Crítica de teatro

Un gran actor para un nuevo teatro

Andreu Benito protagoniza 'L'home de teatre', el montaje que inaugura el Heartbreak Hotel Teatre de Àlex Rigola

2 min
'El hombre de teatro', en el Heartbreak Hotel Teatre.
  • Autoría: Thomas Bernhard. Traducción: Bernat Puigtobella
  • Adaptación, dramaturgia y dirección: Àlex Rigola
  • Intérpretes: Andreu Benito, Àlex Fons y Marwan Sabri

Andreu Benito es un actor ególatra que desprecia a su familia, sus compañeros de profesión y desprecia también al país que le vio nacer. Andreu Benito es L'home de teatre que imaginó Thomas Bernhard y que en una versión y dirección de Àlex Rigola ha inaugurado el nuevo Heartbreak Hotel Teatre en Barcelona. Es un nuevo teatro para setenta espectadores en un antiguo almacén de los años cincuenta en el barrio de Sants frente a la plaza de l'Olivereta donde Rigola quiere seguir explorando la línea de trabajo que inició hace ya diez años en busca de la verdad escénica y de la excelencia interpretativa en la corta distancia.

Y así lo probó en espectáculos como Who is me. Pasolini (2016), Vania (2017), La gavina (2020), Ofèlia (Panic Attack) (2021) y Hedda Gabler (2022), donde los intérpretes utilizaban sus propios nombres, que no los de los personajes, y que se han representado dentro de una caja de madera para poco más de cuarenta espectadores y sin escenografía ni vestuario. Esta desnudez y esa misma filosofía teatral ha inspirado y definido el nuevo espacio, que se refleja en el Lliure de Gràcia (pero con menos metros cuadrados). Un espacio desnudo con una gradería enfrentada a una pared de ladrillo visto.

Y apoyado en esta pared y vestido exactamente igual que cuando ha entrado en el teatro, Andreu Benito nos hace partícipes de la vida de un hombre de teatro derrotado mientras espera que el jefe de bomberos autorice el oscuro total, luz de emergencia incluida, con la que cierra su obra sobre la historia de la humanidad.

El original de Bernhard, del que Xavier Albertí proyectó una excelente mirada con Lluís Homar en el Lliure en el 2005, tiene una duración bastante más larga que la poco más de una hora de la versión de Rigola, que conserva, sin embargo, buena parte del corrosivo sentido del humor del austríaco. Es una versión que traslada la acción y los referentes a nuestra realidad por lo que Hitler es Franco, por ejemplo, y Benito se encuentra en Sants y no en Utzbach. Un magnífico Benito que circula entre el amurallado naturalismo y el despotismo megalómano, entre la soberbia profesional y la miseria de un oficio inexplicable. Vale la pena acercarse a conocer este nuevo teatro.

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