Festival de San Sebastián

C. Tangana: “Para mí es duro verme en el documental”

El cantante presenta en el Festival de San Sebastián el documental 'Esta ambición desmedida' sobre su última gira

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C. Tangana en el Festival de San Sebastián

San Sebastián"Es el concierto más importante de mi puta vida", decía el 5 de marzo del 2022 Antón Álvarez, C. Tangana para la música, horas antes de presentar en vivo en Madrid el aclamado disco El madrileño. La actuación fue recibida con elogios entusiastas que hablaban de un antes y un después en la música en vivo en España. Y, sin embargo, el documental Esta ambición desmedida, que se ha presentado en San Sebastián este jueves, y que llegará a los cines el 26 de octubre, muestra el contraplano del éxito y las alabanzas hiperbólicas: un ambiente fúnebre en el camerino de C. Tangana tras la actuación de Madrid y la gran decepción del cantante, que califica de "desastre" el concierto. La sensación de fracaso se acentúa por el desbarajuste económico que rodea la gira: con una legión de invitados y una pequeña orquesta en el escenario, el presupuesto se disparó y, aunque factura "más que nunca la vida”, Álvarez asegura al documental que no ganará “nada” con la gira y que incluso perderá “entre medio millón de euros y un millón”.

Esta gira es una ruina es uno de los títulos que valoramos para el documental”, reconoce Santos Bacana, uno de los tres directores de un documental que también firman Cris Trenas y Rogelio González, las otras patas de la productora Little Spain. Esta ambición desmedida no es un relato sobre el éxito de una gira triunfal, sino una historia de frustración e inseguridades, con discusiones crispadas entre el cantante y su equipo y dolores de cabeza constantes para sacar adelante los conciertos.

“La idea inicial era hacer un documental sobre el proceso creativo del Pucho [apodo familiar de Álvarez], y acompañarlo en un viaje a Cuba para grabar con Eliades Ochoa y Omara Portuondo al estilo de Buena Vista Social Club, pero al final el referente fue Perdidos en la Mancha”, dice Bacana citando el documental sobre el proyecto fracasado de Terry Gilliam para adaptar Don Quijote con Johnny Depp. "Allí también hay una colisión entre las aspiraciones creativas y la realidad económica, y un líder creativo que acaba creyéndose Don Quijote", apunta Trenas. El documental sobre la gira, de hecho, surge de la productora de los conciertos como intento de frenar la sangría económica: “Se planteó como producto fácil, rápido y rentable, pero nuestra ambición creativa también se salió de madre y decidimos hacer otra cosa –explica Bacana–. Así que, en lugar de compensar la ruina de la gira, también nos arruinamos nosotros”.

C. Tangana abre su intimidad

Esta ambición desmedida se adentra en la intimidad de Álvarez hasta el punto de incluir escenas en la cama con su pareja y una cena con amigos llena de parlamentos emocionados y lágrimas, pero también discusiones amargas con su mánager y gritos de desesperación. El cantante asegura que, "desgraciadamente", es "como se ve en el documental, un obseso del control", y que siempre que aparece en pantalla tiene ganas de "enterrar la cabeza". “Para mí es duro verme en la película –reconoce Álvarez–. Honestamente, me hubiera gustado un documental diferente. Pero yo puse mi vida en sus manos porque los quiero y confío en los directores, no le habría permitido hacer esto a nadie más en el mundo. Si Sorrentino me dice que salte a la comba, yo salto, pero no le habría dejado grabar todo esto”.

A lo largo del documental se ve cómo el desgaste de la gira se va cobrando un precio en el músico, cada vez más reacio a continuar con el personaje de Tangana y su meteórica carrera musical. De hecho, Álvarez asegura –y su madre lo corrobora– que su futuro profesional apunta más hacia el cine que a la música. Y este jueves lo ha confirmado él mismo en San Sebastián. “Tengo la ambición de hacer cine y estoy trabajando en una película. No tengo ni idea de qué tipo de director quiero ser, pero tampoco tenía ni idea de qué disco sería El madrileño. Ya se verá".

Álvarez está escribiendo un guión y tiene un proyecto de serie, pero su primera película, en la que lleva más de un año trabajando, es un documental sobre uno de los músicos de la gira Sin cantar ni afinar: el guitarrista flamenco Yerai Cortés. "Es mi artista favorito del mundo ahora mismo, y el documental hablará de quién es él como artista", explica Álvarez. La música, mientras, queda aparcada. “Honestamente, no sé qué haré con la música –admite–. Y me gusta estar en ese punto. Pero seguramente terminaré sacando discos, es una pulsión natural en mí y lo he hecho toda la vida. Lo que ocurre es que no siento la necesidad de entrar en la rueda de sacar canciones constantemente. Y sí, me pica el gusanillo de ir al estudio, tengo mazo de ganas, pero no lo haré la próxima semana”. Necesidad no tiene: Álvarez admite que, finalmente, no se arruinó con la gira. “Eso sí, han sido dos años de trabajo en los que habría podido ganar mucho dinero y comprarme un piso y, en cambio... Pero aunque la gente piense otra cosa, yo lo hago todo por la pasión, y en ese sentido ha merecido la pena”.

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