Castigo cruel para un Barça que promete buenas noticias

BarcelonaPor sexto año consecutivo el Barça empezó la temporada perdiendo en la Supercopa Endesa ante el Real Madrid (89-83). La mejora del equipo azulgrana no sirvió para obtener la victoria en un clásico que le llegó demasiado temprano a la propuesta de Joan Peñarroya. El juego del conjunto culé, que promete buenas noticias, no tuvo recompensa en un partido de máxima exigencia que se decidió en los últimos segundos.

"No hemos estado finos, pero hemos competido hasta el final. Su experiencia, que les ha permitido anotar 14 tiros libres en el último cuarto, ha marcado la diferencia. ¿Esto de los tiros libres? ¿Es demasiado pronto para calentarlo- me. La diferencia de faltas y tiros libres parece excesiva.", analizó Peñarroya. Facu Campazzo y Edy Tavares, como casi siempre, tuvieron un papel clave en la victoria del Madrid. "El Barça está trabajando muy bien en un proyecto ambicioso y por momentos hemos jugado con demasiada ansiedad. Podríamos haber jugado mejor, pero hemos ganado", opinó Chus Mateo, técnico del equipo blanco.

El Barça inició la semifinal con buen pie. El equipo azulgrana logró una diferencia de seis puntos contra un Real Madrid que tardó en poder exhibir su velocidad habitual (4-10). El conjunto culé jugó con orden, rigor y, a menudo, velocidad. La calidad la puso Jabari Parker, que ya tiene muy claro el pan que se le da.

Chus Mateo intuyó algunas de las debilidades del juego del Barça. Su defensa obligó a las bases del conjunto catalán a penetrar contra los pívots del equipo blanco. La telaraña funcionó y el Madrid pasó a dominar el escenario (32-24). La irrupción de Darío Brizuela, que anotó tres triples en siete minutos, igualó el marcador (41-42).

Reacción azulgrana

La defensa del Madrid logró detener el ritmo del Barça durante un tercer cuarto en el que los porcentajes del equipo azulgrana, que se sintió perjudicado por el criterio arbitral, descendieron mucho (60-48). Edy Tavares dominó el juego durante un tramo de partido cruel con el conjunto catalán. Los jugadores entrenados por Chus Mateo anotaron 26 puntos en tan sólo diez minutos. La respuesta culé llegó con los triples de Àlex Abrines (67-61).

Alimentada por buenas decisiones tácticas, la reacción del Barça tuvo continuidad y le permitió empatar el partido a dos minutos del final (75-75). Pese al coraje blaugrana, el Real Madrid se mostró más acertado en las acciones decisivas. La experiencia de los jugadores del conjunto blanco fue clave. "Hemos logrado una victoria de jerarquía", reconoció Campazzo, que anotó 7 puntos en los últimos cinco minutos.