Música

"Los 'corridos prohibidos' marcaron una época de Los Tigres del Norte"

El legendario grupo mexicano actúa en el Auditori del Fòrum con las entradas agotadas

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Los Tigres del Norte.

BarcelonaTres mil personas han agotado las entradas para el concierto de los mexicanos Los Tigres del Norte, este domingo en el Auditori del Fòrum (20.30 h, con precios de los 45 a los 120 euros). No quieren perderse toda una institución musical, representantes desde hace más de cincuenta años de una de las tradiciones más fértiles de la música mexicana: los corridos. Como las canciones de bandoleros, piratas y contrabandistas, y como las baladas criminales, buena parte de los corridos de Los Tigres del Norte son crónicas sobre actividades fuera de ley; en su caso, sobre el narcotráfico. Contrabando y traición, La banda del caro rojo, La camioneta gris y Jefe de jefes son algunas de las piezas más populares. "Pero también tenemos canciones de migrantes y sobre temas políticos que afectan a la sociedad mexicana", explica al ARA por Zoom Luis Hernández, miembro del grupo desde mediados de los años 90.

De hecho, Luis ni siquiera había nacido cuando sus hermanos crearon Los Tigres del Norte a finales de los 60. "Soy el más pequeño de la familia, y crecí escuchando la música de mis hermanos. Me crié en Mexicali, en la Baja California, que hace frontera con Calexico, cerca de Tijuana y San Diego.Y viviendo en la frontera te das cuenta del sufrimiento de los migrantes.Nosotros mismos también fuimos indocumentados en Estados Unidos.Y, cuando oía a mi hermano Jorge interpretando las canciones de los migrantes, se me ponía la piel de gallina", recuerda. Sin embargo, su primer recuerdo de Los Tigres del Norte tiene que ver con el cine. "Mamá me llevó a ver La banda del carro rojo en el cine Bujazán de Mexicali. Me llevaba a hombros porque me había hecho daño en el pie. La emoción de ver a mis hermanos en la pantalla fue muy fuerte y recuerdo que pensé: «Son Los Tigres del Norte, son mi familia». Se puede decir que empecé a formar parte del grupo, aunque no me incorporé como músico hasta que tuve 21 años", explica.

El primer gran éxito de la formación fue Contrabando y traición, también conocida como Camelía la tejana, una canción con letra de Ángel González que sintetiza bastante bien el espíritu de Los Tigres del Norte: dos personajes, Camelia y Emilio, pasan marihuana de Tijuana en Los Ángeles. Una vez con el dinero en la mano, Emilio anuncia que se marcha hacia San Francisco, a buscar "la mujer de su vida". Camelia se cabrea... y suenan "siete disparos". Amor trágico en un contexto de frontera y tráfico de drogas. En La banda del carro rojo la droga ya es cocaína, y con el tiempo fueron haciendo más corridos como El avión de la muerte, La camioneta gris, Ramiro Sierra y La reina del sur, a menudo con la muerte como desenlace e interpretados en tonalidad mayor, "que te da más fuerza". "Son crónicas de los criminales hechas por tener algo de conciencia", dice Luis tratando de poner distancia con otros autores de narcorridos más jóvenes, como Peso Pluma y Natanael Cano. "La realidad cada vez es más cruda, lo vemos cada día en las redes sociales, y ahora las canciones también son más crudas. Por eso hay intérpretes que se están mimetizando en los personajes a los que cantan. Nosotros, en cambio, somos narradores de una historia. Somos como periodistas informando de lo que ocurre en la sociedad", asegura.

Algunas de esas canciones formaron parte de Corridos prohibidos (1989), un disco que "marcó una época para Los Tigres del Norte". "Ha sido uno de nuestros discos más importantes, aunque no ganó ningún Grammy, como sí lo ganó ¡Gracias!... América... sin fronteras (1986)", explica Luis Hernández. Cuando le piden qué otros artistas mexicanos recomienda para entender México, dice: "Don Vicente Fernández, Banda el Recodo y Los Tucanes de Tijuana".

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