El Institut del Teatre aparta a Joan Ollé

Los alumnos piden la dimisión de la dirección, mientras se inicia la investigación sobre lo que pasó

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Las protestas del alumnado

BarcelonaMientras los gritos de los alumnos retumbaban ayer en el atrio, algunos profesores aplaudían acompasadamente sentados en un banco, con discreción pero sin esconderse. “Joan Ollé, a la calle”, gritaban bajo la lluvia más de un centenar de estudiantes del Institut del Teatre (IT), y un par de profesoras aplaudían al ritmo de los cánticos de unos estudiantes que recibieron el apoyo de exalumnos y profesores.

La protesta estudiantil transcurría mientras la junta de gobierno del centro estaba reunida de manera extraordinaria y urgente para abordar la continuidad del director teatral Joan Ollé como profesor del centro. Finalmente, hacia el mediodía, una vez los estudiantes habían vuelto a las aulas, la IT materializó lo que ya había anticipado el día antes la directora, Magda Puyo, cuando había asegurado que, después de la investigación del ARA sobre el acoso sexual y abuso de poder por parte de un grupo de profesores, habría “consecuencias graves”. Y así fue: Ollé fue apartado de sus funciones como docente y no continuará impartiendo ninguna clase en el que tenía que ser su último año como profesor antes de jubilarse. Al menos hasta que la comisión de prevención y de investigación de acosos culmine la investigación que empezó ayer por la mañana y que determinará qué ha pasado en el IT durante casi 30 años.

La propia Puyo fue la encargada de informar sobre la decisión, asumiendo que desde los diferentes órganos de gobierno del IT se podían haber cometido “errores” y que no habían estado “lo suficientemente atentos” a situaciones que afectaban a la relación alumno-profesor. “Puede ser que las cosas no se hayan hecho bien”, dijo Puyo. En este sentido, y después de una primera reunión el domingo entre la presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín, y la propia directora de la IT, se decidió que había que tomar las decisiones de manera urgente, dada la gravedad de los hechos denunciados. Así, se acordó la creación de una oficina de acogida en la que las personas que lo quieran, de manera individual, colectiva o anónima, podrán comunicar los posibles casos de acoso o abuso de poder que consideren que han recibido por parte del equipo docente del centro.

Un grupo de estudiantes protestando contra Ollé y la dirección del IT

Además, el IT se pondrá en contacto con representantes de varios sectores de las artes escénicas con el objetivo de organizar unas jornadas de reflexión sobre la existencia de abusos en el ámbito artístico que contribuyan a modificar ciertas actitudes y malas prácticas.

El foco, en la dirección

Antes de confirmar la suspensión de Ollé, la junta de gobierno también estuvo reunida con representantes del alumnado, y por la tarde Puyo se reunió con el claustro de profesorado para tratar la situación que se vive en el centro desde la publicación del reportaje este fin de semana. Ayer entre los profesores había sensaciones y posicionamientos dispares. Desde docentes que consideraban excesivo el castigo a Ollé hasta otros que asumían que era imprescindible acabar con algunos comportamientos “estructurales” de algunos compañeros que no han sabido respetar los límites con los estudiantes.

Precisamente, las estudiantes no solo centraron sus protestas en Ollé, empapelando el IT, sino que también cargaron con fuerza contra la dirección. Así, al grito de “Ollé, a la calle” se sumaba permanentemente el de “Dirección, dimisión”. Antes de que empezara el encuentro en el atrio del centro, los estudiantes, con micrófono y altavoces en la mano, hicieron un recorrido por el interior del edificio gritando consignas y acusando a la directora y su equipo de “cómplices” por haber escondido las situaciones que muchas alumnas habían denunciado. Después, ya bajo la lluvia y con el apoyo de actores y actrices profesionales que estudiaron en el centro, las portavoces del grupo Safareig dels Dilluns, que vehicula el movimiento estudiantil, leyeron un manifiesto en el que quisieron remarcar que el protocolo que se creó en 2018 lo impulsaron los propios alumnos y la dirección se lo apropió.

“Es un secreto a voces, da mucha rabia”, lamentaba Berta, una estudiante de primero de escenografía que explicaba que de promoción en promoción los alumnos ya advertían con qué docentes se tenía que vigilar.

Rechazo unánime del mundo teatral

Los casos de acoso y abuso de poder a decenas de alumnas del Institut del Teatre destapados por el ARA han interpelado al mundo escénico catalán. Instituciones, asociaciones y compañías de teatro levantaron ayer la voz de manera unánime para expresar el rechazo a los hechos y mostrar el apoyo a las personas que lo sufrieron. “Son especialmente graves en los ámbitos de la educación y de la cultura, los dos indisociables de la transmisión de valores y del crecimiento personal como herramientas de transformación social”, dijo el departamento de Cultura, que reforzó su “compromiso absoluto con el respeto y el rigor”.

La Associació d'Empreses de Teatre de Catalunya (Adetca) hizo un llamamiento a analizar y reflexionar sobre el modelo de relaciones artísticas, laborales y sociales del sector. “La valentía de los denunciantes dando voz y visibilidad a unos abusos totalmente inaceptables tiene que ir acompañada necesariamente de una repulsa contundente de todo el sector, la asunción de responsabilidades y la implantación de procedimientos educativos y preventivos, así como del compromiso para acabar con las desigualdades y el maltrato, ya sea en los espacios de formación, de creación o de exhibición artística”, subrayó Adetca. Desde la Associació d'Actors i Directors Professionals de Catalunya (AADPC) se pidió depurar responsabilidades. “No es admisible, en ningún caso y bajo ningún concepto, aprovecharse de una posición de poder ante alumnos ni futuros profesionales que, en muchos casos, sienten admiración por sus profesores”, dijo la AADPC.

El edificio del Institut del Teatre en la Plaça de Margarida Xirgu

También se pronunció la Associació Professional de Teatre per a Tots els Públics de Catalunya (TTP). La entidad hizo un llamamiento para que “el propio poder rompa con el silencio, que aprendamos a decir «Lo hemos hecho mal, pero se ha acabado» y que la sociedad entera se levante ante cualquier abuso”, y exigió “que la única responsabilidad de romper estos sistemas que perpetúan los abusos de todo tipo no recaiga en las personas que lo sufren”. El Col·lectiu de Companyies de Teatre Independent puso de relevo cómo “la precariedad y el miedo de no encontrar trabajo son un contexto perfecto para que estos hombres puedan abusar de su estatus sin ningún tipo de consecuencia” e instó a las administraciones a “aplicar urgentemente medidas efectivas”. La Agrupación Dramática de Barcelona reclamó “que las instituciones, grupos y productoras velen por las buenas prácticas”.

La Associació de Professionals de la Gestió Cultural de Catalunya (APGCC) calificó de “graves e inaceptables” las actitudes descritas en el reportaje y pidió que se investiguen “a fondo y con todas las consecuencias”. Y la Associació de Professionals de la Dança de Catalunya mostró su “total rechazo e indignación” ante los hechos.

No constan “malas praxis” en el TNC

El director del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), Xavier Albertí, hizo ayer una declaración institucional sobre el caso. “Sobre los profesionales mencionados en la prensa y vinculados a este teatro, en ningún caso ha habido ninguna demanda que llevara a esta dirección artística a tener conciencia de malas praxis”, dijo Albertí. Ollé ha dirigido cinco espectáculos en el TNC en los últimos años. “Confiamos artísticamente en algunas de las personas señaladas”, explicó Albertí, que en ningún momento hizo referencia a ningún nombre explícito. Albertí también precisó que el TNC “es el primer teatro público del estado español con un protocolo propio de protección contra el acoso”.

El director del TNC se mostró “absolutamente junto a las víctimas” y dijo que ha intentado “trabajar al máximo para que se genere un clima de trabajo desde el respeto, el reconocimiento, la paz, la igualdad, el feminismo y la voluntad de encontrar espacios de concordia”.

Durante el día de ayer el ARA siguió recogiendo testimonios de exalumnas que sufrieron el acoso y abuso de poder de Ollé y también de uno de los otros profesores señalados, Jorge Vera. Testimonis que llevaban 20 años arrastrando el dolor causado por los dos profesores.

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