Cine

Tarantino desencadenado: «'Bambi' destrozó a muchos niños durante décadas»

Extraordinario acto del cineasta norteamericano en el Teatre Coliseum de Barcelona

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El Teatro Coliseum de Barcelona este domingo antes del acto de Quentin Tarantino

BarcelonaExtraordinario acto con Quentin Tarantino en el Teatre Coliseum de Barcelona: una lección de cinefilia, de generosidad argumentativa y de respeto por un público que ha pagado 90 euros por dos horas y media con el cineasta norteamericano; por cierto, entre el público que llenaba el teatro, Albert Serra y Joel Joan, dos artistas con concepciones del cine totalmente opuestas, pero los dos atentos a la entretenida e inteligente charla de Tarantino (Knoxville, 1963), que ha precisado que su próxima película será sobre "un crítico de cine del 1977 al que nadie conoce". "Y no puedo explicar nada más", ha añadido. Es decir, pierde peso el rumor que apuntaba que sería un film sobre la prestigiosa crítica del New Yorker Pauline Kael (1919-2001).

También eran extraordinarias las condiciones de acceso: había que poner el móvil en modo avión y depositarlo en una bolsa con cierre magnético (como las alarmas en las tiendas de ropa) porque no se podía hacer ningún tipo de grabación ni fotografía del acto; tampoco los periodistas. Pasará lo mismo con Bob Dylan en el Liceu los días 24 y 25 de junio.

Las dos partes en las que se ha dividido la sesión (con subtitulación simultánea en castellano) han sido igualmente magníficas. La excusa era la publicación del libro de Tarantino Reflexiones sobre cine, el eje alrededor del cual se ha desarrollado la conversación del director de Pulp fiction con Jordi Costa, jefe del departamento de exposiciones del CCCB. Tarantino ha alternado vivencias y reflexiones sobre todo sobre el cine de los años 70 en Estados Unidos. “La experiencia de la Segunda Guerra Mundial hizo que en Europa y en Japón el cine tuviera un contenido más adulto, mientras que, en Estados Unidos, Hollywood hacía musicales extravagantes y cine familiar”, ha recordado.

Todo cambió a partir de “películas como Bonnie & Clyde, 12 del patíbulo, El graduado y La leyenda del indomable”. Poco a poco se formó un nuevo Hollywood con posturas más “antiestablishment y subversivas”. Es entonces cuando un Tarantino predolescente forja su relación con el cine como espectador, tanto de films de serie B y de blaxploitation como de películas tan crudas como Deliverance, de John Boorman, o Perros de paja, de Sam Peckinpah. Costa, con preguntas muy pertinentes, ha preguntado si alguna imagen de aquellas películas lo traumatizó. “Vi Deliverance con 11 años, y no sabía lo que era la sodomía. No sabía muy bien lo que estaba viendo, pero como formaba parte de una historia podía entenderlo aunque no fuera al 100%. La que realmente me traumatizó fue Bambi, una película que destrozó a muchos niños durante décadas. La gente no se esperaba lo que pasaría. Es una película sobre cómo veían la apocalipsis los animales de bosque”, ha asegurado.

Entender 'Taxi driver'

Taxi driver, de Martin Scorsese, ha ocupado buena parte de la charla, con interesantes reflexiones sobre la violencia como "materia fílmica" y la percepción que el público podía tener de Travis Bickle, el personaje al que interpreta Robert De Niro. Tarantino ha hablado de Brian de Palma y del Roman Polanski de Repulsión para valorar mejor el punto de vista de Scorsese, que en Taxi driver permite que "entendamos al monstruo" y que "nos pongamos en su piel, lo cual no quiere decir que estés de acuerdo con él". Un fragmento de la violentísima Harry el sucio proyectado en una pantalla ha cerrado la primera parte. Después de un descanso, Tarantino ha reaparecido para leer, o casi escenificar, el capítulo final del libro. Es un texto en el que habla de Floyd Ray Wilson, "un tío negro de 37 años" que vivió en su casa durante un año y medio a finales de los setenta. Con él tuvo "una de las experiencias más estimulantes" cuando fueron juntos a ver un film de blaxploitation (Pólvora negra, de 1972, protagonizada por Jim Brown) en un cine en el que el único blanco era él: el entusiasmo que el film provocaba en el público es el que dice que ha perseguido conseguir el director de Malditos bastardos y Django desencadenado. Para no aplastar la lectura del libro, lo más sensato es destacar solo lo importante que fue Floyd para que Tarantino se convirtiera en quien ha sido. Todo esto lo ha explicado poniendo el alma en cada frase y con un final especialmente emocionante. Una ovación con todo el mundo en pie ha cerrado una charla extraordinaria en el Coliseum.

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