Masha (Pussy Riot): "En Rusia todo el mundo está en peligro, y los hombres incluso más"
Activista rusa
PalmaLa última vez que arrestaron a Maria Vladimirovna Aliójina le retiraron el pasaporte internacional. Pero nada impidió que Masha –como es conocida esta miembro de Pussy Riot– se escapara de Rusia disfrazada de repartidora de comida, esquivando a la policía, en el mes de mayo. Ahora confiesa que prácticamente vive en "la caravana del grupo", porque están de gira por Europa. Pussy Riot quiere enviar el dinero de los conciertos a los niños hospitalizados en Ucrania.
Hace poco te escapaste de Rusia, donde estabas bajo arresto domiciliario. ¿Cómo vives la guerra y la situación actual desde aquí?
— Desde el 2014 he pasado la mitad del tiempo en Occidente, dando clases, conciertos y otras actividades. Siempre he vuelto, es como un mundo diferente: aquí tienes un escenario, una opción para actuar, mientras que en Rusia tienes una jaula para sentarte, si quieres. Es duro e interesante a la vez. Primero, tenemos la guerra y, después, está el hecho de que con mi segunda detención me quitaron el pasaporte internacional. Ahora no tengo un lugar permanente, no he pedido asilo y estoy viviendo prácticamente en la caravana de la banda.
¿A qué te dedicas actualmente?
— Con nuestros conciertos, estamos intentando recaudar fondos para los niños hospitalizados en Ucrania. Y tengo la esperanza de acabar un nuevo libro. Como mucha otra gente, tengo un objetivo y es hacer que Ucrania gane esta guerra. Si no gana, más países serán atacados y más gente morirá.
Has sido muy crítica con el posicionamiento de la comunidad internacional. ¿Cómo crees que tendría que actuar hacia Putin?
— Es muy fácil: no esponsorizar un estado terrorista, no comprar ningún recurso de Rusia, porque este dinero lo utilizan para matar a personas, para encarcelar y envenenar a todo el mundo que no está de acuerdo con ellos. Todavía hay países que envían munición a Rusia. Y esto es un negocio de mierda. Es muy fácil comprobar a través de internet cómo lo utilizan: aplastan los cuerpos de las personas. Lo que se tiene que hacer es no enviar munición militar ni policial –que es lo que los está ayudando a mantenerse en el poder– y confiscar todas las propiedades de los oligarcas y dárselas a Ucrania. Es dinero sangriento, que no se ha conseguido legalmente, y no puede ser más importante que las vidas de las personas.
Muchos soldados han muerto.
— El otro día atacaron 17 ciudades, incluida Kiev. Y una de las doctoras del hospital de niños –al que enviábamos dinero– murió. Era una de las mejores profesionales en trasplantes, estaba curando a niños de cáncer. Y este ataque se hizo con al menos 800 drones iraníes, que habían enviado a Rusia. Este país solo se dedica a movilizar a gente y la manda ahí. Sus cuerpos muertos están podridos, ni siquiera los devuelven, ni informan a las familias de que sus parientes han muerto. Capturan gente en la calle, en las fábricas y los envían a la muerte. Sin las armas, solo tendrían gente. Hay revueltas, aunque no sean tan visibles en Occidente, pero la resistencia clandestina existe, incluso en la armada. Lo que pasa es que es muy lenta, no tan rápida como nos gustaría, pero existe.
Tienes una voz, pero quizás no es la más fuerte.
— El nivel de salvajismo es, incluso, chocante para mí. Es difícil explicar con palabras lo que están haciendo, es pura violencia. Por ejemplo, uno de mis amigos es un poeta underground que organizaba lecturas en uno de los monumentos de Moscú y lo arrestaron. Cuando estuvo detenido, lo violaron cinco hombres, con su mujer en la habitación de al lado. Después le mostraron el vídeo que grabaron de la violación y le hicieron pedir perdón por sus poemas. Y todo esto estaba pasando en el centro de Moscú. Este es solo un caso; hay centenares de ejemplos de pesadillas como este.
Has sido considerada presa política. ¿Qué mecanismos de represión usa el gobierno de Putin, tanto con la ciudadanía de la calle como con los activistas?
Putin ha estado en el poder durante 22 años. Cuando se convirtió en presidente, la primera vez, se cargó los medios independientes. Hay que tener en cuenta que la mayoría de rusos miran la televisión y que todos los canales están controlados por la administración del presidente. Y no es un control suave: es directo, con curadores del contenido y censura, envían a la prisión y despiden a los que no están de acuerdo. Y esto está pasando desde hace 22 años. Han construido otro mundo, donde –y no quiero utilizar sus palabras– dicen de Europa que "todos los países europeos son nazis", que "dan apoyo al estado terrorista de Ucrania", y algunas personas dicen que "están enviando rusos a campos de concentración por no apoyar la esvástica". Y esto es 24 horas al día, siete días de la semana, diciendo que Europa está muriendo, colapsando y viviendo en un infierno. Es como Corea del Norte pero mal organizado, en el territorio más grande de nuestro continente.
Toda la población rusa está sufriendo, pero ¿cuál es la situación de los derechos de las mujeres a estas alturas?
— Todo el mundo está en peligro, y los hombres incluso más, debido a la guerra. Ahora bien, incluso antes de este siglo, vivíamos sin derechos de las mujeres, y esto probablemente no lo ve tan claro la gente de Occidente, porque la Unión Soviética a veces es representada como un país de derechos de las mujeres. Pero no es así, de ninguna manera, todo lo contrario. Somos un país en el que nunca hemos tenido mujeres en el poder, ni siquiera hemos tenido primera dama. Lo más hipócrita de Vladímir Putin, el máximo promotor de los valores tradicionales, es que estuvo escondiendo a su primera mujer al público. Estaba totalmente prohibido escribir nada sobre ella. Y después del divorcio, ni siquiera nombra a sus hijas, ni dice sus nombres, se refiere a ellas como "estas mujeres". Por otro lado, las feministas son perseguidas como enemigas ideológicas del estado. Rusia no tiene una ley contra la violencia doméstica. De hecho, se despenalizó en 2017. Así, por ejemplo, si alguien te pega en la calle, puedes ir a la prisión. Pero si lo hace tu marido, es legal; solo tiene que pagar una multa equivalente a una multa por aparcar mal el coche, de unos 70 euros.
¿Y los del colectivo LGTBI?
— Una de las cosas que empezaron a promover desde 2012 fueron los valores tradicionales, y crearon varias leyes. Por ejemplo, una fue la ley contra la propaganda gay, que es bastante graciosa, porque no hay ninguna descripción sobre qué es la propaganda gay en el texto, pero está prohibida. Oficialmente, nadie sabe lo que es, pero persiguen a gente por hacerlo. Si eres gay en Rusia, te pueden asesinar fácilmente, y hay prisiones para gays, como pasa en Chechenia. Recomiendo un documental increíble, pero muy oscuro, sobre esto: Welcome to Chechnya.