Abbie Ward, la jugadora de rugby que calla bocas después de ser madre
La jugadora ha empujado a los organismos internacionales a adaptar normativas y protocolos
BarcelonaAbbie Ward es campeona del mundo de rugby con la selección inglesa, pero su camino no fue lo habitual. La jugadora decidió ser madre en el mejor momento profesional de su carrera y después regresó a la élite con un éxito mayúsculo. "Desde que soy pequeña estoy acostumbrada a luchar por superar diferentes techos, pero me di cuenta de que eran de cristal y se podían romper. Hay mucha gente que tiene ambición, pero que no tiene fuerzas para dar el paso en solitario. La clave es unir esfuerzos para aumentar la energía", sentencia.
"La determinación es importante. La mayoría de atletas de élite la tienen, pero desde que fui madre, mi perspectiva cambió. Ahora no solo lucho por mí, sino también por las chicas, como mi hija, que vienen detrás", argumenta. Ward se ha convertido en una pionera. "Hay muchas cosas que tienen que ver con la maternidad de las deportistas que nadie había regulado. A mí me preguntaban si era capaz de levantar objetos pesados. Nadie había pensado en regular estos aspectos desde el punto de vista de una atleta de alto nivel. Mi caso sirvió para crear unos protocolos y una normativa específica, además de un programa de apoyo", explica.
"Muchas deportistas pensaban que, si querían crear una familia, debían dejar a un lado su trayectoria y yo intenté demostrar que se podían hacer ambas cosas. Sabía que iniciaba un proceso incierto, pero decidí abrir camino y creo que ahora las cosas son diferentes", opina Ward, que participó en la tercera edición de la WI un congreso organizado en Barcelona por la Unión de Federaciones Deportivas de Catalunya (UFEC).
Ward ha liderado una transformación que muchos veían imposible. "En un deporte como el rugby, tradicionalmente dominado por los hombres y muy masculino, yo tuve que superar muchos obstáculos. Llevo diez años jugando con la selección inglesa y he visto la transformación de un deporte que ha pasado de ser amateur a profesional. En mis primeros partidos tan sólo había un centenar de espectadores en la grada y cuando ganamos la final del Mundial. locura, pero no se ha producido de la noche a la mañana. Hemos luchado contra muchas barreras. Algunas veces no es fácil y te sientes cansada, pero es importante no desfallecer. el himno es muy especial. Es la mayor de las Red Roses y es increíble poder compartirlo con ella", reconoce Ward, que espera que el título sirva para aumentar el número de aficionados. "Ver a muchas chicas jóvenes mirando a nuestros partidos, con la cara pintada y ondeando banderas, es increíble. Se trata de inspirar a esta generación y mostrar a las chicas que pueden hacerlo; que pueden ser fuertes, poderosas y liderar lo que quieran", afirma.
Hace tres años, Ward se quedó a un palmo del éxito. Cuando sólo tenía que asegurar la posesión, Inglaterra perdió el balón y Nueva Zelanda logró el título. "El rugby es un deporte de cruel cruce", dijo. La jugadora título, pero sin renunciar a su deseo de ser madre.
"El siguiente paso es cómo podemos ayudar a otros países y otros deportes a crear una buena red de apoyo para las deportistas que decidan ser madres y no quieran abandonar su carrera", resume. Su objetivo siempre fue claro: "Quería ser la mejor deportista y la mejor madre".