La cultura camina hacia horarios más europeos
Espectáculos escénicos y musicales apenas se adaptaban a los del transporte público
BarcelonaTiempo era tiempo, los horarios de espectáculos escénicos y musicales apenas se adaptaban a los del transporte público. Era una norma no escrita. Así, en ciudades como Barcelona frecuentaban los acontecimientos que empezaban a las 22.30hy terminaban rozando el paso del último metro. Poco a poco teatros y salas de conciertos fueron adelantando el horario, pero a título individual, sin plan estructural alguno. El Teatro Nacional de Cataluña (TNC) fue uno de los primeros equipamientos en avanzar el inicio de las funciones. "En la temporada 2006-2007, pasamos de las 21 a las 20 h, y no tuvimos ningún problema", recuerda Mònica Campos, directora ejecutiva del TNC. Diez años después, la temporada 2017-2018, y atendiendo a las peticiones de algunos espectadores, el teatro decidió que las funciones del miércoles empezarían a las 19 h. De nuevo, la prueba fue satisfactoria y la aceptación del público, "total". Según Campos, se trata de adaptarse a la realidad europea y que el adelanto de los horarios forme parte de una estrategia más amplia que facilite la conciliación y acabe con jornadas laborales muy largas. "Son los demás países quienes lo están haciendo bien", dice. De hecho, las siete de la tarde son uno de los horarios habituales en los escenarios europeos. Paso a paso, el TNC ha profundizado en esta tendencia: en 2019 pusieron las funciones del sábado a las 19 h, y para la temporada 2020-2021 también las del viernes. Es decir, sólo el jueves mantiene las 20 h (y el domingo las 18 h). La experiencia ha sido positiva, y no ha impactado negativamente en el empleo.
Lo mismo ha ocurrido en el Palau de la Música, que hace tres temporadas avanzó media hora el inicio de los conciertos propios: de las 20.30 a las 20 h. "Fue todo muy democrático, porque respondió a una petición del público que se sometió a votación. Y ha ido tan bien que no hemos tenido ninguna queja", recuerda Joan Oller, director general del Palau de la Música. Estos cambios, que según Oller "vinieron para quedarse", repercuten en otros sectores, como el de la restauración, porque el espectáculo no compite con el horario de la cena, pero sobre todo en la salud. "Debemos ir hacia aquí. Por la noche debemos dormir", dice Campos.