Los cuatro ejes de Xavi Pascual para transformar al Barça en ocho semanas

BarcelonaXavi Pascual aterrizó con las ideas muy claras en el Barça. Una vez tuvo claro que tendrá poco margen para realizar retoques de jugadores durante esta temporada, el entrenador de Gavà se centró en las cosas en las que podía tener incidencia directa. Su transformación afecta a cuatro ejes de trabajo y se fija un período de ocho semanas para que la metamorfosis sea visible. "Necesitamos dos meses para estar al nivel que queremos, técnico y táctico", resume el técnico.

El primero tiene que ver con optimizar los recursos de los que dispone y hacer útiles a todos los jugadores. Pascual ha mantenido conversaciones con todos los jugadores y está intentando reenganchar a jugadores como Juani Marcos, Youssoupha Fall o Miles Norris, que habían quedado muy descolgados durante la etapa de Joan Peñarroya. Òscar Orellana, el entrenador interino que dirigió al equipo durante tres partidos, ya le adelantó mucho trabajo, alargando la rotación. Su prioridad fue que los 12 jugadores convocados tuvieran minutos durante los dos primeros cuartos para llegar al descanso con todo el mundo implicado. Pascual ha incidido en esta línea y, además, ha optimizado las rotaciones, haciéndolas más equilibradas. "No quiero fichar a nadie hasta ver la realidad entrenando con ellos", argumentó el técnico, que es muy consciente de las limitaciones económicas de la sección.

El jugador que Pascual pone de ejemplo es Toko Shengelia, al que le transmitió su voluntad de hacerle capitán en el futuro. El entrenador quiere utilizar su ética de trabajo como espejo para el resto. "Es un entrenador que se fija mucho en el detalle. Él quiere que estemos todos en el mismo punto, tanto en defensa como en ataque", dice el ala-pívot georgiano.

El segundo eje de trabajo consiste en fortalecer la defensa para que pueda sostener un rendimiento sólido de forma regular. Pascual ha incidido en las transiciones defensivas, la defensa del bloqueo directo y la voluntad de colapsar el área defensiva para reducir los espacios de los atacantes. Cualquier movimiento del rival requiere mayor esfuerzo, ya que el técnico ensucia tanto las líneas de pase como la circulación de jugadores. Los body checks son constantes y la congestión que provocan aumenta. La responsabilidad individual, además, gana fuerza y ​​las rotaciones defensivas se simplifican.

La tercera pata de trabajo tiene que ver con limitar los errores. Pascual es un entrenador que penaliza mucho a los jugadores que pierden balones o se saltan las normas defensivas. Por el contrario, los jugadores que limitan sus equivocaciones aumentan su protagonismo. El caso más evidente es el de Myles Cale, que tiene un protagonismo de minutos similar al de compañeros con mucho más talento ofensivo, como Kevin Punter o Will Clyburn.

La consecuencia es que los ataques, que son más ordenados y masticados, priorizan el orden. Si hay opción de contragolpe, se toma, pero si no, la lectura ofensiva es más pausada que con Peñarroya. Los roles ofensivos están más definidos. Los marcadores de los dos primeros partidos (derrota por 74-73 y victoria por 61-72) lo reflejaron perfectamente.

El cuarto eje sobre el que Pascual quiere construir la metamorfosis del Barça es la mejora física. "Para el baloncesto que necesito, quiero a mis jugadores físicamente al cien por cien en ambos lados de la pista. No es una crítica a nadie, pero necesitamos entrenar a buen nivel para competir a buen nivel, y llegará", adelanta el técnico, que más allá de la llegada de su mano derecha de confianza, Íñigo Zorzano, no tiene previsto hacer cambios cuerpo técnico e incidirá más en algunas dinámicas organizativas.

Trident negociador

Josep Cubells, directivo responsable de la sección de baloncesto, no participó en las negociaciones con Xavi Pascual. Mientras acelera la adaptación de Jordi Trias, Joan Laporta cedió la responsabilidad de llegar a un acuerdo en Xavi O'Callaghan, Juan Carlos Navarro y Mario Fernández. El motivo es que el representante de Pascual es David Carro, el propio agente de Thomas Heurtel. Cuando el fichaje del base francés se echó atrás, Carro criticó públicamente Cubells. "Es muy complicado trabajar con una persona que no tiene el nivel y que está deteniendo otros muchos fichajes", lamentó.