Una comedia endemoniada en el Poliorama
Ramon Madaula escribe y coprotagoniza con Jordi Boixaderas una obra llamada al éxito
- Autor: Ramon Madaula
- Intérpretes: Jordi Boixaderas, Ramon Madaula y Anna Casals
- Director: Paco Mir
- Teatro Poliorama (Hasta el 2 de noviembre)
Ramon Madaula escribe comedias sobre lo que ve –y es un gran observador– y lo que le rodea. En sus obras siempre hay algo de sí mismo y, en el caso deLos bonos, de su propia historia. Si a lo anterior, Loop (que se vio en la Sala Flyhard la pasada temporada y se repondrá en Texas), tocaba la confrontación sentimental entre un padre artista –un escultor– y una hija que volaba fuera del nido, en Los bonos mira hacia su niñez. De pequeño, el sabadellense Madaula frecuentaba el teatro La Farándula de Sabadell para ver los Pastorets de Folch y Torres, y sus simpatías iban más hacia el buen Satanás que hacia el no tan bueno arcángel Gabriel. De esos recuerdos nace una comedia que es también un sincero homenaje al teatro de aficionados y que seguramente se convertirá en uno de los grandes logros de la temporada.
El presidente del Cercle, que durante treinta años ha interpretado el papel de Satanás, convoca en el escenario del teatro a un viejo amigo y compañero de los Pastorets que durante años había hecho el papel de arcángel Miquel, pero de quien estaba distanciado desde hacía un tiempo. Quiere ofrecerle que le sustituya, ya que él está a punto de entrar en prisión. Un reto y un sueño, para el señor Esteve, actual director general de un organismo peculiar, que se volcará en interpretar el papel bajo las indicaciones de su amigo. Tendrá que encontrar su Satanás y sacarlo con toda la maldad. Y, claro, los bonos también tienen su Satanás dentro, nos viene a decir Madaula, en una obra que arranca como una comedia algo alocada pero que muta a través de una intriga que no se desvelará hasta un magnífico final.
La virtud deLos bonos radica en la precisión del lenguaje y en que no existe ni una sola réplica inútil. Y también, claro, en dos grandes actores sabadellenses que nunca hicieron los Pastorets pero los conocen muy bien. Madaula se reserva el papel más serio y deja para Boixaderas las acciones y los monólogos demoníacos con los que arranca las risas y aplausos del público. Todo ello, bajo la cuidadosa dirección de Paco Mir, que coloca algunos gags gestuales ciertamente eficaces. La endemoniada comedia funciona.