Memoria histórica

Las cartas de despedida de los ejecutados por los nazis que nunca fueron entregadas a las familias

Los Archivos Arolsen buscan descendientes de las víctimas para poder entregarles las cartas

Barcelona"Las personas condenadas a muerte solían aprovechar las últimas horas para despedirse de los seres queridos", asegura Floriane Azoulay, directora de los Archivos Arolsen. "Nuestro mandato hoy es encontrar a los destinatarios de las cartas y los familiares para cumplir las últimas voluntades de los condenados injustamente en Stadelheim [la gran prisión pública de Múnich, donde los nazis ejecutaron a un millar de personas] y reparar este agravio histórico. Esto puede tener una enorme importancia para las familias", añade.

Entre 1933 y 1945, la judicatura alemana fue una herramienta al servicio del régimen nazi. El número de delitos castigados con pena de muerte pasó de 3 a 46 durante este período. La "jurisprudencia" dictada por los tribunales especiales estaba políticamente motivada y pretendía mantener el poder, eliminar a opositores e intimidar a la población. La mayoría de los hombres y mujeres ejecutados en Stadelheim, de los que se han conservado cartas de despedida, procedían de Alemania. También había víctimas de Polonia, Francia, Checoslovaquia y otros países europeos. Las edades iban de 20 a 81 años. Las acusaciones incluían "desprecio a la germanidad" y "expresión de opiniones contrarias al nacionalsocialismo". Otros fueron perseguidos por la fe o el compromiso político. A algunos se les guillotinó por un simple robo.

Cargando
No hay anuncios

El testimonio de los condenados

Maria Ehrlich tenía 81 años cuando fue ejecutada, el 10 de febrero de 1944. La condenaron por "subversión" y por haber criticado el hecho de que en 1939 Alemania entrase en guerra. En la carta se despide de su única hija: "Dentro de tres horas estaré muerta. Agradezco la vida que he vivido. Creo que mi muerte ayudará a mi patria ya mi ciudad. He ayudado a muchísimas personas y de eso Dios es testigo". A Nikolaus Segota le guillotinaron para robar en un hotel. En la carta le dice a su novia, que esperaba a un hijo suyo, que no derrame muchas lágrimas: "Mi camino está a punto de llegar a su final. Ya no podré tener más sueños. Mi existencia acabará mañana a las cinco de la tarde. Ven a buscar mis cosas, mi ropa. Todo es tuyo". El único crimen del francés Victor Douillet fue comerciar con conejos y pollos en el mercado negro. Douillet no dirigió su última carta a ningún familiar, sino que utilizó su despedida para hacer un llamamiento a la resistencia: "En tu país [se refiere a Alemania], ejecutan personas por haber robado. Sin embargo, el ejército gaullista vencerá y nos vengará. Puedes hacer llegar esta carta a Hitler y decirle que nos cagaremos en ella."

Cargando
No hay anuncios

Los Archivos de Múnic y los Archivos Arolsen han firmado un acuerdo para intentar hacer llegar las cartas que se conservan en los archivos y que fueron retenidas por la administración penitenciaria o por las autoridades de la época a los familiares. "Estas cartas de despedida no sólo son documentos históricos relevantes sobre la injusticia nazi, sino también testigos personales para los descendientes de las personas ejecutadas. Los Archivos Estatales de Múnic han revisado y digitalizado sistemáticamente estos expedientes e han identificado las cartas de despedida para reflejar su importancia", aseguran en una nota de prensa. En estos archivos, se conserva una de las colecciones más importantes relacionadas con la represión del nazismo: son 55 millones de documentos y objetos, e información de más de 17 millones de personas.