Estrena teatral

Carolina Bianchi, la artista que se droga en el escenario para denunciar la violencia sexual

La creadora brasileña ha conmocionado el Festival de Aviñón con 'La novia y el buenas noches Cenicienta', que ahora llega al Grec

Carolina Bianchi fotografiada en Barcelona por el entyreviasta con el ARA, previa al GREC 2023
Estrena teatral
3 min

BarcelonaHace varios años, la artista brasileña Carolina Bianchi se obsesionó con Pippa Bacca, una performer italiana que hacía autostop desde Milán hasta Oriente Medio vestida de blanco para difundir la paz en todo el mundo. El 31 de marzo del 2008, Bacca murió estrangulada a manos de un hombre que la había recogido en una gasolinera y que también la violó. Aquel caso obsesionó a Bianchi, que un tiempo atrás también había sufrido una agresión sexual tras ser drogada con boa noite, cinderela, una sustancia similar al burundanga y que anula la conciencia. "De artista a artista me identifiqué con Bacca, pero también reconocí la violencia sexual en común", explica Bianchi. Así puso en marcha un proceso de creación que le llevó a poner, literalmente, su cuerpo a disposición del espectáculo.

A La novia y el buenas noches Cenicienta, que se estrena este jueves en el Teatre Lliure dentro del Festival Grec, Bianchi sale a escena y se toma una mezcla de tranquilizantes similar a la droga de la violación. "Es un espectáculo totalmente controlado médicamente", subraya el director del Grec, Francesc Casadesús. El público asiste al proceso de pérdida de conciencia de la artista, que acaba dormida en medio del escenario. Entonces arranca lo que Bianchi define como "una pesadilla" y que la deja en manos de los ocho intérpretes que le acompañan. Los performers simulan una orgía con conductas sexuales no consentidas que desembocan en una escena donde insertan en el cuerpo dormido de Bianchi un espéculo con una cámara que retransmite las imágenes en directo al teatro.

"La violencia sexual no se supera"

"Supuestamente, la violencia sexual no debe ser discutida en el espacio público. El espectáculo rompe con esa idea del espacio privado y la colectiviza para que se pueda discutir en comunidad", señala Bianchi. Durante la primera parte de la pieza, el artista traza vínculos entre el arte, la violencia sexual y los feminicidios a lo largo de la historia. "Intento comprender y encontrar imágenes para una violencia que no tiene sentido", dice la performer, que niega la posibilidad de superar el trauma a través del teatro. "La violencia sexual no se supera, la cura no existe. Tienes que soportarlo el resto de la vida. Tampoco pienso que el espectáculo ayude a mejorar el mundo, pero siento que después de cada función hay algo que se remueve y sé que algunas personas acaban hablando de ello, comparten lo que han oído", destaca Bianchi.

Una escena de 'La novia y la buenas noches Cenicienta' con Carolina Bianchi

De momento, el espectáculo solo se ha podido ver en el Festival de Aviñón, donde, según medios como Le Monde y el New York Times, el público salió conmocionado. "Quiero que sea una pesadilla, pero también que sea poética. He trabajado con la idea de la seducción, la belleza y la violencia", dice Bianchi. ¿Por qué era importante poner su cuerpo en escena y no el de otra intérprete? "Porque eso que hago solo me lo puedo pedir a mí. Necesito hacer ese sacrificio, perder el control de mi propia pieza y mostrarme en mi máxima vulnerabilidad, al igual que hizo Pippa Bacca con esa performance".

Bianchi asegura que hay momentos del espectáculo que no recuerda por culpa de la droga, pero también le gusta plantear la idea de la duda al espectador. "La palabra de la mujer siempre se pone en duda, sobre todo después de una agresión sexual. Pero es que el boa noite, cinderela también te borra la memoria y te deja con la duda de lo que ha pasado –reflexiona la artista–. El espectáculo opera con la misma lógica de esa arma, que a menudo se utiliza en contra de las mujeres". La novia y la buena noche Cenicienta es la primera parte de una trilogía que Bianchi espera tener terminada en el 2025 y que, en las siguientes partes, abordará cómo el imaginario sexual queda afectado tras una agresión y la hermandad que se crea entre las mujeres que han sufrido violencia.

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