'Megalópolis', el sueño descomunal del faraón Francis Ford Coppola
El director transforma Nueva York en un decadente y barroco Imperio Romano en un filme que reivindica la libertad creativa
- Dirección y guion: Francis Ford Coppola
- 138 minutos
- Estados Unidos (2024)
- Con Adam Driver, Giancarlo Esposito y Nathalie Emmanuel
Desbordante, fascinante, y, por momentos, ególatra y ampulosa. Es Megalópolis ¿la película más coppoliana de Francis Ford Coppola, el filme que recoge más fidedignamente su forma de entender el cine? Para un cineasta que decía que “para vivir dentro de tus posibilidades no se necesita imaginación” –como se acuerda en el ensayo de Peter Biskind Moteros tranquilos, toros salvajes– es evidente que dirigir películas es lo más parecido a construir pirámides, y Megalópolis debe entenderse, pues, como el sueño de un faraón del cine. De un emperador, más bien, puesto que en su último trabajo ha transformado Nueva York en Nueva Roma, la capital de un imperio decadente con la intención de hablarnos de un hombre y de una utopía.
Si dejamos de lado El padrino, donde encontramos al Coppola más clásico, no cuesta descubrir en la filmografía del director esta tensión entre la creatividad artística y las imposiciones sociales e industriales que coartan la libertad del genio. Y en Megalópolis reincide por partida doble. Primero porque estamos hablando de un proyecto millonario que ha acabado produciendo él mismo tras el desinterés de Hollywood. Segundo, porque este relato de ciencia ficción retrofuturista que pone en escena el enfrentamiento del arrogante arquitecto Cesar Catalina (Adam Driver) y el alcalde Cicero (Giancarlo Esposito) es un circo aceleradísimo donde cabe casi todo, desde extraños efectos digitales hasta ideas sublimes sobre el futuro de la civilización, collages experimentales, cine expandido y un sentido del humor inesperado.
Está claro que solo el tiempo dirá si Coppola es tan legendario como King Vidor o Erich von Stroheim, pero por ahora el director de Apocalipsis Now ha filmado su particular Cabiria (Giovanne Pastrone, 1914). Una obra más grande que la vida, es decir, cien por cien Coppola.