Baloncesto en silla de ruedas

"La gente está vendiendo a sus hijos para comer en Afganistán"

La jugadora de baloncesto Nilofar Bayat organiza charlas en centros educativos para alertar del drama que vive su país

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Nilofar Bayat explicando su trayectoria

BarcelonaKabul, 30 años atrás. Nilofar Bayat tan solo tenía dos años cuando un misil lanzado por los muyahidines cayó en su casa. La explosión provocó que la chica afgana sufriera una lesión en la médula espinal. Su vida quedó marcada para siempre. Peor suerte tuvo su hermano, que murió por culpa del cohete. Años después la joven empezó a practicar baloncesto en silla de ruedas, y se convirtió en una de las jugadoras más destacadas de la selección de su país.

El retorno al poder de los talibanes provocó que Bayat se viera obligada a huir de Afganistán. Llegar al aeropuerto no fue sencillo, pero se las pudo arreglar para sortear los diferentes controles talibanes. "Había ruido de disparos y una gran sensación de peligro", recuerda. Un club vasco, el Bidaideak Bilbao BSR, la acogió como refugiada. Unos meses después de su éxodo, la jugadora se dedica a participar en coloquios en centros educativos para explicar la cruda situación que vive su país. "En Afganistán no hay vida para nadie, especialmente para las mujeres, que no pueden hacer nada solas". El objetivo de estas charlas, que cuentan con la colaboración de Amnistía Internacional, es compartir lo que ocurre en Afganistán para intentar que el mundo no se olvide y presionar al régimen talibán para que reabra las escuelas.

Nilofar Bayat, una refugiada afgana que juega a baloncesto en silla de ruedas

La retirada de las tropas internacionales en el verano de 2021 provocó un gran éxodo. "Es terrible, ahora no hay vida para nadie. Es peligroso para hombres y mujeres, pero las mujeres son las más afectadas, porque cada día hay una regla nueva y ellos aprietan y presionan más a las mujeres. Ahora las personas están bajo el umbral de la pobreza, no tienen trabajo, la gente no está segura, los talibanes están secuestrando a las mujeres jóvenes y las familias no saben dónde las tienen. Están matando a gente, la guerra está en el norte de Afganistán y el mundo nos está olvidando. La gente está vendiendo a sus hijos para comer en Afganistán y el invierno llega y el desafío será doble. Tenemos un invierno muy duro y frío", explica en inglés en unas declaraciones que recoge la agencia Efe. Su testimonio propició que la BBC la destacara como una de las 100 mujeres más inspiradoras de 2021.

"Las mujeres afganas no podemos hacer nada solas, necesitamos el apoyo del mundo otra vez para hacer frente a los talibanes. Estamos pagando el precio de la guerra por la amistad que tiene nuestro gobierno con Estados Unidos. La guerra en Afganistán se produce por nuestra localización, somos la llave de Asia, tenemos frontera con potencias asiáticas como Irán o China y estamos muy cerca de países como la India o Rusia. Mientras haya intereses económicos o políticos en el país, los derechos humanos de las mujeres o de los niños no significan nada", alerta Bayat, que juega en un equipo mixto de baloncesto en silla de ruedas. Las gestiones de la periodista Paloma del Río y el presidente de la Federación Española de Baloncesto, Jorge Garbajosa, fueron decisivas.

"Nunca he perdido la esperanza"

Nilofar Bayat, que estudió derecho y trabajó para la Cruz Roja, es la fundadora de Free Women for Afghanistan. Ahora pide al gobierno español que apoye al pueblo afgano y cree que esta decisión tendría efecto en otros países, que también se sumarían a este apoyo. "Lo primero que tenemos que hacer es no aceptar a los talibanes como un gobierno legal, porque nosotros no hemos votado. Fue decisión de Estados Unidos que los talibanes tomaran el control de Afganistán y tenemos que apoyar a los afganos. Si España lo hace es un gran trabajo, que puede tener efecto en otros países. Estoy segura de que si España lo hace, otros países lo harán", recuerda.

"Tengo un recuerdo terrible de la época de los talibanes porque me dejaron con una discapacidad. La guerra cambió completamente mi vida, pero nunca he perdido la esperanza", asegura Bayat, que durante años sufrió una doble discriminación. "Es difícil ser mujer y vivir en Afganistán. Sobre todo, si tienes alguna discapacidad. La gente ve la discapacidad como un defecto para las mujeres... y esto hace que suframos desde muy pequeñas".

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