Seguridad

Así se protegen los museos catalanes frente a los ladrones de arte

La sustracción del portapaz de Sijena y de seis cuadros de Miró son los dos robos más representativos de la historia reciente

Una sala del MNAC en una imagen de archivo.
24/10/2025
3 min

BarcelonaEra mayo de 1991 y el Palacio Nacional, ubicado en la falda de Montjuïc, se estaba remodelando para convertirse en la sede definitiva del Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC). Era un momento de transición y caos. En un almacén había un armario metálico que contenía una joya: el portapaz de Sijena, una pieza de orfebrería gótica única que data de 1400. Era una pieza pequeña, de unos diez centímetros, hecha de materiales preciosos que, sin que nadie se diera cuenta, desapareció.

El museo lo supo cuando hacía un recuento rutinario de las piezas que había en el almacén. Nadie había forzado ninguna puerta, ni la del armario metálico, ni había sonado ninguna alarma, pero el portapaz ya no estaba. Han pasado más de treinta años y su ubicación sigue siendo un misterio. Muchos trabajadores declararon y muchos investigadores, primero de la Policía Nacional española, después de los Mossos d'Esquadra, le han buscado. Pero no apareció. Aún ahora, tal y como ha podido comprobar el ARA, sigue figurando en la lista de obras de arte robadas más buscadas por la Interpol.

La lista de la Interpol con el Portapau de Sijena.

Al frente de esta lista de Interpol figuran las ocho joyas robadas hace una semana en el Museo del Louvre, de París. Un suceso que ha sacudido a Francia, pero que también ha puesto en alerta a los museos de todo el mundo y sus sistemas de seguridad. "La mejor medida de seguridad que tenemos es nunca hablar de qué medidas de seguridad tenemos", se limitan a decir fuentes del Museo del Prado, de Madrid. Desde el robo del portapaz de Sijena, el MNAC ha mejorado su seguridad. La sala de control, según fuentes de la institución, es el elemento central del sistema de protección. Hay personal las 24 horas del día y desde ahí se observan las cámaras y se gestionan las alarmas. Hay casi 500 cámaras por todo el museo. "Los sistemas de seguridad contemplan todos los riesgos analizados y están instalados en todo el edificio", afirman las mismas fuentes.

Todas las ventanas tienen sistemas de protección de cierre, las puertas de seguridad están reforzadas, así como los cristales, hay una cámara acorazada y se escanea todo lo que entra por los dos accesos del edificio. Y todo está recubierto de sensores: de ruido, de rotura de lunas, de apertura de puertas, ventanas, vitrinas e incluso de luz. Hay un perímetro marcado de cámaras, en el exterior y en el interior, y de sensores que hacen sonar las alarmas.

Seis cuadros de Miró sustraídos

Sin embargo, la madrugada del 5 de abril de 1988 unas alarmas no sonaron cuando unos ladrones rompieron un cristal de grandes dimensiones –que no estaba reforzado– que daba acceso a la Fundación Joan Miró, unos metros más arriba del MNAC. Por unas reformas, la alarma no estaba conectada con la central de la policía. El vigilante, que no iba armado, sólo llamó para asustar a los ladrones y llamó a la policía cuando ya era demasiado tarde: ya se habían llevado seis obras de Miró. Pero estas obras se pueden seguir apreciando hoy en día porque un mes después la Policía Nacional las recuperó, ocultas en dos sótanos, y detuvo a ocho personas por el robo.

Un mes después de estos arrestos, el Museu Picasso, en el centro de Barcelona, ​​tuvo un susto: tres intrusos atracaron a mano armada la tienda de souvenirs del museo. Sin embargo, no se llevaron ninguna obra del pintor, sólo la caja de recaudación de la tienda. Este suceso sí puso en entredicho la seguridad del museo. El Museu Picasso es también prudente a la hora de compartir sus medidas de seguridad. "Trabajamos para proteger la integridad de las personas y la conservación y seguridad de las colecciones", dicen. Para ello, aseguran tener medidas de vigilancia activas así como diversos protocolos para hacer frente a los incidentes. Este protocolo, añaden, se revisa y actualiza de forma periódica.

"Durante el desarrollo de todas las fases de una exposición, se siguen protocolos de seguridad sólidos reflejados en los facility reports de los centros CaixaForum y consensuados con todos los actores implicados", apunta, en la misma línea, el equipo del CaixaForum. En su caso, que no exhiben una colección permanente sino que optan por varias temporales, es muy importante el transporte del arte. Hay empresas especializadas y las obras viajan protegidas con un escolta. Y pocas veces se detienen. (Macba) también es receloso a la hora de explicar cómo se protegen de los robos, precisamente por "cuestiones de seguridad". Asegura, eso sí, que tienen cuidados intensivos las 24 horas del día con distintos métodos.

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