El cuento de un quiosquero que merece una visita a la Sala Atrium
Oriol Genís sobresale en el papel de un hombre gris en 'Cuento cada paso mío sobre la tierra'
- Intérprete: Oriol Genís
- Dirección: Xavier Albertí
- Sala Atrium. Hasta el 5 de octubre
Las vidas aparentemente más aburridas pueden esconder pequeños y grandes dramas. El protagonista de este cuento negro de Lluïsa Cunillé es un hombre gris con una vida gris. A pesar de ser muy leído, ha podido escoger poco. Y no es que no tuviera sueños de juventud, todo lo contrario, él quería viajar y ver mundo. Incluso un día pensó que le gustaría enrolarse en el circo de la que sería su esposa, la hija del domador de elefantes. Pero el mundo que le pasaba por delante era el del quiosco de su padre junto a un centro de convenciones en el que no tenía otro remedio que trabajar.
La vida de un quiosquero puede parecer monótona. Y seguramente lo es –digamos que lo era, porque quedan pocos hoy en día–, pero también es cierto que desde su tienda puede ver cada día el devenir cotidiano de un pedazo de mundo y charlar con los clientes que cada día compran –compran, diríamos ahora– diarios o revistas. Además tiene a su alcance un gran universo de información, cultura y entretenimiento. Y él lo aprovechó. Ahora es en el hospital donde mañana deben operarlo. Y aprovecha la paciencia de su compañero de habitación, un cliente al que reconoce porque llevaba la clásica acreditación de los congresos colgando, para contarle y contarnos buena parte de su vida. Él, como su trabajo, como sus circos con animales, es el pasado de un mundo en extinción.
Ataviado con la clásica bata semitransparente que facilita el trabajo de los médicos y enfermeras pero que resulta un poco humillante para los enfermos; en pie todo el rato frente a una fría camilla y casi sin moverse, un genial Oriol Genís desgrana el drama de un hombre cualquiera. La palabra se desliza sin interrupciones con la calma del río en el delta bajo una sonrisa entre amable y maléfica.
La dirección de Xavier Albertí sigue los pasos de aquel fabuloso monólogo de Josep Maria Miró El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este sitio. Contención oral y gestual; iluminación constante con cambios casi imperceptibles y un cuidado máximo de la dicción. Genís sobresale. Hipnotiza. Un espectáculo muy aconsejable. Aunque no le han ido bien el título ni la imagen publicitaria, esta obra de teatro merece sin duda una visita a la Sala Atrium.