso, a través de todos estos años de trabajo conjunto, hemos ido entendiendo más la cultura, una forma de hacer, el clima, el desierto, la arena, la luz...

RA: Abu Dhabi es un lugar donde no debes pensar la arquitectura en el sentido de que la relación entre el interior y el exterior pasa por una línea, como en la gran mayoría de arquitecturas, sino que debemos volver a lo que había sido la arquitectura antes, cuando se creaban espacios para ir haciendo esa relación. Por ejemplo, la casa de payés siempre ha tenido el espacio de la galería, que está entre el exterior y el interior. Y a la arquitectura árabe le ocurre lo mismo, siempre han tenido estos espacios de transición. El cristal nunca está en primera línea de fachada, está retranqueado por diferentes espacios seis o siete metros. El rascacielos es como un patio árabe en altura.

CP: Pero el patio no lo tenemos en el corazón del edificio, sino para protegernos del exterior.

¿Qué tienen en común el rascacielos Muraba Vel y la escuela Dar al Marefa?

RA: En la escuela también hicimos esa reflexión de protegernos del exterior. No hay ni un solo cristal que dé a la fachada, todo está protegido. Está hecha a partir de módulos opacos que crean interiores a partir de los patios, de la regulación de la luz y de la radiación solar. Son los mecanismos que tenía esa cultura.

Uno de los patios de la escuela Dar al Marefa del estudio RCR en Dubai.
Uno de los espacios educativos de la escuela Dar al-Marefa del estudio RCR en Dubai.

Desde el inicio de su trayectoria han hecho de las viviendas unifamiliares un laboratorio. La Casa Alwah está inspirada en las dunas y las jaimas.

RA: La vivienda unifamiliar es un programa en el que si podemos aportar algo más allá de lo conocido, nos interesa hacerlo.

La Casa Alwah del estudio RCR en Dubai.

¿Cómo creen que han evolucionado sus viviendas?

RA: Siempre nos hemos apoyado mucho en el sitio. Nuestras casas salen claramente del sitio.

CP: Y después siempre intentamos ver cómo estos espacios para la vida se vinculan con el exterior. Exploramos de forma reiterada cómo la relación entre el interior y el exterior se va explorando, pero el desarrollo es muy diferente, porque depende de cada lugar. . También pensamos que es muy importante no desconectarte de la naturaleza, del exterior.

RA: Y cada proyecto reconoce su propia materialidad, porque básicamente sale del sitio.

Recibieron el premio Pritzker en 2017. ¿Cómo lo ven con estos siete años de perspectiva?

CP: 2017 fue también el año del Proceso, y poco después vino la pandemia, así que todos estos años estuvieron marcados social y políticamente, todo esto también forma parte del momento del premio.

El Pritzker les habrá abierto aún más puertas. ¿Han rechazado muchas ofertas?

RA: A lo largo de estos años ha ido desapareciendo todo esto de los proyectos icónicos. Todo ha ido tomando otro ritmo. Hemos dicho que no, claramente, pero también siempre hemos tenido la sensación de que ya no venían a buscarnos, porque nuestra manera de hacer no va con grandes proyectos. En ese sentido, estamos contentos.

CP: Nos gusta ver si realmente con un cliente podemos establecer buenas cosas o si sólo viene a buscar al arquitecto premiado. Lo bueno es lo que te viene a buscar porque le gusta la arquitectura que haces, no sólo por una cuestión comercial. Las cosas las puedes explicar, pero hace falta tiempo para llegar a interiorizarlas y comprenderlas de una manera profunda. A nosotros nos gusta establecer relaciones entre interiores y exteriores. Esto está dicho muy rápidamente, también es muy evidente, pero después, cuando vas entrando, tienes que plantearte qué significa estar dentro y estar fuera, y qué riesgos tomas en los proyectos, y eso no es tan evidente.

Desde el sector se ha dicho a menudo que sus obras merecen especial cuidado como únicos ganadores catalanes del Pritzker. Y al mismo tiempo hemos podido saber que el Ayuntamiento de Ripoll querría cerrar el espacio de la Lira, y que el de Olot querría cortar los árboles que hay en la pista de atletismo de Tossols Basil para poder organizar más competiciones. ¿En qué punto se encuentran estas actuaciones?

CP: No nos hemos encontrado con esto. Pero sí sabemos que desde el consistorio tuvieron interés en que la Lira sea un bien cultural. Y en Olot se estaría intentando que también fuera así con la pista de atletismo, porque su eco internacional es continuo, y venden atletas de todo el mundo. Lo que está pasando es que en la administración y el mundo de la arquitectura hay gente interesada –y se está trabajando– para que haya una figura intermedia de protección entre el Bien Cultural de Interés Local (BCIL) y el Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). Es decir, en la Lira y en la pista de atletismo se les daría un reconocimiento algo superior que el local, pero no se haría un monumento nacional. A nosotros nos parece interesante, porque la arquitectura contemporánea es muy frágil, y tiene un recorrido por delante.

RA: Precisamente, estamos a punto de terminar la rehabilitación del Centro Cívico de Ridaura, que estuvo bastante dañado. Hace dos años que trabajamos, y lo hemos conseguido con todo el esfuerzo del nuevo consistorio.

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