Holocausto

Lola Lafon explica cómo es pasar la noche encerrada con Anne Frank

En el libro 'Cuando escuches esta canción', la escritora francesa de origen judío se acerca a la intimidad de la adolescente asesinada por los nazis

Lola Lafon
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BarcelonaA Anne Frank (1929-1945) se le han dedicado canciones, poemas y novelas, réquiems y sinfonías. Su cara ha sido reproducida miles de veces. Es un símbolo. ¿Pero exactamente de qué? ¿Todo el mundo sabe quién es, pero conocemos realmente a la chica que escribió un diario mientras se escondía en un piso pequeño, con su familia y cuatro amigos, durante la ocupación nazi de Ámsterdam? Para poder acercarse a la adolescente que tuvo que acostumbrarse a vivir cerrada para que no la mataran y se empeñó en escribir, la escritora francesa Lola Lafon pasó la noche el 18 de agosto de 2021 sola en el anexo del Museo Anne Frank de Ámsterdam, la casa donde aquella chica judía vivió escondida de los nazis. Aquella experiencia la narra en Cuando escuches esta canción (Alianza/Més Llibres).

El inicio de todo ello fue un encargo de la editorial Stock, que en 2018 lanzó Ma nuit au musée, una colección de libros con autores a los que se invitaba a pasar una noche en un museo ya contar sus impresiones. Lafon eligió el museo de Anne Frank. "Era un tema que quería abordar desde hacía tiempo. En mis novelas he hablado de muchas cosas, pero un día mi hermana me dijo que nunca contaba, tampoco en las entrevistas, que mi familia era judía. Era como un ángulo muerto y, como escritora, debía abordarlo", explica Lafon.

Los puntos comunes con Anne Frank

Lafon nació en 1974 en el norte de Francia, pero creció en Sofía y Bucarest. Sus padres, comunistas, eran profesores de literatura en la universidad. De ascendencia judía asquenazita, parte de la familia de su abuelo y su abuela murieron en el holocausto. "Me costaba hablar de ello porque, durante toda la adolescencia, venir de una familia que ha sido descabezada por el holocausto, era doloroso. Además, yo quería elegir mi identidad", afirma. Su pasado tiene algunos puntos en común con Anne Frank: "Mi abuelo, que nació en Rusia, fue a Francia confiando en que allí se salvaría y se encontró con las leyes antijudías. Otto Frank también pensaba que los Países Bajos permanecerían neutras. Son las ausencias, que no es lo mismo que desaparecer, porque dejan rastro, lo que más me golpeó la noche que pasé en el museo", explica.

La cotidianidad de Anne Frank es otra de las cuestiones que emergen en el libro: el hecho de no poder hacer ningún ruido, el miedo a que los descubrieran. Es una experiencia que a Lafon le abrió la puerta no sólo a su pasado familiar sino también a los recuerdos ya su amistad con un adolescente, que murió a manos de los jemeres rojos en Camboya.

"Fue importante conocer a Laureen Nussbaum, una de las últimas personas vivas que conoció bien a los Frank, y una pionera: estudia el Diario de Anne Frank como obra literaria desde los años noventa. Ella me dijo que a Anne Frank no se la venera, se la lee. Y pensé que ésta era una buena manera: acercarme a ella a través de la literatura –asegura–. Tengo la sensación de que Anne Frank que conocemos es mucho más cercana a la imagen de Hollywood que a la verdadera, la que está en el texto", opina Lafon. Cuando escuches esta canción, que ha recibido el premio Décembre 2022 y el de novela de Les Inrockuptibles, también se acerca a Anne Frank hablando de su propia historia y de la actualidad. "En Francia hace tiempo que ha resurgido con fuerza el antisemitismo. Es como si conmemoraran muchas cosas y no recordáramos nada", lamenta.

Nussbaum propuso a Lafon un ejercicio interesante: leer las solapas de las diferentes ediciones que se han publicado a lo largo de la historia de El diario de Anne Frank. "Lo que llamamos diario, una palabra que inventan los estadounidenses porque es más comercial, es más bien una obra literaria. Anne lo reescribió todo después de haber escuchado el discurso en el que se pedía a todos los habitantes de los Países Bajos que conservaran sus documentos íntimos. Se hizo escritora. Eliminó algunos párrafos que eran demasiado personales y puso contexto, y fue muy hábil alternando lo más íntimo con todo lo que sucedía fuera", explica Lafon. Y tiene reflexiones muy interesantes y de una "gran madurez": "Escribe que la guerra no es sólo la obra de un dirigente, sino que sin todos nosotros no sería posible; si los jóvenes no quisieran la guerra, ésta no existiría", añade la autora. Seguramente, pudo ser una gran escritora: "Tiene un gran deseo de escribir: lucha por poder tener una mesa unas horas al día, y así poder escribir. Comparte la habitación con otros adultos y no es fácil conseguir la mesa", detalla la escritora francesa que también se pregunta en qué adulta se habría convertido Anne Frank.

Lafon ha querido dedicar un espacio al libro para relatar con precisión cómo murieron Anne y su hermana Margot en el campo de concentración de Bergen-Belsen. "Cuando mueren de tifus, son esqueletos, no tienen pelo; es una parte del relato que no podemos ahorrarnos", afirma. Toda la familia, menos su padre, Otto Frank, murió en los campos de concentración nazis.

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