Arqueología

Nuevas excavaciones revelan que Pompeya fue ocupada después de la erupción del Vesubio

La ciudad romana se convirtió en el refugio de personas que no tenían dónde ir

La zona excavada donde se han encontrado pruebas de la ocupación de Pompeya tras el desastre
ARA
06/08/2025
2 min

BarcelonaPompeya no resurgió de las cenizas. Tras la erupción del Vesubio, en el año 79 d. C., no hubo una reconstrucción, pero la ciudad romana no quedó del todo abandonada. Nuevos datos arqueológicos, según explica el parque arqueológico de Pompeya en una nota de prensa, demuestran que, después de que el volcán lanzara violentamente una nube mortal de cenizas y gases, algunos regresaron a ella. La mayoría lo hicieron porque carecían de muchas alternativas.

El hallazgo se ha realizado durante el mantenimiento y restauración de la Insula Meridionalis de Pompeya. En los pisos superiores de los edificios se habilitaron espacios para cocinar, dormir e incluso se instalaron pequeños molinos. Se calcula que Pompeya tenía cerca de 20.000 habitantes antes de la erupción. Hasta ahora se han encontrado unas 1.300 víctimas, una cifra baja -un 10% aproximadamente- si se tiene en cuenta que buena parte de la ciudad ya ha sido excavada. Muchos debieron morir fuera del centro urbano, en su huida, pero hay pruebas de que algunos sobrevivieron y, sin recursos para empezar de nuevo en otros lugares, optaron por volver.

Condiciones muy precarias

A estos habitantes se habrían sumado personas que no tenían tampoco dónde dormir. Primero vivieron en medio de un desierto de ceniza; después, la vegetación empezó a rebrotar e incluso se excavó en las ruinas para recuperar objetos de valor. El emperador Tito intentó refundar Pompeya y Herculano. Sin embargo, la operación no tuvo éxito: Pompeya nunca más volvió a ser el centro vital que había sido. Lo que quedó fue un asentamiento improvisado, sin servicios ni infraestructuras propias de una ciudad romana, que se mantuvo hasta el siglo V, quizás hasta una nueva erupción devastadora, la conocida como la de Pollena.

"La destrucción del 79 d. C. ha monopolizado la memoria —explica Gabriel Zuchtriegel, director del parque arqueológico—. En el afán por descubrir frescos intactos y objetos espectaculares, las trazas de la reocupación quedaron literalmente borradas. Ahora, con las nuevas excavaciones, emerge una campo entre las nuevas excavaciones, emerge una entre las nuevas excavaciones; favela dentro de la ciudad petrificada. Como arqueólogos, hacemos de psicólogos de la memoria enterrada: recuperamos lo que la historia había escondido".

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