La implacable denuncia de Carolina Bianchi a las fraternidades heteropatriarcales
Radical y desmedida, la propuesta de la dramaturga y 'performer' cautiva o se rechaza
'The Brotherhood (La fraternidad)'
- Concepto, texto y dirección: Carolina Bianchi
- Interpretación: Chico Lima, Flow Kountouriotis, José Artur, Kai Wido Meyer, Lucas Delfino, Rafael Limongelli, Rodrigo Andreolli, Tomás Decina, Carolina Bianchi
- Teatro Libre
- Festival Griego 2025
Teatro y vida se funden en los espectáculos de Carolina Bianchi, brasileña radicada en Amsterdam, tal y como comprobamos hace dos años en el mismo Teatre Lliure y en el marco del Grec 2023 con su debut entre nosotros. Cadela Fuerza: La novia y la buenas noche Cenicienta era la primera parte de una trilogía sobre la violencia sexual en las mujeres. Una larga performance en el que Bianchi se drogaba por asumir plenamente el rol de las víctimas de violaciones y que este 2025 le ha valido el León de Plata de la Bienal de Danza de Venecia. Sin embargo, Bianchi no es coreógrafa, aunque incluya frases coreográficas en sus creaciones, y donde precisamente estrenó la segunda parte de la trilogía The Brotherhood (La fraternidad).
En esta parte, profundiza en los códigos grupales masculinos que al final determinan las conductas violentas y que van desde el movimiento hasta el lenguaje, pasando por una empatía tribal de raíces animales que nos remiten a la cultura de las fraternidades heteropatriarcales, a las pandillas de fanáticos del fútbol y en .
La fraternidad es una propuesta muy textual que repica sobre el tema de las violaciones, la imposible resiliencia y la herida perpetua. También, y con gran ironía, la huella de la violencia masculina en la historia del teatro, desde la violación de Lavínia al Tito Andronicus de Shakespeare en el Treplev "matagavines" de Chéjov.
La obra sigue el formato de conferencia-monólogo del anterior espectáculo con el añadido de una larguísima entrevista que podríamos titular: Desmontando el macho que anida en los grandes directores de teatro progresistas y solidarios.
El conjunto de la función (220 minutos) es interesante, como lo es la denuncia, pero dramáticamente resulta irregular con un primer acto mejor estructurado y un segundo de carácter muy documental bien pesado. No le iría mal un poco de autoparodia. Como decíamos a raíz de su debut entre nosotros, las propuestas de Bianchi tienen bastantes concomitancias con las creaciones deAngélica Liddell. Al igual que la figuerense, Bianchi tiene un aura escénica poderosa, magnética y una escritura de altura poética. Y como Liddell, es radical y desmedida. Cautiva o se rechaza.