El Estado tendrá que devolver los muebles del Pazo de Meirás a la familia Franco e indemnizarlos

BarcelonaLa Audiencia Provincial de la Coruña revoca el depósito mobiliario a favor del Estado de Pazo de Meirás, es decir, anula la decisión del juzgado de primera instancia que ordenaba que los bienes muebles y elementos accesorios quedaran bajo el depósito del Estado en la ejecución provisional de la sentencia que retiró la posesión de la casa a los Franco. A pesar de que en el litigio sobre la propiedad se acabó dando la razón al Estado, no se habían reclamado estos bienes en la demanda inicial, y ahora el juez determina que la parcela catastral sobre la que se había reclamado la propiedad no incluye "mesas, vajillas, alfombras o cuadros". El tribunal recuerda que solo las dos estatuas de Maestre Mateo están catalogadas como Bien de Interés Cultural, y señala que la ley de patrimonio de Galicia "no establece ninguna pérdida de la propiedad civil" por parte de los titulares de estos bienes por el hecho de estar catalogados.

A pesar de que inicialmente una juez impidió que la familia se llevara nada de la casa, la familia Franco presentó un recurso que ahora se ha estimado y tendrán que ser "indemnizados" por los "daños y perjuicios" que les haya podido ocasionar esta situación. Los magistrados dejan abierta la posibilidad de que el Estado pueda reclamar en otro pleito la titularidad de los muebles que Patrimonio Nacional considere que fueron asignados a Franco como jefe del Estado en su momento. La indemnización por los daños y perjuicios se sumaría a la que tendría que pagar el Estado a los herederos del dictador por haber conservado la casa todos estos años, una indemnización que podría subir a 800.000 euros y que el Estado ha recurrido al Supremo, después de levantar polémica, puesto que la casa se mantuvo ocupada de manera fraudulenta, según la sentencia.

Pazo de Meirás pasó a ser de Patrimonio Nacional el 10 de diciembre del 2020, después de la sentencia del 2 de septiembre que confirmaba que la supuesta compraventa que se hizo el 24 de mayo del 1941, con la que el dictador consiguió inscribir el Pazo de Meirás a su nombre, fue una "simulación" y, por lo tanto, concluía que la compraventa es nula.