La misa del Watusi vuelve al Lliure en un escenario mayor

BarcelonaDesde que se presentó en el Festival Grec en 2023 en una versión de concierto, El día del Watusi no ha parado de escalar cimas cada vez más altas. Con el estreno del espectáculo, el año pasado, el público corrió a comprar entradas y la crítica concluyó unánimemente que era uno de los mejores montajes del año. Luego llegaron los premios: Enric Auquer recibió a Max por su papel como protagonista de la obra, que también sumó tres premios Butaca y seis premios de la Crítica. Dirigido por Iván Morales, el montaje –que es la adaptación teatral de la novela homónima de Francisco Casavella y se representa en castellano– aglutinó un grueso considerable de seguidores y defensores, y tanto el Teatre Lliure como la compañía querían seguir dándole vida. Por eso a partir de este viernes El día del Watusi vuelve al Lliure con un reparto renovado en parte y en un nuevo espacio que le hace crecer escénicamente: la Sala Fabià Puigserver.

"Hemos mantenido la disposición de los espectadores, en una platea frontal, pero ahora tenemos un espacio enorme que le da mucha más espectacularidad. La misa watusiana es aún más sagrada", subraya Morales. Con este cambio de ubicación –antes se había representado en el Teatre Lliure de Gràcia–, la compañía ha doblado el aforo y ahora cada función tendrá 400 localidades. que pronostica que esta nueva versión de la obra "también tendrá una larga vida"

Uno de los principales cambios en este reestreno recae en Guillem Balart. pensármelo. Es una responsabilidad fuerte, no sólo por lo que pide como actor sino también por lo que explica la obra y desde donde lo explica. Es importante la condición política del espectáculo: todos los días hacemos un homenaje a todos los caídos de la Transición, a aquellas personas que construyeron una Barcelona que después, con los Juegos Olímpicos, la misma ciudad se comió", señala Balart.

Personajes más humanos

Al reparto también se han incorporado Anna Alarcón, Eduard Alves –que es el codirector musical, y ahora además asume algunos pequeños papeles–, Artur Busquets y Vanessa Segura para cubrir las salidas de Vicenta Ndongo, Xavi Sáez y Bruna Cusí. Raquel Ferri y David Climent repiten, si bien ha habido una nueva asignación de personajes. "Con esta nueva versión hemos vuelto a jugar. Ni siquiera los intérpretes que siguen desempeñan los mismos papeles o tienen el mismo texto que en el montaje anterior", señala Morales, quien añade que "ahora los personajes son más humanos, más perversos, más delirantes y más frágiles, y el juego entre la compañía está mucho más compacto".

También han trabajado de nuevo en la puesta en escena. "Queríamos intentar comprender la energía que hay detrás de la novela. Nos encontramos con personas que conocieron a Casavella, fuimos a algunos bares que él visitaba e, incluso, fuimos a misas evangélicas en Hospitalet de Llobregat", explica Balart. Esta última experiencia, de hecho, marca el espíritu del espectáculo. "Si conseguimos que la obra tenga la energía de esas misas, lo tendremos ya –dice Morales–. Es una sensación de comunidad y de trascendencia maravillosa".