Estreno teatral

Ramon Madaula i Jordi Boixaderas: "Todas las amistades tienen ásperas"

Actores, estrenan 'Els bons' en el Teatro Poliorama

Los actores Ramon Madaula y Jordi Boixaderas.
5 min

BarcelonaRamon Madaula (Sabadell, 1962) y Jordi Boixaderas (Sabadell, 1959) comparten ciudad natal, oficio y generación. Intérpretes de larguísima trayectoria, el trabajo les ha unido en varias ocasiones, como en la versión catalana deUn dios salvaje (2010) o en la popularísima serie de TV3 Ventdelplà (2005). Este otoño, por primera vez, suben juntos y solos al escenario del Teatre Poliorama para representar Los bonos, una comedia escrita por Madaula –que en la última década ha cultivado su faceta como dramaturgo– y dirigida por Paco Mir. El espectáculo contrapone a dos amigos, sus bondades y sus maldades, en un contexto peculiar: la representación de los Pastorets del pueblo. Los bonos se estrena el 10 de septiembre y llega después de dar vuelta, con éxito, por decenas de teatros de toda Cataluña.

¿Es un espectáculo sobre la bondad?

Ramon Madaula: Hay una frase en las primeras notas que dice que la bondad es una desventaja para el éxito. Yo me considero una persona buena, pero con los años me he ido corsecant, me he vuelto cínico, desconfiado. Cuando eres bueno o inocente te crees muchas cosas, pero entonces la vida te pasa por encima, te decepcionas y ves que la bondad no te sirve profesionalmente. Por el contrario, a veces es un obstáculo. De ahí nace esta historia de dos hombres buenos, que de adolescentes eran puros y la vida les ha ido corsecando hasta llegar a traicionarse.

¿Tú también lo ves así, Jordi?

Jordi Boixaderas: Por lo general, no. Pienso que cierto tipo de grandeza de corazón es útil para la vida. Pero también es arriesgado. He conocido a gente con mucho éxito que confía. De vez en cuando hay alguien que te la jode, pero por lo general hay que confiar en la gente. Es verdad que en la vida comienzas siendo más inocente de lo que te vas haciendo con el tiempo, tampoco se puede ir con el lirio en la mano.

Pero si miramos desde fuera, ambos sois hombres de éxito en la escena teatral y audiovisual catalana. ¿Cómo debemos interpretar esto?

RM: Tú nos consideras dos hombres de éxito, yo considero que hemos logrado flotar, que ya es mucho. No considero que me haya traicionado nunca, ni que haya traicionado a nadie para llegar hasta aquí. Pero si en algún momento me hubiera comportado de forma menos clara, quizá me hubiera ido mejor. Siempre tienes la fe de que si haces las cosas bien hechas, ya te llamarán, pero a veces no es así. Tienes que saber venderte, debes ser un poco oportunista.

Los protagonistas son dos amigos que de jóvenes hacían juntos los Pastorets. ¿Cómo se conoció usted?

JB: Nunca hemos hecho los Pastorets, pero los vimos de pequeños. Tenemos el mismo Satanás de referencia; de hecho, le recordamos y le dedicamos muchas funciones. Ramon y yo nos conocimos en el intento de hacer una compañía municipal en Sabadell. Luego hemos coincidido a lo largo del tiempo.

RM: Sí, fue una pretensión de hacer una compañía profesional que no tuvo éxito, en los años 80. Estaba Rosa Renom, Anna Güell.

Los protagonistas son amigos. ¿Cómo ha cambiado con el tiempo la mirada sobre la amistad?

RM: Para mí la amistad es una asignatura pendiente. Me cuesta hacer amigos y mantenerlos. Tengo muy buenos conocidos, pero la amistad es un tema que no gestiono demasiado bien. Y cuanto más años ocurre, peor. La familia me absorbe, me he quedado muy encerrado en el ámbito familiar. En el espectáculo, ambos personajes son para el otro el único amigo que tienen porque la gente que conozco tiene muy pocos amigos.

J:B.: A los dos les ocurre lo que se establece un rol de entrada, por la situación en la que se conocieron, y de alguna manera los persigue. Al cabo de unos años, cuando se pinchan un poco, uno le dice al otro que está harto de que le considere su hermano pequeño.

RM: Al final, todas las amistades tienen ásperas. Ellos van con la mochila muy cargada y lo van sacando todo.

Debe interpretar dos personajes que transitan por sus maldades. ¿Cómo lo ha trabajado?

JB: Existe el tópico de que para sacar a un personaje tienes que tirar de tus impulsos primigenios, de tu memoria sensorial y de ti mismo. Pero nuestro trabajo consiste en hacer algo magnético y verosímil, y puedes llegar por 50 caminos diferentes. Hay esa historia que dice que Dustin Hoffman le dijo a Laurence Olivier: "Para hacer este personaje he tenido que emborracharme". Y el otro le dice: "No, hombre, finge". He conocido a grandes actores y actrices que fingen y otros que se han pasado medio año metiéndose en el papel orgánicamente.

¿Pero no es más limitante, si el trabajo que haces depende de lo que has vivido?

JB: Existe el peligro de perder el control. Como recurso, intentar sacar de dentro algo que te preocupa, te preocupa o te divierte puede servir, pero nunca debes perder la distancia entre ti y el trabajo que estás haciendo. Si no, es una estafa, porque la gente no viene a ver tu vómito, viene a ver cómo has estado trabajando, probando, equivocándote hasta encontrar la justa medida y el sentido estético de las cosas.

RM: Cada vez confío más en lo que te provoca el otro actor en el escenario. Es un trabajo que no hacemos solos. Se trata de echar bien la pelota y que te la devuelvan bien. Si no, la pelota cae, el oficio es onanista y no tiene ningún interés.

Un momento de 'Los buenos'

Jordi, hubo una época en que te retiraste de los escenarios. Ahora has vuelto. ¿Por qué?

JB: El teatro desapareció totalmente de mi vida por necesidad, y con el tiempo he visto que hice bien. Sentía que no me gustaba cómo lo hacía, que me repetía y me aburría a mí mismo. En teatro, si no tienes un poco de energía primigenia de ir a sudar la panceta, es muy difícil salir de ella. Y si después no funciona, la sensación es muy desagradable. Se me hacía una montaña.

Ramón, ¿tú también lo vives así?

RM: A mí me pesa sobre todo la responsabilidad como dramaturgo. Saber que hay unos productores y unos actores que han confiado en un producto, que han puesto dinero de su bolsillo y que deben salir los números. Todo esto no es fácil.

¿Qué te ha devuelto la ilusión, Jordi?

JB: El reto de intentar profundizar en la técnica. A la hora de tomar proyectos, ésta es una condición: que el texto esté bien. En este caso, dije que sí porque Ramón me dijo que seríamos él y yo haciendo comedia, que lo haríamos con Guerrilla Produccions, que son cojonudos, y que haríamos funciones por Catalunya, que quizás no iríamos ni a Barcelona.

RM: Estrenar a Barcelona impresiona mucho, a veces es meterte en la boca del lobo.

Una temporada llena de estrenos

Los bonos inaugurará la nueva temporada del Teatro Poliorama, que está trufada de nuevos espectáculos. ¡Una de las producciones más destacadas es Glorious! , que también dirige Paco Mir y que protagonizan Ramon Gener, Marta Ribera y Santi Millán. El espectáculo gira en torno a Florence Foster Jenkins, conocida como la peor cantante del mundo, que llenó el Carnegie Hall en Nueva York en los años 40. David Selvas capitaneará la adaptación teatral de Perfectos desconocidos con un reparto lleno de caras conocidas, como Eduard Farelo, Sara Espígul, Sara Espígul. Todos ellos se pondrán en la piel de un grupo de amigos que, durante una cena, decide exponer sus intimidades dejándose remover unos a otros los teléfonos móviles. En la programación del Poliorama también está el regreso de La berrea del ciervo de La Calórica y espectáculos familiares como Alan, el musical y Hansel y Gretel, el musical .

stats