El Van Gogh más revolucionario, en la National Gallery de Londres
Una gran exposición con más de 60 pinturas y dibujos aflora el talento y los recursos del artista
LondresLas razones por las que Vincent van Gogh se marchó de París en febrero de 1888 y se instaló en Arles siguen siendo un misterio. Él mismo había afirmado que encontraba deprimente el clima parisino y que necesitaba "una luz diferente y un cielo más brillante", como recogieron sus biógrafos Steven Naifeh y Gregory White Smith. Aun así, es difícil entender que se marchara, porque aquel nuevo traslado suponía romper con la vida en común que Van Gogh había iniciado en París con su querido hermano Theo dos años antes para vivir en una región "remota, desconocida y hostil" ", como dicen los propios autores. Sea como fuere, las pinturas y dibujos que Van Gogh hizo en Arles, y más adelante en Sant Romieg de Provença hasta mayo de 1890, constituyen uno de los momentos álgidos de su trayectoria, como se podrá ver en la National Gallery de Londres a partir de este sábado en la gran exposición Van Gogh: poetas y amantes.
La muestra es uno de los eventos estrella de la celebración del segundo centenario del museo, y también del centenario de la compra por parte de la National Gallery de dos de las obras más icónicas del pintor, una de las versiones deLos girasoles y La silla de Van Gogh. "En 1924 fue un momento importante de la historia de la National Gallery, y la adquisición deLos girasoles y La silla de Van Gogh es una demostración del compromiso con el que los responsables del museo abordaron la pintura moderna y los conceptos del arte moderno dentro de una galería de arte histórica", afirma el director de la National Gallery de Londres, Gabriele Finaldi. "Los girasoles son una obra central en la experiencia que los visitantes tienen de la National Gallery”, subraya Christopher Riopelle, conservador del museo y comisario de la muestra junto con la comisaria invitada Cornelia Homburg.
Así, Los girasoles de la National Gallery es uno de los grandes protagonistas de la exposición, pero no en un gesto cara a la galería: los comisarios han querido abrir nuevos caminos y profundizar en el legado de Van Gogh. Por eso han planteado un tríptico excepcional formado por Los girasoles de la National Gallery y la versión del Museo de Arte de Filadelfia, flanqueando a ambos lados el retrato de Augustine Roulin conocido como La canción de cuna. Es la primera vez que el museo de Filadelfia cede su bodegón y que las dos versiones deLos girasoles están juntas desde que Van Gogh las tuvo en su estudio.
La disposición del tríptico no es gratuita, sino que responde a un dibujo del propio Van Gogh en una carta donde explicaba a su hermano sus experimentos sobre cómo presentar sus pinturas. "Van Gogh creía que este tipo de agrupación de imágenes, colores, formas y significados produciría un sentimiento de consuelo", dice la comisaria. En el cuadro, Augustine Roulin tiene entre sus manos una cuerda que serviría para columpiar una cuna que queda fuera del cuadro, y el propio Van Gogh había dicho que imaginaba su cuadro en un barco para confortar a los marineros. "Es una idea muy bonita", subraya Homburg.
Un momento creativo extraordinario
Debe ser todo un reto concebir una exposición sorprendente de un artista tan popular y estudiado como Van Gogh. Riopelle y Homburg decidieron adentrarse en los dos años "absolutamente vitales" que Van Gogh ocurrió en el sur de Francia. Se trata de un Van Gogh que estaba en el auge de su creatividad y que "revolucionó la pintura moderna", advierte el propio comisario. El período analizado corresponde al momento en que Van Gogh creó la Casa Groga, un puesto de trabajo para los artistas de vanguardia. Consiguió que Paul Gauguin se uniera, pero fue un desastre: fue entonces cuando Van Gogh acabó cortándose una oreja en plena crisis nerviosa y, poco después, fue ingresado en el sanatorio de Sant Romieg.
Pero los comisarios se sitúan en las antípodas del morbo y los tópicos y, en vez de estirar más el hilo de la biografía de Van Gogh, analizan sus pinturas desde un punto de vista estrictamente artístico. "Hemos querido resaltar los momentos destacados y los grandes hitos del trabajo de Van Gogh en el sur de Francia. Para nosotros lo más importante es remarcar cómo Van Gogh utilizó los motivos, modelos y escenas para crear en vez de representar ", advierten. Es decir, Van Gogh no sólo trabajaba al aire libre, sino que continuaba su trabajo en el estudio, y podía pintar lugares y escenas inventados. "Cuando pintó el pequeño parque que había frente a la Casa Groga le llama El parque de los poetas, y cada vez que le pintó hizo una interpretación diferente", dice la comisaria.
Este afán experimental estaba en sintonía con los debates de los artistas de vanguardia que había conocido en París, y Van Gogh siguió trabajando con estas ideas y compartiéndolas con sus colegas. "Fue entonces que se dio cuenta de que podía dejar huella y hacer un arte reconocible", explica Homburg. Precisamente, El parque de los poetas es una de las tres primeras obras del recorrido. Está entre El amante (Retrato de Paul-Eugène Milliet), a la izquierda, y El poeta (Retrato de Eugène Boch). De nuevo, son dos retratos idealizados: Van Gogh hizo Milliet más atractivo y convirtió a Boch en un soñador. Otro ejemplo de esta inventiva es el retrato de Patience Escalier, que Van Gogh quiso convertir en la imagen arquetípica de los campesinos. Y un caso muy flagrante es el deEl sembrador: la imagen del personaje proviene de un cuadro de Millet y el árbol del centro del cuadro de una pintura de Gauguin, a su vez inspirada en un grabado japonés.
Un maestro del color
Los puntales de la obra de Van Gogh en ese momento son, ante todo, una imaginación impregnada de sus conocimientos de la historia del arte y sus lecturas. También "un sentido extremo del color y una pincelada extraordinaria, que parece espontánea, pero está muy pensada", dice la comisaria. "Van Gogh salía a pintar en el campo con una combinación de colores complementarios en el campo y, al mismo tiempo, debía concentrarse y saber qué haría durante próxima media hora. Esto es muy duro", advierte.
Un plato fuerte del recorrido es una de las tres versiones de La habitación, la que posee el Arts Institute de Chicago. "La habitación era un sitio de reposo y tranquilidad donde él puso sus propias obras", dice la comisaria. En cada nueva versión del cuadro, detalla Homburgo, Van Gogh cambiaba las obras que figuraban. En la National Gallery, junto a La habitación existe el autorretrato que se puede ver en miniatura dentro del cuadro. El cuadro, dice la comisaria, esconde una historia curiosa: "Hay un retrato de una mujer rubia junto al autorretrato. No sabemos quién es, y el cuadro nunca se ha encontrado. Van Gogh evocó una escena amorosa que no sucedió, pero sí pudo imaginarse cuando estaba ingresado en el sanatorio de Sant Romieg".
Otro objetivo de los comisarios ha sido reivindicar la vertiente de Van Gogh como dibujante. Por eso han reunido en una sala una serie de dibujos de gran formato de las ruinas de la ermita de Montmajor que para Van Gogh eran trabajos casi equivalentes a las pinturas. El artista les concibió como una serie y, también para evocar la novela de Émile Zola La falta del abad Mouret. "En Arles, Van Gogh se dio cuenta de que podía dibujar y empezó a hacerlo de una forma muy ambiciosa", dice Homburg.
El tramo final de la exposición está centrado en cómo Van Gogh hizo variaciones sobre el mismo motivo, el retrato de la esposa del propietario de la taberna que frecuentaba, Madame Ginoux –bautizada como La arlesiana– y también sobre distintos motivos campestres. La historia de La arlesiana es muy envitricollada: se basa en un dibujo que Gauguin hizo mientras Van Gogh le hacía un retrato. Cuando Gauguin se marchó de la Casa Amarilla no se lo llevó, y tiempo después Van Gogh lo utilizó. "Van Gogh hizo cinco versiones, pero la mujer del cuadro ya no la identifica con Madame Ginoux, sino con la imagen arquetípica de la mujer arlesiana, que es muy interesante porque a las mujeres arlesianas se les atribuía una belleza espectacular desde la antigüedad, y cuando Van Gogh quería convencer a Gauguin le decía que había una Venus, actualmente conservada en el Louvre, y que se la enseñaría", dice Riopelle. En cuanto a los paisajes, muchos de ellos olivares de alrededor de San Romieg, Van Gogh los hizo de memoria en el taller que tenía en el sanatorio desde diferentes perspectivas, con sentimientos diferentes o como respuesta a los estilos de Gauguin y Émile Bernard.
Van Gogh: poetas y amantes estará abierta hasta el 19 de enero de 1925. Es la última exposición temporal que podrá verse en las salas históricas de la National Gallery. Las exposiciones temporales volverán en mayo de 2025 al ala Sainsbury del museo, que actualmente se está rehabilitando y ampliando. Coincidiendo con la inauguración de la renovada ala Sainsbury también verá la luz una nueva presentación de la colección permanente, que, según Finaldi, incluirá "sorpresas": obras nunca expuestas o restauradas, nuevas adquisiciones, salas monográficas y nuevos relatos.