Crítica de cine

La secuela de 'Joker' se niega a ser lo que los fans esperaban

Todd Phillips dirige una de las propuestas más devastadoras y atrevidas que nos han llegado de Hollywood en los últimos años

Lady Gaga en la película 'Joker: folie à deux'.
2 min
  • Dirección: Todd Phillips. Guión: Scott Silver y Todd Phillips
  • 138 minutos. Estados Unidos y Canadá (2024)
  • Con Joaquín Phoenix y Lady Gaga

Fuera dudas. Joker: folie à deux es una de las aproximaciones más insólitas y estimulantes al musical llevadas a cabo desde el cine contemporáneo. Dos años después de los eventos de la primera entrega, reencontramos Arthur Fleck (Joaquin Phoenix) encerrado en prisión en espera del juicio. Cuando el protagonista conoce a Lee (Lady Gaga), una Harley Quinn muy alejada, como fan fatal, de las representaciones más típicas del personaje, empieza a evadirse de la realidad que le rodea a través de sobrios números a partir de grandes estándares del repertorio musical estadounidense. Como tantos otros antes que él, Joker encuentra en el musical un espacio donde expresar sus sentimientos reprimidos ya la vez una forma de entretenimiento en la que también se siente como en casa.

Pero en la segunda parte, el filme da un vuelco cuando el juicio se convierte en el contexto en el que cristaliza la crisis de identidad del protagonista. Ya no se trata de saber si Joker es culpable, sino decidir quién es en realidad Arthur Fleck. En una secuela que no sale apenas de estos dos escenarios cerrados, el protagonista, escindido entre las distintas percepciones que de él tienen a su alrededor, acaba convirtiéndose en prisionero de lo que esperan sus fans. La película de Phillips resulta una constatación trágica sobre la imposibilidad de Fleck de convertirse en un Joker libre y con vida propia una vez el fandom más radical se ha apoderado de su personaje. El cineasta parece tener en mente tantos otros ejemplos de masculinidades tóxicas, del cine de Martin Scorsese en El club de la lucha, idolatradas por los espectadores a los que deberían servir de revulsivos. Para evitarlo, imagina un desenlace radical que aleja definitivamente a su Joker de cualquier posibilidad de mitificación y convierte Joker: folie à deux en una de las propuestas más devastadoras y atrevidas que nos han llegado de Hollywood en los últimos años.

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