'Gegant', un espléndido apunte biográfico con venganza
Josep Maria Pou, en el Romea, hace honor al título de la obra sobre el antisemitismo de Roald Dahl con una gran interpretación
- Autoría: Mark Rosenblatt
- Traducción: Joan Sellent
- Dirección: Josep Maria Mestres
- Intérpretes: Josep Maria Pou, Pep Planas, Victoria Labrador, Claudia Benito, Aida Llop y Jep Barceló
El interminable conflicto entre Israel y Palestina es una cuestión espinosa en la que son pocos los que dicen lo que piensan, como es patente actualmente entre los próceres europeos, salvo Pedro Sánchez, incapaces no ya de influir sino ni siquiera de condenar el genocidio que el gobierno del extremista Netanyahu practica en Gaza y Ciza. Silencios mortales entre el deseo de paz imposible y la sangre de los miles de palestinos asesinados. Como bien saben, cualquier crítica, ésta también, a las acciones del gobierno israelí es considerada por el sionismo internacional como un acto de antisemitismo.
Es cierto que el antisemitismo quita el cuerno a Europa donde trepa la extrema derecha, como señala el autor judío de esta interesante obra, el británico Mark Rosenblatt. Gigante es una obra concebida como un apunte biográfico del escritor Roald Dahl y de su presunto antisemitismo en la que Josep Maria Pou hace bueno el título. Es un gigante de la interpretación. No sabemos cómo era Roald Dahl (1916-1990), pero sabemos cómo es el Roald Dahl de Pozo según el texto de Rosenblatt que ha hecho suyo. ¡Qué composición! Y sí, Dahl es caprichoso, inquisidor, desagradable, soberbio, inteligente y dialéctico. Y antisemita, aunque él dijera que era antiisraelí.
Rosenblatt levanta una obra basada en hechos reales ya partir del revuelo que provocó la crítica literaria que Dahl hizo en 1982 de un libro ilustrado sobre la Guerra del Líbano del escritor de Newsweek Tony Clifton. Aquel escrito provoca la condena y el posible chantaje del mundo judío y alerta al editorial de uno de los autores más vendidos del momento sobre el perjuicio económico que ello podía comportar. El editor europeo, Tom Maschler, busca la forma de que Dahl, sin rectificar su opinión, cree un espacio de amabilidad, pero la editora estadounidense, Jessie Stone, recién llegada y también judía, quiere unas disculpas públicas. El conflicto está servido. A lo largo de poco más de una comida en la casa en construcción de Dahl se oponen su intransigencia en la denuncia de los crímenes del ejército israelí con la mediación de Tom Maschler y la dura crítica de Stone con la que se cierra el sensacional primer acto.
Dalh murió sin rectificar. Sus herederos lo harían años más tarde. Pero es que más allá de que Dahl pasara algún pueblo cuando acusó a los judíos de cobardes y deseó la desaparición de Israel, lo cierto es que buena parte de su crítica, el silencio de los habitantes de Israel, tiene una actualidad tremebunda. ¿O es que no estamos ante un genocidio horrible? Mark Rosenblatt, el autor de Gigante, quiere desnudar el antisemitismo de Dahl obviando la sangre derramada. Y el final es un ejemplo palmario. Una pequeña gran venganza. Telón.
Vamos a ver la función porque la obra lo vale y porque en el recorrido hasta la condena hay momentos de gran teatro. El segundo acto, en el que se nos acerca el escritor a través de su amante, el jardinero, la criada y el amigo Tom, se hace un poco pesado, pero afortunadamente está Josep Maria Pou, muy bien acompañado por una cautivadora Claudia Benito que crece en cada papel, por un inmenso Pep Planas y por una muy eficaz Victòria. Merece la pena que vayan al Romea.