Las primeras veces

Perros que ayudan a los niños a leer

Las terapias con animales ganan peso como complemento
25/12/2025
Escritora y psicóloga
2 min

BarcelonaQuien más quien menos ha oído hablar de los programas de perros de terapia que acompañan a personas en hospitales, residencias o escuelas de educación especial. La compañía de los perros hace menos pesadas las situaciones difíciles y muestra beneficios en la salud mental y física de los participantes. Lo que quizás no es tan conocido es que estos perros también pueden ayudar a los niños a leer.

Varios estudios muestran que la habilidad lectora tiene un impacto directo en la salud y el bienestar de las personas y de la sociedad: influye en el éxito académico, en el placer de aprender y en la autoestima, así como en la participación social y laboral. Sin embargo, en los últimos años parece que ha habido una bajada del disfrute por la lectura entre los niños. La investigadora inglesa Sophie Hall alerta de que la pérdida del placer lector tiene consecuencias que van más allá del aula, y que la frecuencia con la que se lee está estrechamente ligada al nivel lector.

En este contexto se han creado programas de lectura asistida con perros, tanto en escuelas como en bibliotecas, en los que los niños leen en voz alta a un animal que les escucha sin interrumpir ni corregir. Ésta es la clave de estas iniciativas: los perros crean las condiciones para que los niños se atrevan a leer sin miedo a ser evaluados y, de este modo, leer deja de ser una situación de exposición y pasa a ser una experiencia compartida, sin prisa ni juicio. La investigación muestra que estas intervenciones reducen la ansiedad asociada a la lectura, aumentan la confianza y ayudan a los niños a asociar leer con una experiencia agradable.

Defender la lectura lenta

Estos programas pueden ser un buen apoyo en un momento en que varios estudios alertan de que en las escuelas, institutos e incluso en las universidades se leen cada vez menos libros enteros, y que la lectura se realiza a menudo a partir de fragmentos escogidos, textos breves o materiales digitales. En algunos casos, las estrategias pedagógicas han hecho hincapié en ser atractivas o dinámicas, como una gincana, pero han dejado en segundo término la importancia de la lectura lenta: una experiencia que entrena capacidades esenciales como la paciencia, la atención sostenida o la capacidad de estar solo con uno mismo. En unos tiempos acelerados y fragmentados, en los que sabemos que el consumo de vídeos cortos dificulta la atención y la concentración, defender la lectura lenta no es menor. El reto, hoy, es recuperar el hecho de leer sin prisa y sin la presión de tener que entenderlo todo enseguida ni llegar rápido al final.

Ahora que llegan las fiestas y es tiempo de presente, regalar libros es esencial porque representa regalar tiempo, y puede ser una invitación a recuperar presencia, pausa y vínculo con nosotros mismos. Quizás no se trata de leer más per se, sino de volver a crear las condiciones para que leer libros vuelva a ser posible. Leer sin exigencias, para gozar, es una buena forma de cuidarnos y de relacionarnos con el tiempo de una manera más amable. Los que tiene perros puede entrenarse leyendo con ellos; los que no, ahora ya conoce las bondades de leer sin prisa ni juicio. ¡Felices fiestas y buenas lecturas a todo el mundo!

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