Fotografía

La fotógrafa que derrotó a un rey belga sanguinario

Amador Guallar recupera del olvido Alice Seeley Harris, que documentó las atrocidades cometidas por Leopoldo II en el Congo

BarcelonaLa británica Alice Seeley Harris (1870-1970) se adentró en la selva congoleña con su marido en 1898. Como misionera de la Unión Misionera Regiones del Más Allá, Alice llevaba la "palabra de Dios", pero también una primitiva cámara Kodak que cada vez le va. Fue testigo y documentó los crímenes cometidos por la Force Publique (FP), que, en nombre del rey belga Leopoldo II, cometió todo tipo de atrocidades en Congo.

Las fotografías de Seeley Harris fueron cruciales porque Leopoldo II, uno de los dirigentes más sanguinarios de la época moderna, renunciara a su feudo: un territorio en el centro de África tan grande como la mitad de Europa que en 1885 bautizó irónicamente como el Estado Libre del Congo. Durante dos décadas, el rey belga dio vía libre a la codicia más depravada: explotó el territorio, se hizo inmensamente rico y fue responsable de la muerte de millones de personas, la mitad de la población congoleña de la época; las estimaciones oscilan entre ambos y diez millones de víctimas.

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Seeley Harris fue valiente y pionera. "No sólo ayudó con sus fotografías a poner fin a uno de los peores genocidios de la historia, sino que fue pionera del periodismo. Mucho antes que Robert Capa, Chim (el seudónimo de David Seymour), Henri Cartier-Bresson o Ansel Adams, estuvo el Alice", explicó el periodista, escritor y fotó 1978). Guallar, que tiene una larga experiencia como corresponsal de guerra, recoge la historia de Seeley Harris en Kodak en Congo. La vida olvidada de la pionera del fotoperiodismo (RBA).

"La descubrí cuando estaba en la República Centroafricana haciendo reportajes sobre la milicia del PK5. Un periodista me habló de ello. Yo nunca había oído hablar de ello, y eso que estudié periodismo, soy fotógrafo y he leído muchos libros sobre periodismo. Su historia no sólo había sido suya, sino que él había sido suyo, sino que él había sido olvidado, sino que él había sido olvidado, sino que él había sido olvidado, sino que él había sido olvidado, sino que él ha sido olvidado, sino que él había sido olvidado, sino que él ha sido olvidado, sino que él había sido olvidado, sino que él había sido suyo. quien figura como autor. Incluso, hay libros que había escrito ella, como Dawn in darkest Africa, que se han atribuido a su marido", asegura Guallar, que se indigna cuando explica cómo a esta fotógrafa no sólo le "robaron" el trabajo sino también todos los esfuerzos y logros.

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"Fue la primera en demostrar que una fotografía lo puede cambiar todo", destaca Guallar. pequeño pueblo de Wala, en el Alto Congo, en el que observaba las manos y los pies arrancados a su hija pequeña de cinco años.

Alice Seeley Harris fue pionera en otros muchos aspectos. "Fue una de las primeras en utilizar la linterna mágica, una protocámara que funcionaba con diapositivas y que ella utilizaba en las conferencias que realizó en Estados Unidos y en Europa para denunciar los crímenes del Congo", dice Guallar. La fotógrafa fue sumando esfuerzos con el diplomático británico Edmund Dene Morel y el poeta y también diplomático Roger Casement, que militó en la causa del nacionalismo irlandés y terminó siendo ejecutado por los británicos durante la Primera Guerra Mundial. Los escritores Mark Twain y Arthur Conan Doyle, que eran admiradores, también utilizaron las fotografías de Seeley en sus denuncias contra Leopoldo II. El rey belga quemó el archivo donde guardaba toda la documentación del Estado Libre del Congo antes de su muerte.

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La victoria de Seeley Harris tiene un punto agridulce. Tras dos años de litigios, en noviembre de 1908 el rey belga accedió a transferir el país africano pero a cambio de cincuenta millones de francos. Murió inmensamente rico y fue homenajeado.

Tampoco los museos reconocen la autoría de Alice

Aún ahora, la fotógrafa no tiene mucho reconocimiento. Cuando cumplió cien años, la entrevistaron en la BBC. En 2015 se pudo ver una exposición de sus fotografías, Brutal exposure: the Congo, en 2015 en el Museo Internacional de la Esclavitud de Liverpool. La mayor parte de su trabajo está guardada en cajas en la sede del Anti-Slavery International, heredera de la Sociedad contra la Esclavitud y Protección de los Aborígenes, en Brixton (Inglaterra).

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"Hace un mes estuve en el Museo Real del África Central de Tervuren (Bélgica) y la referencia al genocidio es un panel medio escondido; no hay cifras de muertos ni un reconocimiento del genocidio. Además, tienen dos grandes estatuas de Leopoldo II. que logró en el Congo", afirma Guallar. En una sala del museo, se encuentra uno de los libros de Edmund Dene Morel y, en una pequeña televisión, se pasan algunas imágenes. "Hay de Alice, pero no consta la autoría", explica Guallar.

Todavía hoy muchas de las fotografías tomadas por la fotógrafa se atribuyen a su marido, que fue secretario de la Sociedad de Protección contra la Esclavitud y diputado en el Parlamento británico como miembro independiente del Partido Liberal. John Harris fue nombrado caballero y Alice Seeley Harris, dama. Seeley Harris también fue una activa sufragista y, de hecho, utilizó el título de dama en su campaña por el voto de las mujeres: "¡No me llame dama!", dijo a los periodistas británicos.

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