Rigoberta Bandini, el superfenómeno bailable surgido del confinamiento: "Si nosotras nos convertimos en las débiles, no nos considerarán nunca fuertes"

5 min
Rigoberta Bandini.

Paula Ribó (Barcelona, 1990) fue todo un fenómeno a principios de la pandemia gracias al nombre artístico Rigoberta Bandini. La ironía, una pose ajena a cualquier conmoción y un buen rayo de eurodance convirtieron a Ribó en la inesperada estrella del confinamiento. Canciones como Too many drugs, In Spain we call it Soledad, Fiesta y la versión de Mocedades Cuando tú nazcas catapultaron la popularidad de Rigoberta Bandini, que este viernes actúa en el Festival Cara B XTRA de Barcelona con todo vendido. La canción Perra y la interpretación de Qualsevol nit pot sortir el sol de Sisa en la gala de los Gaudí han acabado de certificar el éxito de una propuesta que ha crecido meteóricamente.

¿La Rigoberta Bandini del 2021 se parece a la de hace un año?

— Realmente es muy diferente, sobre todo porque la de principios del 2020 prácticamente ni existía. Era el proyecto de un proyecto. Y ahora Rigoberta Bandini ocupa todo mi espacio laboral, y estoy contentísima, pero ha habido un cambio muy grande. Ya no es una cosa que haces solo por diversión, porque te apetece hacer música y cuando tienes tiempo le dedicas un rato, sino que de repente la demanda está siendo tan grande que tengo que ponerle todas mis energías. Esto es lo que más noto, que ahora todo el día estoy trabajando en este proyecto, cosa que me encanta.

¿Te da un poco de miedo que el proyecto pueda perder la frescura del principio, cuando no conllevaba tanta responsabilidad?

— Sí. Siempre da miedo. Cuando un proyecto crece así requiere un trabajo mental y combatir ciertos miedos. Es como que el caballo cada vez galopa más rápido y tienes que tener las manos más agarradas que nunca; es una sensación fuerte.

Ya cuando formabas parte de The Mamzelles, las tres teníais una personalidad artística polifacética. ¿Puede pasar que el éxito de Rigoberta Bandini te haga dejar a un lado el teatro y el doblaje?

— Sí, supongo que durante un tiempo pasará. Por ahora estoy mucho en el día a día. Quizás dentro de dos años necesitaré escribir una obra de teatro, porque esto funciona así, y yo estoy muy enamorada del teatro. El doblaje es más fácil de combinar, y tengo la esperanza de poder seguir haciéndolo porque es un trabajo que me gusta mucho y me ha dado muchas cosas. Pero sí es cierto que ahora no me planteo levantar proyectos teatrales, a pesar de que quizás podría encontrar la manera de hacer un espectáculo de Rigoberta Bandini; no me lo he planteado todavía. Pero no quiero pensar que nunca más haré teatro porque me pondría muy triste. Volveré a escribir y dirigir algo de teatro seguro.

Visto el éxito, ¿te sabe mal no ha haber usado tu nombre en vez del alias Rigoberta Bandini?

— No, la verdad es que no. Cuanto más tiempo pasa más contenta estoy de la decisión, porque el nombre cada vez me gusta más, y quizás toda esta vorágine me afectaría más si usara mi nombre, quizás tendría un poquito más de estrés y de responsabilidad, que igualmente la tengo.

La canción Perra, que tiene un discurso feminista muy potente, ¿supone un punto de inflexión en el proyecto?

Perra es una canción feminista, sin duda, y está teniendo eco en este contexto, que me parece interesante. La compuse desde la necesidad, nunca desde querer apropiarme de un movimiento que está de moda. Por lo tanto, sí es muy evidente que Perra habla de feminidad, de libertad y de liberación, pero todas las canciones son importantes y tienen un mensaje profundo.

Por ejemplo, Fiesta, que reivindica el abrazo en un momento en el que no nos podemos abrazar.

— Sí, sí, Fiesta es una canción muy especial. La compuse ahora hace un año, el 20 de marzo del 2020. Es fuerte porque solo llevábamos diez días encerrados y parece que escribiera Fiesta cuando lleváramos tres años encerrados. La escucho y me acuerdo tanto de aquella tarde que entré en la habitación con el teclado para hacer algo, porque era aquel momento en el que todo el mundo hacía cosas: pizzas, pasteles... Y yo no hacía nada más que ver la tele, así que decidí que haría algo. Me emocioné mucho cuando la empecé. Pensaba: cuando el mundo vuelva a ser mundo, cuando tengamos la libertad de hacer cosas que ahora no podemos hacer, ¿cómo lo valoraremos? Me emociona mucho esta canción.

Haber sido madre durante la pandemia también debe de ser emocionante.

— No tengo la experiencia de ser madre sin pandemia, pero hablando con amigas me he dado cuenta de que haber sido madre ahora tiene ciertas ventajas, porque lo que te pide un bebé cuando nace es pausa, es nido. En nuestro caso, un nido de tres. Y es muy bonito vivirlo con una sensación de pausa; la sensación animal de encerrarnos y casi hibernar la necesitaba.

¿Hasta qué punto involucras en Rigoberta Bandini a tu pareja [Esteban Navarro, del dúo cómico Venga Monjas]?

— Forma parte de todo esto desde el inicio. Cuando compongo, estoy sola con la guitarra, pero enseguida entra él y es mi mano derecha total. Las canciones son mías, pero siento que el proyecto es muy de los dos.

"Esto de nacer mujeres en el tiempo de Despentes es difícil", dices en Perra. ¿Por qué?

— Es un momento increíblemente liberador porque las mujeres podemos poner límites donde antes no podíamos. Es fascinante porque de repente ves series que veías hace cinco años y te cantan unas cosas... que dices: "Ostras, esto no se podría hacer, ahora". Como pasaba en Operación Triunfo 1, con todo lleno de comentarios machistas, como cuando el presentador Carlos Lozano solo llamaba guapas a las chicas, y a los hombres les llamaba por el nombre. Estamos avanzando superrápido y me parece un momento histórico increíble. Aun así, también es cierto que de repente estamos en un momento en el que los límites son confusos. Recuerdo que cuando leí Teoría King Kong de Virginie Despentes me estalló la cabeza, porque ella me decía que yo no tenía que tener miedo en la calle, que tenía que salir a la calle, y que si me violaban era como una herida de guerra y una manera de liberarnos. Me parece que tiene cierta lógica lo que dice, pero es que yo me siento víctima, paso miedo en la calle; yo no quiero que me violen. Que también entiendo lo que explica Virginie, porque si nosotras nos convertimos en las débiles nunca nos considerarán fuertes. Pienso que estamos en un momento superinteresante, pero también de mucha reflexión y de contradicciones internas. Es este caos mental el que quería expresar.

Tienes éxito de reproducciones en YouTube y Spotify y repercusión mediática. ¿Esto se corresponde con éxito económico?

— Para mí el éxito económico es simplemente no preocuparme, no hay que ser superrica. He tenido la suerte de que siempre he hecho doblaje y he podido no sufrir, pero sí es verdad que también he hecho muchos trabajos muy precarios como el teatro, que a épocas sí he sufrido. Con Rigoberta Bandini, un proyecto que conlleva gastos de producción, es ahora cuando estoy empezando a ver la luz porque hasta ahora todo lo que entraba se marchaba en inversión. Empezaré a hacer un poco de colchón con la perspectiva de que de aquí a septiembre pienso que podré tener una base para poder contar con las mejores personas sin preocuparme, porque una de las cosas que da más rabia es que no cobrar lo que tienes que cobrar como artista hace que no puedas pagar bien a la gente que trabaja contigo. Esto me da rabia. Por eso necesito este colchón, para poder contratar a un diseñador y pagarle lo que se merece. Para hacer justicia. Ahora, entre que se animarán los conciertos y otros proyectos que han entrado, sí se animará también económicamente.

¿Otros proyectos como por ejemplo?

— Alguna campaña vinculada a alguna publicidad. Y ya voy recibiendo derecho de reproducción online.

stats