La estocada de la Milady de Eva Green en los tres mosqueteros

Después de Los tres mosqueteros: De Artagnan (2023), Martin Bourboulon comanda Los tres mosqueteros: Milady, la segunda entrega de las aventuras de los personajes creados por Alejandro Dumas con los que el cine francés reivindica un blockbuster de acción genuinamente autóctono a partir de uno de los padres literarios de la capa y espada. Bourbolon quiere restituir cierta grandiosidad analógica a este género rodando en localizaciones reales y otorgando a la acción un dinamismo más físico que digital. Pero se echa de menos en la puesta en escena el talento de insertar un sentido coreográfico en las disputas de espadachines, una carencia que el director sustituye con la falsa idea de mantener la cámara siempre en movimiento.

La nueva película de los mosqueteros celebra la carismática Milady, la antagonista femenina de los personajes. El filme quiere entender las razones de esta femme fatal pionera sin restar fuerza a la ambigua complejidad que explica su atractivo dramático. No hay actriz más adecuada para encarnar a Milady que Eva Green, magnética ya la vez vulnerable en el papel, capaz de recoger tanto la fascinación como la misoginia con la que la ficción masculina ha dibujado tradicionalmente a las mujeres atractivas y con poder. Más emocionante en la segunda parte que en la primera, al filme le pesa un D'Artagnan algo insulso y el mermado protagonismo de mosqueteros como Porthos, que encarna a uno de los grandes cómics del cine francés, Pio Marmaï.