Música

Alosa: "Reivindicamos Barcelona desde un punto positivo y folclórico"

Grupo musical formado por Irene Romo y Giulietta Vidal

Irene Romo y Giulietta Vidal, las Alondra.
20/10/2025
7 min

Barcelona"Nos encantan las canciones tradicionales y populares catalanas", decían las Alondra en el estreno del disco El primer canto de la mañana (Cerámicas Guzmán, 2025) en la Feria Mediterránea de Manresa. "Y nos encanta cuando las cantáis", añadió. Alondra son Irene Romo y Giulietta Vidal, ambas nacidas en Barcelona, ​​una en 2000 y otra en 2001. Comparten un proyecto que baraja el cancionero y la sonoridad tradicionales, como La dama de Aragón y Mariquita cestera, que a su vez inspiran un cancionero y una sonoridad actuales. Todo empezó hace un par de años con la canción En la orilla del fuego, que se esparció desde Instagram. Luego publicaron el EP Oh lai el olmo (2024), y ahora, el 25 de octubre, presentan el disco nuevo en la sala 2 de L'Auditori con las entradas agotadas (casi 600), y con un formato de cuarteto que completan el bajista Xavi Pérez y el guitarrista Martí Escobedo.

Cómo vivisteis el concierto en la Feria Mediterránea de Manresa?

Irene Romo: Con muchos nervios, pero también con muchísima ilusión, porque por fin podíamos estrenar un directo cuyas canciones hacía mucho que las estábamos trabajando.

Manresa es un buen entorno para presentar un proyecto como el suyo, ¿verdad?

Giulietta Vidal: Mucho. Fuimos el año pasado, ganamos el premio Sons y nos han ayudado muchísimo con el proyecto. Estamos muy agradecidas.

¿Cómo se conoció? ¿Estudiando en un entorno musical?

IR: Estudiante en el Taller de Músics.

¿Y cómo decidió hacer un proyecto juntas?

IR: Queríamos dedicarnos a la música, y decidimos que la mejor forma era presentarnos a un concurso, que no ganamos ni pasó nada. Después hicimos En la orilla del fuego, que ya corrió por las redes. Vimos que podíamos hacer un grupo de música y nos gustó que fuera de música tradicional, o con esta investigación en torno a la música tradicional.

¿Qué es lo que se atrae de las canciones populares catalanas?

GV: Son canciones que han aguantado muchos años y que siguen conectando con la gente porque hablan de cosas que ahora mismo nos incumben, pero en otro contexto.

Esto que explicas se nota cuando en los conciertos cantáis Debajo del olmo ya continuación El panadero: Es decir, primero hace una canción tradicional y después una composición vuestra que cuenta la historia desde otro punto de vista, el de la mujer.

GV: Exacto. Un material tradicional, Debajo del olmo, inspira otra canción, El panadero, que se asemeja en el aspecto sonoro, pero que explica las cosas de una manera diferente. Y sobre todo con otro vocabulario, como cuando la protagonista dice que su marido es aburrido, algo que no se diría en el contexto tradicional.

En la Feria Mediterránea de este año, en varios conciertos se ha abordado la temática de las mujeres mal casadas. Por ejemplo, en el de Cocanha, y también en el de Magalí Sare, en el que tú, Irene, participaste tocando el violonchelo.

IR: Sí, y todavía hay matrimonios forzados.

Alosa Els Carlins. Fira Mediterrània de Manresa. 9 d’octubre del 2025.

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— Xavier Cervantes (@xaviercervantes.bsky.social) 9 d’octubre del 2025, a les 18:57

¿Cómo decide la sonoridad de las canciones? En su sonido no hay tanto peso de la electrónica como sí ocurre con Tarta Relena, ni tampoco de la polifonía, aunque sí hace un juego de voces. Toque el pandero cuadrado, pero tampoco sois un grupo tradicional porque tiene una sensibilidad más indie... ¿Cómo encontró esta sonoridad?

GV: Fue muy natural. Irene ha estudiado violonchelo, yo he estudiado canto ya las dos nos gusta cantar; por tanto, cantamos a voces. A ambas nos gusta la percusión; por tanto, tocamos percusión... La gracia de Alondra es que hacemos lo que nos apetece. A veces nos dicen: "Esto tradicionalmente no se hace así, y eso que está haciendo es tal". Entendidos, pero es que nosotros lo llevamos a nuestra casa. La sonoridad de Alondra se define por lo que tocamos y por lo que nos apetece y nos pide cada canción, porque hay canciones que sí les ponemos el violonchelo, otras a capella, otros que sí tienen percusión, otros que no. Lo decidimos según lo que nos pide cada canción.

Y la temática. Por ejemplo, la rumba Niñas de ciudad es como es porque habla de lo que habla.

IR: Exacto. Y también aprovechamos las colaboraciones para distanciarnos de algo de nosotros mismos y explorar otras cosas. Es muy divertido no casarnos con nada.

¿Cuál es la historia de Niñas de ciudad.

GV: Niñas de ciudad habla de nuestra infancia en Barcelona. Somos literalmente niñas de ciudad porque hemos crecido y nos encanta. Somos grandes defensoras de Barcelona, ​​aunque obviamente tiene sus defectos y estamos en contra de muchas cosas. La canción es una forma de reivindicarla desde un punto positivo y folclórico. Hacemos que el folclore también esté en la ciudad, hagamos una rumba, hagamos algo que se pueda cantar, que tenga unos tralarais, pero llevados a la ciudad, por tanto, unos lololos... Que sea algo folclórico, pero de Barcelona. Estamos muy contentas de cómo ha quedado, y además con los Habla de Mí en Presente que le han dado su toque de tecnorumba.

Y cómo llega a atar los versos de El almendro de Joan Maragall en la canción Si el río?

IR: Estábamos haciendo una canción denunciando el maltrato de la naturaleza. Nos estaba saliendo una canción muy fatalista y muy poco esperanzadora, también porque pasó todo lo de la dana en Valencia. Nos daba mucha pena sentir que sólo nosotros éramos responsables, y queríamos responsabilizar a los gobiernos ya las personas con poder. Como te decía, estaba saliendo una canción muy fatalista y no podía ser porque nosotros tenemos esperanza. Entonces empezamos a buscar poemas que hablaran sobre la naturaleza, y encontramos el de Joan Maragall.

GV: Y acaba de una forma esperanzadora, la canción.

De la música que escuchaba cuando eres adolescentes, ¿cuál cree que se nota en lo que hace ahora?

GV: Aprendí mucho a cantar copiando a Judit Neddermann, la manera de hacer las melodías. Y a ella también le gusta mucho Coetus. Creo que hay algo de Judit que, sin querer, debo haber llevado a la ecuación.

IR: A mí la música clásica, porque mi adolescencia fue la música clásica.

Es interesante que, siendo violonchelista, huyes del tópico a la hora de interpretar El canto de los pájaros.

IR: Que una violonchelista no toque el violonchelo cuando hacemos El canto de los pájaros es una declaración de intenciones, sí. Es un instrumento de la música clásica, y utilizarlo de una manera moderna es una ruptura, como decir: "Ahora no os daremos lo que se espera".

¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene relacionado con la música?

IR: Uno de mis recuerdos favoritos es tocar en orquesta cuando era adolescente. Lo que más me gusta de la música es compartirla, y me gustaba mucho oír cuando los violines hacían algo concreto y había unas armonías muy bien dibujadas. Recuerdo un concierto para piano de Grieg en el que me sentía muy conectada con la música. Noté una fuerza muy fuerte. Y eso también me pasa con Alondra: lo que más me gusta de Alondra es compartirlo con Giulietta y con quien tocamos.

GV: Lo primero que he pensado es cuando iba en coche y cantaba canciones mirando por la ventana. Decidí bastante tarde que quería dedicarme a la música, pero creo que dentro de mí lo sabía. Las cantaba y me las sabía todas. Tengo dos hermanos mayores y siempre flipaban mucho porque me sabía las letras de memoria.

¿Cantabas las canciones que ponían tus hermanos?

GV: Sí, cantaba El Canto del Loco, Pereza, lo que ponían mis hermanos, y me sabía las canciones, que muchas no sabía de lo que hablaban. Es un bonito recuerdo que tengo.

¿Y recuerdos no tan bonitos?

IR: una de las cosas que no me gusta de la música es la frustración que a veces puede darte, porque es realmente como un gimnasio. Quiero decir, debes estar tocando casi todos los días para no perder el entrenamiento. He tenido que aprender a manejar la frustración cuando veo que no soy capaz de hacer algo. He tenido que aceptar que si no lo sé hacer ahora quizás lo sabrá hacer en otro momento.

GV: Cuando tenía 13 años, en la escuela de música me dijeron que acudiera a una foniatra porque siempre estaba afónica. Me hicieron unas pruebas y efectivamente sufría una lesión. Me dijeron que no podía cantar durante tres meses. Fue muy bestia. Me puse a llorar y mi madre pensó: "Esta niña se desmaya".

IR: Y lo lograste, ¿tres meses sin cantar?

GV: Sí. No podía cantar ni en casa. Fue horroroso. Por suerte, fueron sólo tres meses, pero tres meses son mucho tiempo cuando eres pequeña.

Su mánager es Martí Maymó, el bajista del grupo Manel. Y el disco lo publica con Cerámicas Guzmán, la discográfica de Manel. ¿Cómo llegó?

GV: Estuve haciendo de corista de Guillem Gisbert con Emma Roca. Conocí a Martí [que también hace de mánager de Gisbert]. Vi cómo trabajaba y le dije a Irene: "Hablamos con Martí porque nos ayudará". Entonces mucha gente nos ofrecía contratos y trabajos, y estábamos muy perdidas.

IR: Pero era simplemente para pedirle consejo.

GV: Queríamos consejo de alguien que fuese honesto. Y además de decirnos la verdad, muy bien por su parte, conectamos mucho. La intuición nos decía que era la decisión correcta, y, por tanto, dijimos que sí.

¿Qué le viene a la cabeza cuando piensa en una alondra?

GV: El pájaro, porque lo tenemos muy visto. Cuando elegimos el nombre fue como: a ver cómo es. Y cuando lo vimos dijimos: "Ah, sí, es mono".

¿Elegiste el nombre antes de saber cómo era el pájaro?

IR: Sí, no sabíamos qué pájaro era. Habíamos cantado juntas Skylark, un estándar de jazz, y skylark en catalán es alondra.

GV: Es un pájaro libre, que canta muchísimo. Tiene un montón de sílabas: ¡más de 700!

IR: Y tiene una cresta, que nos encanta.

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