Literatura

Las memorias familiares de Toni Cruanyes e Inés Martín Rodrigo ganan los premios Pla y Nadal

Los dos autores homenajean a la generación de sus abuelos

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Los periodistas Ines Martín Rodrigo y Toni Cruanyes

BarcelonaDos periodistas que escriben sobre el mundo de sus abuelos han coincidido en el palmarés del premio Josep Pla y el Nadal. Toni Cruanyes, que presenta desde el 2014 el Telenotícies vespre, ha ganado la 54ª edición del premio Josep Pla de narrativa, dotado con 6.000 euros, con La vall de la llum, que parte de la memoria familiar para rendir homenaje a una generación que el autor ha recordado que "sobrevivió a una guerra cuando todavía eran unos niños y después sufrió una pandemia cuando ya eran mayores". El premio Nadal ha recaído en la periodista cultural Inés Martín Rodrigo por Las formas del querer, una meditación sobre el amor a través de los recuerdos familiares de una chica que acaba de perder a sus abuelos.

“El motor para escribir el libro fue la muerte de mi abuelo en una residencia geriátrica durante la primera oleada del covid –ha explicado Cruanyes al recibir el premio–. He escrito La vall de la llum como una terapia compartida con mi familia en la que la memoria ha sido una fuente de consuelo”. La novela está centrada, pues, en la figura de su abuelo, en quien Cruanyes ha descubierto a lo largo del proceso "alguien que quería ser recordado, que quería trascender y que dejó dicho que esperaba ser recordado un poco de tiempo con un poco de amor".

El título de la novela alude al paisaje de Canet de Mar, escenario principal de la novela y de la niñez de Cruanyes. "La mía es una historia familiar, pero debido a la implicación de mi abuelo en la vida de Canet de Mar es también la historia de un pueblo y de una familia que pasó muchas penurias durante la guerra –ha explicado el autor–. Solo nos separan dos generaciones de este mundo a todos los que ahora vamos al supermercado, nos llenamos y hacemos dietas".

Una realidad que "parece ficción"

Cruanyes agradece especialmente el premio por ser su primera incursión en la narrativa memorialista, "a pesar de que rozando la novela". El autor confiesa que su intención inicial era solo "recordar y profundizar en la realidad que vivió la gente mayor durante la primera oleada de la pandemia". Durante el proceso de escritura, aun así, descubrió "una sorpresa" sobre su abuelo que lo llevó a escribir una historia que "parece una ficción". "Hay cosas en la novela que parece que no podrían haber pasado hace solo cien años, pero todo lo que explico es verídico –asegura–. De hecho, es una extensión de mi trabajo de periodista. Para evitar problemas legales con algún descendente de los protagonistas he cambiado algunos nombres, pero justamente para no tener que cambiar la realidad de los hechos".

La vall de la llum es el quinto libro de Cruanyes, que debutó en 2004 con el ensayo El llarg adéu de Pinochet, sobre la tortuosa detención del exdictador chileno en Londres, donde el periodista fue corresponsal durante unos años que también le sirvieron para escribir el análisis político De Tony Blair a Zapatero: una autòpsia de l'esquerra europea (Angle, 2010) cuando ya se había incorporado a la televisión pública catalana como jefe de internacional. En 2012, cuando era corresponsal de TV3 en París, la faceta literaria de Cruanyes cogió relevo al ganar el premio Joan Fuster de ensayo con Un antídot contra l'extrema dreta (Tres i Quatre), que estudiaba el ascenso de la extrema derecha en Europa a partir de los casos concretos de varias formaciones neofascistas. Su último libro publicado antes de ganar la Navidad fue Un dels nostres. Identitats en conflicte a Catalunya (Pòrtic, 2022), una reflexión sobre la identidad catalana que parte de la propia biografía del periodista para trazar un análisis sociológico del país.

La escritura como refugio

La también periodista Inés Martín Rodrigo prologó el año pasado Puntos de vista de una mujer, la compilación de artículos que escribió en la revista Destino la primera ganadora del premio Nadal, Carmen Laforet. Ahora es Martín Rodrigo quien, 77 años después del triunfo de Laforet, se ha llevado el premio Nadal, dotado con 18.000 euros, por la novela Las formas del querer. "Impresiona estar aquí arriba después de tantos años al otro lado", ha sido lo primero que ha dicho al recibir el premio la autora, que es periodista cultural y coordinadora del área de libros del diario Abc.

La protagonista de Las formas del querer, ha explicado la autora, sufre "una crisis personal, un luto inconsolable". "Noray recurre a la ayuda de las palabras, como he hecho yo tantas veces, y se enfrenta a la novela que hace tanto tiempo que evita escribir por miedo a descubrir la verdad de su propia historia", ha añadido. El personaje descubrirá también en el proceso "las varias formas de querer que existen y que la mejor manera de hacerlo es siendo fiel a una misma".

Las formas del querer no es autobiográfica, pero la autora reconoce que la protagonista tiene mucho de ella misma. "Noray ha perdido a dos personas muy queridas que le enseñaron a vivir y disfrutar de la vida. Y la única solución que encuentra para ser capaz de levantarse de la cama es ponerse a escribir. Mi madre murió cuando yo tenía catorce años, y este luto me ha acompañado siempre, porque el luto no se cura, es una forma de vivir, te acostumbras. Y lo mismo le pasa a Noray".

Coincidencias bienvenidas

Para escribir su novela, Noray se apoya en los recuerdos de su abuela, Carmen, que acaba de morir. Es otro paralelismo con la obra premiada de Cruanyes, una coincidencia temática que Martín Rodrigo celebra. "Que estemos los dos aquí recibiendo galardones por dos libros que hurgan en la memoria familiar es muy importante –afirma la autora–. Para saber dónde queremos ir hay que tener muy claro de dónde venimos y ser consecuentes con nuestra historia. Quizás mi novela no es autobiográfica, pero para escribirla he recordado mucho .lo que me enseñaron mis abuelos, y yo también quiero que sea un homenaje a su generación, que lo está pasando mal en estos tiempos oscuros y convulsos que vivimos".

Martín Rodrigo es licenciada en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y autora de una novela previa, Azules son las horas, que explica la historia de la primera corresponsal de guerra de la historia, Sofia Casanova, también periodista del Abc, a la que el estallido de la Segunda Guerra Mundial pilló en Polonia. La autora también ha publicado el ensayo David Foster Wallace: el genio que no supo divertirse, incluido en David Foster Wallace: portátil, y el cuento ilustrado por Raquel Aparicio Giselle. En su Instagram se define como "periodista a tiempo completo y escritora a ratos". Ahora espera que el premio sirva "para tener más ratos para escribir", porque es lo que, dice, la hace "más feliz".

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