Música

Ignasi Terraza, doctor 'honoris causa' por la UPC: “Siempre que haya músicos habrá jazz”

El pianista barcelonés fue la primera persona ciega en licenciarse en ingeniería informática en el Estado

Toni Solomando
4 min
El pianista Ignasi Terraza.

Barcelona"Mucha ilusión. No me lo esperaba. Creo que en esto no he hecho méritos". Así se escuchó el músico Ignasi Terraza (Barcelona, ​​1962) al recibir la noticia de su investidura como doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), que le han entregado este jueves. La incapacidad visual que tiene desde los nueve años nunca le ha supuesto un obstáculo. Con doce estudiaba música y empezaba a tocar el piano. A los dieciocho le tocaba en clubes y bares de Barcelona, ​​en solitario o en grupo, y estudiaba un grado en la UPC. Con 23 años se graduó en ingeniería informática: fue la primera persona ciega en hacerlo en el Estado. Fue su profesión durante seis años, hasta que dijo lo suficiente. Terraza siempre había deseado dedicarse a la música, y en 1991 decidió empezar su sueño, aprovechando una excedencia que pidió por el nacimiento de su primera hija.

"Dejar la informática fue una decisión muy difícil, pero la música ha sido siempre mi pasión", explica. Ese mismo año ganó el primer premio del Festival Internacional de Getxo al mejor grupo por el Mitchell-Terraza Quartet: "Fue un refuerzo para ver que había tomado la decisión correcta", dice.

Ya son treinta y tres años de carrera, más de cuarenta proyectos musicales, más de una decena de premios y una cantidad infinita de amor por el jazz. Él y el jazz siempre han sido uno. Lo describe como "más que música, un estilo de vida y una forma de pensar". Se le dibuja una sonrisa siempre que habla sobre música. Vive la vida al estilo del pianista George Gershwin, la improvisa, al igual que hace cuando toca el piano. Le gusta errar y corregir, encontrar la frescura dentro de la oscuridad, mover y conmover. Todo esto se lo regaló el jazz. "La música estocástica y de composición por ordenador me hacía sentir frío. Con el jazz encontré energía, risa y sentimientos", dice.

Ignasi Terraza con durante el discurso de aceptación del doctorado 'honoris causa' de la UPC.

La inspiración de Tete Montoliu

El pianista Tete Montoliu (1933-1997) le inspiró personalmente, ayudándole sobre todo al inicio de la trayectoria. "Descubrir que había un hombre ciego catalán que era referente en el jazz en todo el mundo me ayudó muchísimo", admite. Se convirtieron incluso en amigos y forjaron una relación familiar, y Terraza enseñó música en el nieto de Montoliu. En el ámbito musical también fue su referente, pero no con una relación de maestro-alumno. Montoliu era autodidacta y siempre le decía: "si quieres saber cómo hago nada, tú sólo escucha".

En 1999 Terraza quiso representar en un espectáculo como vivo y siendo la música. Lo llamó Jazz a oscuras, y afirma que "la idea salió de forma fortuita". "Estábamos en un concierto y las luces se apagaron. Obviamente, yo no me di cuenta", recuerda. Todavía hoy la gente admira estas actuaciones que van eclipsar el Teatreneu de Barcelona durante tres meses: "Hay gente que me detiene y me comenta este espectáculo y que se lo pasaron muy bien".

Su carrera musical la define con la frase "El jazz como lenguaje y medio de expresión". Y la lleva más allá, puesto que no sólo compone y toca el piano, también enseña y produce. Desde 2003 es profesor en la Escuela Superior de Música de Cataluña (Esmuc), y en 2005 creó su propia discográfica, Swit Records: "Quería dejar de pasear por discográficas pidiendo que me publicaran un trabajo". De todas sus vertientes, sin embargo, lo que prefiere es tocar en directo. Es su pasión, sentir el calor del público le hace sentir vivo.

"He hecho las paces con el piano"

Terraza defiende el jazz como si se tratara de defender su propia vida, lo define como algo más que un estilo. Considera que es la música que más ha evolucionado y ha influenciado desde que apareció. El futuro del jazz lo ve positivo, ya que pese a no ser moda, algo que según el pianista nunca ha sido, su importancia es innegable, porque "entre los estudiantes de los conservatorios es considerada una música muy importante". "Siempre que haya músicos habrá jazz", profetiza.

Después de tres décadas de carrera todavía se siente fresco e ilusionado por lo que vendrá. El legendario músico Louis Armstrong decía que "los músicos no se retiran, paran cuando no tienen más música en su interior". Y Terraza todavía tiene mucha música en su interior. Está trabajando en dos o tres proyectos musicales, todavía da clases y tiene muchos espectáculos en el calendario del 2024. Y dice que hace cosas que hace un tiempo no se veía capaz de hacer: "La juventud te da energía, pero la madurez te hace más capaz, te da distancia y calma". Así se siente, con calma. Está tranquilo y feliz. Con 61 años ha conseguido lo que llevaba tanto tiempo buscando: "He hecho las paces con el piano, estoy en paz con él".

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