La justicia absuelve a la última condenada por brujería de Salem
Una clase de secundaria inició el proceso para devolver la dignidad a Elisabeth Johnson
BarcelonaHan tenido que pasar 329 años, pero finalmente Elisabeth Johnson Jr. ha dejado de ser oficialmente "una bruja". Si ha recuperado la dignidad, después de ser condenada en 1692 durante los infames juicios de Salem, ha sido gracias a la lucha de una profesora, Carrie LaPierre, y de sus alumnos de 13 y 14 años del Instituto North Andover, en Massachusetts. "Ha sido un gran proyecto, en la clase la llamábamos E.J.J. y pasó a formar parte de nuestras vidas", ha dicho la profesora en el New York Times. Elisabeth Johnson Jr. tenía 22 años cuando fue condenada y no tenía hijos ni descendentes.
Los alumnos de LaPierre convirtieron a esta mujer acusada de brujería en un proyecto de la clase de civismo. A lo largo de tres años, los estudiantes y su profesora persistieron. Contactaron con legisladores y abogados. Escribieron muchas cartas a los responsables políticos. Se cree que una de las razones por las cuales Elisabeth se convirtió en víctima de un juicio infame fue que tenía una posible discapacidad mental y, además, estaba soltera. Los estudiantes convencieron a la senadora demócrata Diana DiZoglio para que redactara un proyecto de ley que devolviera la dignidad a Elisabeth. "Con todo este esfuerzo, los estudiantes han demostrado el poder que puede tener dar voz y defender a aquellos que no lo pueden hacer", ha asegurado DiZoglio.
Se calcula que, en 1692, 172 personas fueron acusadas de brujería en Salem. Muchos inocentes confesaron que practicaban la brujería para no sufrir más torturas. Elisabeth fue condenada y nunca indultada, pero no fue ejecutada, porque el gobernador de entonces, William Phips, lo evitó al darse cuenta de los despropósitos de aquel juicio. En 2001 el estado de Massachusetts exoneró a las mujeres y los hombres que fueron acusados de brujería en Salem. En esta población norteamericana también hay un memorial dedicado a las víctimas de la cacería de brujas. El perdón oficial se produjo después de la larga batalla de algunas de las descendentes de las acusadas: "Quiero que la gente la recuerde como lo que fue realmente y que sepa que no fue una bruja", dijo Shari Kelley Worrell, descendente de Susannah Martin, una de las mujeres a las que mataron. Nadie sabe por qué a Elisabeth no la incluyeron en este perdón oficial que se produjo en 2001: se olvidaron de ella.