Maria Netavrovana: "Cuando las explosiones estuvieron cerca, dijimos «o corremos ahora o nos morimos»"
La actriz de la película 'Caída libre', de Laura Jou, llegó de Ucrania a Barcelona con una mochila y 300 euros
BarcelonaPara cualquier actriz, en la vida habría un antes y un después de debutar en una película de Laura Jou producida por JA Bayona y coprotagonizada por Belén Rueda. Pero lo que dividirá para siempre la vida de la ucraniana María Netavrovana (Kiiv, 1996) es algo más dramático: la huida de la guerra de Ucrania. "Aquella noche era con una amiga. A las 5 oímos la primera explosión; se llama explosión? Lo empaquetamos todo y fuimos a un refugio. Pasamos, creo, dos días. Todo pasa muy rápido; no sabíamos si era día o noche. Cuando las explosiones estuvieron muy cerca, dijimos: o corremos ahora o nos morimos, y decidimos correr, porque nos habían dicho que había trenes de evacuación Corrimos hacia la estación. que, si no, no sabes qué puede pasarte. Pensaba que si llegaban los soldados harían lo que quisieran con nosotros. Realmente nadie sabe qué es la guerra".
La belleza serena y la voz dulce de Netavrovana contrastan con lo que cuenta. Ella era gimnasta profesional. Con 18 años dejó la competición y abrió su propio club, en Puixtxa-Voditsia, cerca de Butxa, en las afueras de Kiiv, donde entrenaba niñas. Aquel febrero del 2022 habían avisado por televisión a los civiles de que prepararan una mochila con ropa, comida, documentos de identidad y dinero ante un posible ataque ruso. Es todo lo que se llevó. "Estoy muy agradecida a todo el mundo que ofreció casa a ucranianos, gente que sin conocernos nos ofrecía alojamiento y dinero", recuerda. Un periodista mexicano que había conocido hacía pocos meses en Kiiv, con el que mantenía el contacto, les propuso a ella ya su amiga refugiarse en su casa de Barcelona. Y así aterriza en la ciudad, donde busca trabajo de entrenadora deportiva. En un club se entera de que buscan una gimnasta que hable español para un casting de cine. "Estaba muy perdida. Intentaba cogerlo todo. Cuando lo has perdido todo, no pierdes nada por intentarlo. Yo no sabía quiénes eran Belén Rueda ni Bayona tampoco para mí se trataba de tener un objetivo para vivir. No estaba ni nerviosa", recuerda. La directora Laura Jou quedó impresionada por su presencia e incluso adaptó el guión para encajar la historia personal de Netavrovana y su acento.
Desde ese mes de junio del 2022, cuando la eligieron como actriz, la historia se ha acelerado: ha rodado y estrenado en los cines la película Caída libre, se ha casado con ese chico que la acogió, ha abierto un estudio de gimnasia en Barcelona, ha estudiado interpretación, ha aprendido castellano e inglés y puede entender un poco el catalán. Lo mejor y lo peor le ha ocurrido a la vez. "Eso tienes que trabajarlo con un psicólogo. Es muy radical. Es muy triste y muy feliz. Entonces lo que hace mi cabeza es cerrar todas las emociones: no estoy triste ni feliz, estoy neutra. Creo que todos los inmigrantes tienen esta síndrome del superviviente que no te deja vivir. Me hubiera gustado sentir más felicidad, vivir más al máximo la boda, la película, pero... ¿Cómo puedo vivir buenos momentos cuando en mi país muere gente? explicándolo a todo el mundo, tienes que quedarlo dentro y vivir la vida", afirma. Ella tiene al padre en Israel, la madre en Ucrania, porque el padrastro está en la frente, y la abuela murió a raíz de una caída después de que un cohete impactara cerca de casa.
¿Qué pasará ahora? En Ucrania los 27 años "ya es muy tarde" para decidir qué quieres hacer en la vida, dice Netavrovana. "Aquí la gente cambia a menudo de trabajo y allí está mal visto. Me gusta esa tranquilidad de no tener que decidirlo todo ahora. Me intento adaptar", admite. Es consciente de que la película ha sido un golpe de suerte y ahora nota presión para dedicarse a ella y para encontrar trabajo. "Yo no soy actriz y tengo que formarme. Creo que estudiaré, buscaré agente y haré todo lo que pueda, y ya veremos qué sale".