Música

Músicos deslumbrados por la fe que cambian los conciertos por la Iglesia

Además de Daddy Yankee, también han tomado la vía religiosa artistas como Peret, Johnny Cash y Al Green

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El músico Johnny Cash.

Barcelona"No es lo mismo vivir una vida de éxito que una vida con propósito", ha dicho el puertorriqueño Ramón Luis Ayala Rodríguez, más conocido como Daddy Yankee. Y acto seguido ha anunciado que deja el mundo del espectáculo, al menos el de los conciertos de reggaetón, para dedicarse a Cristo como pastor evangélico. "Cristo vive en mí y yo viviré para él. Este es el final de un capítulo y el comienzo de uno completamente nuevo", ha añadido. No es el primer músico de éxito que cambia el escenario de los conciertos por el altar de la iglesia, y si alguna vez publica discos de contenido religioso seguirá los pasos de artistas como Bob Dylan y Juan Luis Guerra, que han tenido etapas volcadas en alabar a Dios.

Peret

Antes que Barcelona, ​​el poder lo tenía Jesucristo

Pere Pubill Calaf, Peret (1935-2014), explicaba que había tenido una visión... y en 1982 decidió cerrar dos décadas de rumba y éxito para realizar trabajos religiosos en la Iglesia Evangélica de Filadelfia. La música estaba muy presente en la liturgia evangélica, y Peret compuso algunos himnos religiosos, como uno sobre un Jesucristo que tenía poder, que era poderoso... Aquel estribillo se convirtió en "Barcelona es poderosa" en la canción Gitana hechicera de 1992. Aunque estuvo nueve años dedicado sobre todo al culto, a partir de los años noventa Peret volvió a frecuentar los escenarios profanos.

Little Richard

El rock'n'roll de Nuestro Señor

Dice la leyenda que el rock'n'roll es hijo del burdel y la Iglesia, de los tugurios de la esquina equivocada de las vías y del gospel. Little Richard (1932-2020), pionero del rock'n'roll, el genio de Tutti frutti y de las interpretaciones más desinhibidas sexualmente, se comía la vida a mordeduras hasta que vio las orejas al lobo durante una gira por Australia. No hay una versión definitiva sobre lo ocurrido, porque el propio Little Richard contaba al menos un par. El caso es que vio señales funestas (bolas de fuego en el cielo, motores de avión sobrecalentados...), y en 1957 decidió que la vida merecía otro propósito: estudió teología y se hizo predicador de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. No dejó la música, porque hizo discos de gospel, hasta que en 1962 regresó al rock'n'roll.

Johnny Cash

La Biblia, la pistola y las anfetaminas

"No hay sitio más solitario en la Tierra que lejos de Dios", dijo Johnny Cash (1932-2003), otro pionero del rock'n'roll asediado por las cicatrices de los excesos... Alcohol, anfetaminas e infidelidad compartían cajón con el libro de salmos de la madre (Heavenly highway himns), y todo ello salpicaba al cancionero de un hombre que siempre había querido ser cantante de gospel. Culpa y remordimientos acompañaron a Cash durante muchos años, hasta que a finales de los sesenta encontró la paz de Dios. Lo hizo con discos de gospel como el monumental The Holy Land (1968). Como recuerda su hijo John Carter Cash en el libro Johnny Cash. La vida en letras (editado en castellano por Libros del Kultrum), la industria discográfica prefería al Johnny Cash facineroso, pero la determinación en el camino de la redención del hombre de negro era otra. Realizó estudios bíblicos, viajó a Israel como un evangelista moderno para glosar los lugares sagrados y durante unos tiempos convirtió el escenario en el púlpito de un predicador. De hecho, fue ordenado ministro pentecostal. En 1972 cantó ante 100.000 personas en la conferencia evangélica de Dallas, el Woodstock cristiano.

En el Green

El reverendo del soul

Cuando tienes el gospel como escuela primaria musical, tarde o temprano acabas abriendo la puerta al canto religioso. Al Green, nacido en 1946 en Arkansas, despuntó como inmenso vocalista de soul, heredero de gigantes como Jackie Wilson y Sam Cooke. Discos como Let's stay together (1972), I'm still in love with you (1972) y Call me (1973) son obras maestras del soul de principios de los setenta. El éxito convivía con una vida sin compromisos y todo iba bien dentro de los parámetros del estilo de vida de las estrellas, violencia incluida, hasta que en 1974, a raíz de una discusión con una amante, Mary Woodson, ella le derramó una olla de agua hirviendo y después se suicidó disparándose un disparo. En Green, con quemaduras en la espalda y los brazos, vio la luz mientras se recuperaba en un hospital de Memphis. El siguiente paso fue fundar una iglesia, la Full Gospel Tabernacle, y dedicarse a la predicación cada domingo, aunque no a tiempo completo porque continuó publicando discos de contenido espiritual y haciendo conciertos, hasta que en los noventa volvió a las canciones profanas. Otros soul men como Solomon Burke también fueron predicadores.

Juan Luis Guerra

La conversión al evangelismo

Dueño y señor de la bachata, maestro del pop aplicado al merengue, genio absoluto de la música latina, el dominicano Juan Luis Guerra ha incorporado a Dios a sus canciones, sobre todo a raíz de su conversión de católico a evangélico. No ha dado el paso a la dedicación exclusiva a la prédica, pero desde 2004 Dios es omnipresente en su música; por ejemplo, en el disco Para ti, de título bastante explícito y premiado en los Grammy Latinos como mejor álbum cristiano.

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