Música

Pussy Riot en Barcelona contra el infierno de Putin

Las activistas rusas llenan la plaza de Catalunya con un espectáculo que denuncia los crímenes del gobierno ruso

Pussy Riot en la plaza de Catalunya de Barcelona, durante las fiestas de la Mercè 2025.
21/10/2025
2 min

Barcelona"Cualquiera puede ser Pussy Riot", se leía en pantalla mientras dos representantes del colectivo ruso, con los característicos pasamontañas de colores, llenaban la noche de rabia. En la primera noche de conciertos de las Fiestas de la Mercè, Pussy Riot llenó la plaza de Catalunya de un público primero sobre todo expectante y poco a poco más y más implicado en una propuesta escénica y musical que mantiene un combate directo contra el gobierno de Vladímir Putin desde 2011. La reacción fue especialmente ruidosa cuando en la libertad fue especialmente ruidosa. Abajo, entre el público, una pancarta reclamaba libertad para Vladimir Bolobolov, actualmente en prisión preventiva en Rusia.

Público durante el concierto de Pussy Riot en la plaza de Catalunya de Barcelona.

"Cualquiera puede ser Pussy Riot". En Barcelona el espectáculo lo lideraban Alina Petrova y Taso Pletner, que forman parte del colectivo artístico y activista desde 2022 y 2020, respectivamente. Ambas acaban de ser condenadas en ausencia por un tribunal ruso a ocho y once años de cárcel. La acusación: "propagar información falsa" sobre el ejército ruso en Ucrania. Ambas viven fuera de Rusia: Pletner en Berlín y Petrova en Barcelona, ​​la ciudad en la que ha podido trabajar dentro del programa Artists at Risk. De hecho, lo que mostraron en la plaza de Catalunya es un espectáculo que estrenaron en el Casal de la Trinitat Nova en febrero, y que actualiza el show Riot days.

"Cualquiera puede ser Pussy Riot", porque Putin ha creado un "infierno con reglas propias". Cualquier disidente puede ser señalado, detenido, envenenado, encarcelado, asesinado. Esta denuncia empapa un espectáculo de formas punk, con batería, violín eléctrico y bases rítmicas, y relato autobiográfico. Recuerdan la primera acción de las Pussy Riot, cuando el 21 de febrero del 2012 entraron con pasamontañas de colores en la catedral de Cristo Salvador de Moscú para hacer una oración punk: "Virgen, echa a Putin". También la realizaron el martes en Barcelona, ​​mientras denunciaban la pinza intolerante que ejercen Putin y la Iglesia rusa. El mensaje es devastador: años y cerraduras de imposición de valores reaccionarios por la vía de la violencia y la intimidación.

"Cualquiera puede ser Pussy Riot", y puede acabar en una cárcel "en medio de la nada", como ocurrió en el 2012 con tres integrantes del grupo. En la plaza de Catalunya también se recordó la memorable Putin le enseñará a amar a la madre patria, con el que sabotearon los Juegos Olímpicos de Sochi en el 2014. El relato de Riot days iba más allá de la autorreferencia, y fue especialmente crítico con los mensajes de "profunda preocupación" que la Unión Europea ha manifestado ante distintas agresiones a los derechos humanos perpetradas por el gobierno de Putin.

"Cualquiera puede ser Pussy Riot". Y las Pussy Riot lo recordaron a Mercè.

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