El Sónar es de Maria Arnal
La artista badalonesa estrena el espectáculo 'Ama' ante un público reverencial
BarcelonaTodos los caminos de la segunda jornada diurna del Sónar llevaban a Maria Arnal. Cerrado el proyecto con Marcel Bagés (memorable rábano cósmica en el festival en 2022), Arnal ha estado unos años investigando, entre otras cosas, las posibilidades expresivas de la inteligencia artificial. De hecho, fue reconocida en los premios S+T+ARTS por la instalación María CHOIR que formaba parte deexposición IA: inteligencia artificial del CCCB y en la que colaboró con científicos del Barcelona Supercomputing Center. También ha cambiado de agencia de representación, y ahora trabaja con Live in Dallas, la misma que lleva artistas y grupos como Rigoberta Bandini, La Élite y gavina.mp3. Estirando el hilo de experimentación vocal hizo la banda sonora de la película Polvo serán, y ahora por fin presenta un nuevo espectáculo titulado Ama. El Sónar, abierto a estrenos de este tipo, le ha cedido el SonarHall en horario relevante (las 20.45 h) para estrenarlo, y el público lo ha llenado con entusiasmo y reverencia.
Antes de la actuación la pantalla reproducía un comunicado firmado por Maria Arnal & Equipo en el que se condenaba "el genocidio que el gobierno israelí inflige al pueblo palestino" y se recordaba que (a pesar de pertenecer al fondo proisraelí KKR) el Sónar, "cumpliendo los requisitos" de la plataforma propalestina Boicot, patrocinadores empresas como Coca-Cola y McFlurry". "Nuestra estrategia difiere de la cancelación [que han hecho otros artistas], pero persigue la misma finalidad: una Palestina libre. Acompáñense y hagamos que el escenario sea un altavoz que ninguna ocupación pueda silenciar", acababa el comunicado. Acto seguido ha empezado un concierto dedicado exclusivamente a Ama, y en el que ha habido momentos en los que la inteligencia artificial ha sido una herramienta con la que cinco bailarinas de La Veronal (la compañía con la que coincidió en Polvo serán) han modulado la voz de Arnal mediante un dispositivo que llevaban en el brazo. Más allá de la tecnología y la coreografía están las canciones y una propuesta que mantiene el baile y el pop como almas. Hermanando de algún modo Rosalía con Tarta Relena y con la misma Arnal Sibila de club nocturno, Ama abre una nueva etapa tan exploradora como accesible, y al menos con un par de temas con status de hit: Que me quitan, Esquinitas y uno Tic-toque que es carne de rábano.
El formato no se come la propuesta, sino que la propulsa y hace que la voz se expanda con sonoridades familiares, porque es humana, pero también con sonoridades nuevas, que dejan laautotune en herramienta paleolítica. No falta el órgano, otro de los campos de investigación de Arnal, y presente en piezas como Por tus penas. El repertorio es mayoritariamente en castellano, aunque con alguna pieza en catalán, como la versión de la canción de cuna valenciana Mi niñaes la ama, que ha interpretado con la cantaora Tania García y el guitarrista flamenco Yerai Cortés. "¡Sois el primer público que ve este espectáculo!", exclamó Arnal agradecida antes de despedir el concierto mostrando una pancarta con el mensaje "Palestina libre".
Niño de Elche, Refree y Tarta Relena
Jornada de fidelidades, en el Sónar de Día. Artistas que siempre han encontrado la complicidad del festival han actuado en el recinto ferial de Montjuïc. Además de Maria Arnal, también estaba el Niño de Elche, esta vez con Raül Fernández, Refree, socios de diferentes aventuras. La que llevan de cabeza ahora es Crudas, con la colaboración de la directora escénica Marta Pazos. En SonarComplex, prácticamente con todo el aforo pleno, han recompensado la expectativa, aunque la propuesta todavía tiene recorrido por madurar. Han empezado entre tinieblas, con tres focos azules generando contraluz mientras desplegaban una liturgia pesarosa sobre muerte, dolor, fe y olvido: capas de electrónica haciendo de almohada de la voz del postcantaor sin estridencias ni estirabotes en la primera parte y con mayor agresividad rítmica después. Más adelante han salido de la tiniebla para sentarse más cerca del público, uno con el micro en la mano, el otro con la guitarra acústica. Qué pellizco de emoción han conseguido con este formato, antes de cerrar el espectáculo volviendo a la electrónica y la evocación de sonoridades de órgano mientras el Niño de Elche cantaba encaramado en un cajón como un anacoreta. También fieles al Sónar es el dúo barcelonés Tarta Relena, que en el mismo Complejo ha exhibido el maravilloso directo del disco Es pregunta que presentó el año pasado en la Feria Mediterránea de Manresa.
Un gentío a media tarde
A medida que avanzaba la tarde, el recinto se llenaba de gente. A las cinco de la tarde en el SonarHall ya tuvo bastante público el grupo británico Plaid, que representa aquella electrónica que forma parte del ADN del Sónar prácticamente desde la primera edición, ahora evolucionada y con un elegante encanto futurista, con ritmos de texturas sólidas (a veces muy contundentes) y minimelodías llenas de luz. Lo que han ofrecido es como la banda sonora de un futuro que no será una sucesión de catástrofes sino un lugar en el que se podrá bailar sin sudar. Maniobras agradables en la oscuridad del espacio. En el mismo escenario, y entonces con un gentío, la vibración implacable de Alva Noto y Fennesz homenajeaban a Ryuichi Sakamoto mientras el SonarVillage, que antes había bailado con la refrescante sesión de dub de Adrian Sherwood, hervía con el portugués Branko (ex Buraka Som Sistema) y el boca por ser testigos del indescriptible show de los brasileños Teto Preto, con bandera palestina en el escenario y como vestuario.