"Es surrealista tocar con Gustavo Dudamel"
Unos 200 jóvenes de nueve países participan en un ensayo abierto con el director de orquesta venezolano en el Palau de la Música
BarcelonaMary Elizalde y Jarod Watler son dos de los violinistas más veteranos de la Orquesta Juvenil de Los Ángeles (Yola), formada por niños y jóvenes de entre 5 y 18 años. Júlia Bonet, de Cervera, estudia violonchelo en el Conservatorio Superior de Música del Liceu. Pese a haber nacido a kilómetros de distancia, los tres comparten la pasión por la música desde pequeños. Y este lunes por la mañana también han compartido una experiencia que recordarán durante años: han tocado en el Palau de la Música, en Barcelona, bajo la batuta del director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel. "Es surrealista tocar con Dudamel –dice Elizalde–. Somos jóvenes estudiantes, pero él nos trata como adultos a través de la música. Trabajar con él nos empodera mucho como músicos". "En cuanto sale al escenario, la energía cambia de inmediato", dice Watler. "Dudamel es un amor de persona; lo hace todo muy fácil y logra que todo el mundo se sienta a gusto", añade Bonet.
Dudamel ha venido a Barcelona con la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles (LA Phil) y el Coro de Manos Blancas para presentar en el Gran Teatro del Liceo la ópera Fidelio, de Ludwig van Beethoven, que estrenaron el 16 de mayo en el Walt Disney Concierto Hall de Los Ángeles con la participación del Coro de Cámara del Palau de la Música. Y el martes 28 de mayo, también con LA Phil, el director venezolano dirigirá la Sinfonía del Nuevo Mundo, de Antonin Dvořák, en el Palau. Pero no podía marcharse de la ciudad sin dedicar un rato a los jóvenes, las futuras generaciones de músicos, con un ensayo abierto que ha culminado un fin de semana de trabajo intenso en Esmuc. Durante dos horas unos 200 jóvenes intérpretes venidos de Estados Unidos, Reino Unido, Venezuela, España, Suecia, Grecia, Suiza, Portugal y Francia se han convertido en la Chords of Harmony, una orquesta multicultural dispuesta a encarnar los valores de Dudamel: derechos humanos, justicia y libertad.
"Maestro, le estamos agradecidos porque en poco tiempo hemos crecido mucho como artistas", ha dicho una de las jóvenes intérpretes al principio de la sesión, en representación de todos los participantes. A continuación, sin preámbulos, Dudamel ha empezado el ensayo con la apertura deEgmont, de Beethoven. "Eso suena muy mal", ha dicho con un tono socarrón después de un primer pase de la obra. El público, lleno de estudiantes de música de toda Cataluña, ha recibido con ovaciones los comentarios irónicos de Dudamel, que ha ido perfilando el sonido de la orquesta con indicaciones contundentes pero sin levantar la voz. "Repetimos este pasaje, pero lo haremos por placer, porque suena bien", ha dicho el director, mezclando el inglés y el castellano.
Al final del ensayo, algunos estudiantes se han levantado, uno por uno, para leer una serie de proclamas colectivas: "Nos esforzamos por los retos que hemos dejado en el planeta", "Queremos que los derechos humanos se cumplan en todo el mundo", "Pedimos paz y esperanza", "Abracemos la diferencia". Acto seguido, Dudamel cedió la batuta a Rodolfo Barráez, que dirigió la fanfarria Sonata pian' y forte, de Giovanni Gabrieli. La directora de los coros infantil y juvenil de Palau Vincles, Mariona Fernández, ha subido al escenario para dirigir Diferente, de Adrià Aguilera, una pieza que reivindica que vengamos de donde vengamos "no somos diferentes".
Finalmente Dudamel ha aparecido de nuevo para interpretar, ahora ya sin paradas, la apertura deEgmont y el movimiento coral de la Sinfonía núm. 9, de Beethoven. "Os prometo que no os interrumpiré", ha dicho el director. El Coro de Manos Blancas, presidiendo el escenario modernista, ha acompañado a la música con una coreografía sencilla, construida a partir del movimiento de los guantes blancos que llevaban puestos. "Esto no ocurre cada día –decía Andrea, una de las integrantes del corazón de Palau Vincles, a la salida del ensayo–. Han sido unos días muy bonitos".