Vic"¡Me estoy animando!", decía Jaume Pla, Mazoni, el miércoles por la noche en Vic. Acababa de tocar Fe dins la tristesa, una de las canciones del álbum Banderes per daltònics (2025) que comienza a rodar en directo. Aunque no había la trompeta que la ilumina en el disco, la canción sonó pletórica, empujada por la energía del formato de cuarteto eléctrico. "Qué bien que recibáis así una canción nueva", había dicho un rato antes después de Quant temps fa que no plores, satisfecho por el aplauso del público que no quiso perderse esta presentación en la carpa del Mercat de Música Viva de Vic.
Lo podemos decir de otra forma: la pausa de casi dos años ha sido provechosa. Mazoni vuelve con ganas y un puñado de canciones nuevas bastante notables, aparentemente sencillas, transparentes en las influencias (de The Beatles y The Kinks en Neil Young y Bob Dylan) y perfectamente equiparables a las mejores del repertorio del músico de la Bisbal d'Empordà. Por ejemplo, la nueva Set de nou liga muy bien con Purgatorio(del 2013), y la ferocidad punk-rock de otra novedad, Putes xarxes socials, da paso con naturalidad al postpunk de Eufòria (del 2009), un tema, por cierto, que dedicó al guitarrista Jordi Rudé, colaborador su fallecido en el 2023. "Ahora habría cumplido 48 años. Y el otro día pensaba: qué guitarra tan bien parida que hizo Jordi en esta canción", dijo. La euforia ya hacía rato que se transmitía desde el escenario y Jaume Pla lo demostraba acercándose al público, subiéndose al monitor, incitando a cantar el estribillo de A.I.L.O.D.I.U. ("T'odio amb tot el cor") y, en el bis, desplegando la rabia proletaria de La granja de la Paula, la adaptación de Maggie's farm de Bob Dylan que lleva casi veinte años formando parte del cancionero de Mazoni. Cincuenta minutos muy bien aprovechados que auguran una exitosa gira. "No es suficiente con la felicidad, exigimos euforia", que es una llamada digna del Primero de Mayo, puede ser también el leitmotiv de la nueva etapa de Mazoni.
El concierto inaugural del 37º Mercado de Música Viva de Vic lo protagonizó la cantaora Rocío Márquez, que estrenaba el espectáculo del disco Himno vertical (2025) con el guitarrista Pedro Rojas Ogáyar, cómplice imprescindible en una aventura memorable: solo voz y guitarra (española y eléctrica), algún loop, una tela que tan pronto hacía de cortina como de capa y vestido, y un juego de tiniebla y luz que alterna el réquiem por una pérdida familiar con la alegría por el recuerdo. La artista andaluza ha construido un monumento musical, síntesis perfecta del conocimiento profundo del rito y la técnica del flamenco y la necesidad de vivir explorando todas las posibilidades expresivas de la voz (una necesidad de vivir en la voz que comparten Rosalía y Maria Arnal, pero que Rocío Márquez lleva a otro nivel, modulándola como una funambulista).
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Este espíritu ya estaba en el disco El niño (2014), que ya incluía desgarros respetuosos del canon flamenco, y estalló en Tercer cielo (2022), el trabajo conjunto con Bronquio de naturaleza electrónica. Himno vertical es la consecuencia de todo ello y Rocío Márquez le defiende con una voz radical, por arraigada y por atrevida, surfeando en la métrica de la seguiriya y el tango, cantando desde el hogar del dolor y desde el desván del sueño, afinando en territorios imposibles y desafiando a la guitarra como lo haría una cantante de hardcore. El espectáculo es estremecedor y la platea de la Atlántida lo premió con una gran ovación. No se la pierdan: el 23 de septiembre frente a la catedral de Barcelona y el 19 de abril del próximo año en el Auditori de Girona.
Pedro Rojas Ogáyar y Rocío Marquez en La Atlántida de Vic.t
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Cambio de ciclo en el Mercado de Música Viva de Vic
Cambio de ciclo
La 37a edición del Mercat de Música de Vic es la primera que dirigen Jordi Casadesús, Rubèn Pujol y Joan Rial. "Es un día muy importante para los tres", aseguró Rial antes del concierto de Rocío Márquez. "Los tres hemos tocado y trabajado, y somos las primeras personas de Vic que dirigen el Mercat", añadió Rial, quien también recordó que era "la primera edición en muchos años sin Marc Lloret", que fue director (junto con Oriol Roca) durante catorce años. Lloret, también fundador del grupo Mishima, murió a principios de año. Por eso la presentación de esta edición fue especialmente emotiva. "Deja un legado inmenso", dijo Rial.
Como viene siendo habitual desde hace tiempo, se reivindicó la figura del exconseller de Cultura Lluís Puig, que también fue director del Mercat y que lleva "ocho años de un exilio injusto que esperamos que acabe pronto". El parlamento de Joan Rial acabó recordando que "al otro lado del Mediterráneo, en Palestina, se está cometiendo un genocidio". La respuesta del público fue un sonoro aplauso.