'El día del Watusi': grandes interpretaciones para una notable adaptación
Iván Morales dirige con precisión e imaginación la novela de Francisco Casavella en el Lliure de Gràcia
- Autoría: Francisco Casavella
- Adaptación y dirección: Iván Morales
- Con Enric Auquer, Guillem Balart, David Climent, Bruna Cusí, Raquel Ferri Vicenta Ndongo y Xavi Sáez
Tres actos y cuatro horas y media de teatro para volcar sobre el escenario la aclamada novela de mil páginas de Francisco Casavella con resultados bastante estimulantes gracias a una ágil dirección y unas impresionantes interpretaciones. Y con las entradas agotadas.
El día del Watusi es una mirada sobre la Barcelona de los años setenta a los noventa del pasado siglo a través de la vida de Fernando Atienza desde que era pequeño hasta la madurez. Una mirada en tres actos o episodios que arranca en las chabolas de Montjuïc con el crimen de la hija del capo, lo que obligará al protagonista y su madre a abandonar la montaña. Asentado ya en una portería de los alrededores de la Sagrada Família, en el segundo acto Fernando Atienza caerá bajo el vasallaje de un grupo de arribistas que quieren aprovecharse de la llegada de la democracia a España. Pero el Partido Liberal Ciudadano en el que se enrola es una cueva de sinvergüenzas del que deberá también escapar sumergiéndose en los años difíciles de la Barcelona del fervor musical y de la epidemia de la droga dura.
La adaptación del propio director, Iván Morales, acierta plenamente en la primera escena recreando el mundo de pobreza y delincuencia de las casitas de Montjuïc y donde brillan las magnéticas interpretaciones de Enric Auquer y el robaescenas Guillem Balart, secundados por un trabajo de mucha fuerza y complicidad del resto del reparto al que Vicenta Ndongo aporta una magnífica serenidad. Es en la segunda escena donde la función pierde la fuerza del arranque. El intento de síntesis de la Transición española del original queda ahí dispersa y anecdótica, bordeando la mera caricatura. Tampoco ayuda el hecho de que la desgarradora construcción física del personaje de David Climent como manipulador de conciencias no tenga correspondencia en su dicción, un problema que la dirección de Morales, por otra parte precisa e imaginativa, debería corregir. Afortunadamente, el tercer acto recobra el pulso y el ritmo con una inmensa y sobrecogedora Raquel Ferri, que con un roce con el imponente Auquer recupera las buenas sensaciones y conduce el espectáculo al final climático que hace levantar a los espectadores de la silla .
El día del Watusi es, pues, un espectáculo muy recomendable que desborda esfuerzo y calidad, pero que lamentablemente sólo estará diecinueve días en el escenario del Lliure de Gràcia, sin posibilidad de prorrogar, según nos han dicho. Esperamos que la nueva dirección resuelva con mayor acierto estas disfunciones.