De niña a mujer enclaustrada en la jaula de oro de Elvis Presley
Sofía Coppola se adentra en la claustrofobia del amor tóxico en 'Priscilla', 'biopic' sobre la mujer del Rey del Rock
- Dirección: Sofía Coppola. Guion: Sofía Coppola a partir del libro de Priscilla Presley y Sandra Harmon
- 113 minutos
- Estados Unidos e Italia (2023)
- Con Priscilla Presley, Sandra Harmon y Sofia Coppola
Sofia Coppola se enfrenta al mito de Priscilla Presley y Graceland, el mundo de Elvis Presley, como si se estuviera observando a sí misma en un espejo simbólico. Lo decimos de entrada: Priscilla, el biopic de la mujer del Rey del Rock, es un nuevo capítulo de una filmografía que insiste en retratar las jaulas de oro de chicas privilegiadas, sean reales o ficcionales, pero chicas, al fin y al cabo, cautivas de su deseo y de una inocencia embriagada que todavía no ha tomado conciencia del precio de las cosas. Las niñas de Las vírgenes suicidas, Maria Antonieta o Priscilla son Coppola y a la inversa, porque todas son avatares y víctimas de una fatalidad extrañamente femenina que las condena a la soledad y, en algunos casos, a la muerte.
El destino de Priscilla Ann Beaulieu Presley no es tan trágico, sin embargo. Superviviente de un matrimonio que en realidad era una cárcel, el film de Coppola imagina el tránsito de niña a mujer de la protagonista. Cuando conoció a Elvis Presley, ella tenía 14 años y él, con 24, ya era una estrella del rock. Nos encontramos en el terreno de las historias de iniciación, aquí con el amor como marco narrativo y la cuestión de la identidad como reflexión última. Priscilla, pues, comienza como un cuento de hadas, con una princesa embobada y enamorada de un hombre gigante y sexual, y se acaba transformando en un relato oscuro sobre una joven escondida como un fantasma en el castillo de un príncipe ausente.
Por último, un interrogante nada baladí: ¿es Priscilla una refutación del Elvis de Baz Luhrmann? Si aquel biopic presumía de extravagancia y velocidad, el de Coppola se modula en sottovoce, resultado, por otra parte, de las restricciones económicas de la producción. Es la cara B perfecta del relato sobre la pareja: oculta tras el brillo, el maquillaje y la fama, quizá encuentre la verdad de su historia.